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viernes, 6 de marzo de 2015

REAL Y VENERABLE HERMANDAD DE NTRA. SRA. DE LA SALUD DE SAN CECILIO







Antonio Padial Bailón


La dificultad para hacer este artículo sobre la Venerable Hermandad de Ntra. Sra. de la Salud de la iglesia de San Cecilio estriba en carecer del suficiente complemento fotográfico para ilustrarlo, como acostumbro a insertar en mis artículos. La imagen de la titular, así como su capilla y retablo, ardieron en el desgraciado incendio que sufrió dicha iglesia el 22 de diciembre de 1969. La foto de portada, la única que poseo, proviene de la revista Granada Gráfica de 1930 y no conozco que se conserven fotos de la Virgen. 

Establecida en la iglesia del Patrón de Granada, San Cecilio, cuya parroquia fue instituida en 1504, aprovechando la aljama Al-Yahud, o de los judíos, por haber existido en sus inmediaciones una sinagoga, aunque anteriormente se cree que hubo un templo visigótico. En 1528 se demolió el antiguo edificio sacralizado, para levantar la iglesia actual en tiempos del arzobispo Gaspar de Ávalos, realizándose la portada plateresca por Juan de Marquina en 1533. La iglesia fue terminada de construir en 1540.



Quedaban por realizar los retablos, y el del altar mayor se encargó por el arzobispo D. Pedro de Castro y Quiñones al entallador e imaginero Miguel Cano (padre de Alonso Cano), según traza de Ambrosio de Vico, por contrato de 7 de septiembre de 1602; también realizó la imagen de San Cecilio, que lo iba a presidir en una venera (1). El retablo se perdió en el siglo XVIII, así como la imagen de San Cecilio, aunque bien podría ser la que hoy se encuentra en la capilla de Ntra. Sra. de la Esperanza de Santo Domingo

"[...] y hacer la figura de san Cecilio redonda (de bulto) que tenga seis tercios de alto, la qual figura a de estar bestida de pontifical mui bien acabada y labrada a gusto de dicho veedor ".


San Cecilio de la iglesia de Santo Domingo

La Hermandad

Es esta de Ntra. Sra. de la Salud una de las hermandades marianas más antiguas de la ciudad de Granada, pues su fundación data de finales del siglo XVI, quizás algo antes. Ello se deduce de un documento de 1684 de petición realizada al arzobispado para la colocación de una reja en la capilla y permiso de enterramiento gratuito de mayordomos en la bóveda de la misma, de lo que más adelante trataremos.

Probablemente, tiene su origen en las hermandades de Nuestra Señora, sin advocación específica, que se fueron creando en todas las parroquias en el siglo XVI; puede que con la recomendación de los prelados, junto con las hermandades del Santísimo Sacramento y de las Ánimas del Purgatorio, que no iban a faltar en ninguna de ellas.


Según la tradición conservada por la Real Hermandad, la primitiva advocación de la Virgen fue la de Nuestra Señora del Mar, quizás aludiendo a este devoto título de la patrona de Almería, puede que incluso fuese fundada por naturales de esta ciudad. Pero este título le fue sustituido hacia 1635, cuando Granada fue afectada por la epidemia llamada de las cámaras de sangre (disentería) y los feligreses del barrio del Realejo acudieron a impetrar el auxilio de la Virgen para hacer cesar la epidemia, que había causado víctimas en toda la ciudad, menos en la feligresía de San Cecilio. Desde entonces cambiaron a la imagen el título por el de Salud (2)

Por dichas fechas modificaría sus constituciones para adaptarlas al nuevo título y a la novena de rogativa, función y procesión que se instituyó para celebrarla en el mes de noviembre para invocar el Patrocinio de Nuestra Señora en los casos de epidemias, terremotos o sequías.

Después de la novena se formaba una procesión de rotativa para acudir al templo de Ntra. Sra. de las Angustias, cada mes de noviembre, como obligación estatutaria. Muy ligada, por lo tanto, en este culto de rogativa a la que ya era patrona de hecho de Granada y reconocido amparo de la ciudad en sus momentos de dificultades.

 La devoción a la imagen de la Virgen de la iglesia de San Cecilio, ya asentada en el Realejo desde tiempos anteriores a la epidemia, se fue extendiendo paulatinamente por toda la ciudad y por los pueblos de la Vega.  

En San Cecilio se veneraba la imagen, que era de tamaño natural propiedad de la hermandad, desde la fundación de la cofradía en la capilla de la Hermandad Sacramental, que empezó a llamarse de Ntra. Sra. de la Salud. Dicha capilla era, antes de trasladar posteriormente a otra a Ntra. Sra. de la Salud, la que está enfrente de la puerta de la iglesia (3). Así se deduce de un documento sobre enterramiento de mayordomos de la hermandad de 1684, que dice que la hermandad estaba en dicha capilla desde  tiempo inmemorial. Hoy creo que es la que está ocupada por la Virgen de la Paz. 

Parece ser, que ambas hermandades, Sacramental y Salud, presentaban cierta unión hasta bien entrado el siglo XVIII y puede que esta unión se remontara al siglo XVI, desde el momento en que se funda la hermandad de la Virgen, que había surgido, seguramente, en el seno de la Sacramental. Era común, que tanto las hermandades de las ánimas como las del Santísimo, tuviesen una patrona o patrón con imagen que lo representara; así ocurrió con la hermandad de Ntra. Sra. del Socorro de Santa Escolástica, unida a la sacramental de dicha parroquia y venerándose en su capilla.  

Parece, no obstante, que sería después de 1734, pues en esta fecha aun estaban unidas en la misma capilla, cuando la sacramental tomó como patrona a la Virgen de la Paz, tal vez por disidencias con la hermandad de la Salud. 

Antes de 1684, la hermandad realizó a sus expensas un retablo a la Virgen y las imágenes del mismo, altar que tenía el privilegio de ser el comulgatorio de la parroquia, donde se conservaba el Santísimo Sacramento con dos lámpara  de plata encendidas día y noche, cuyo aceite costeaba la hermandad. Las lámparas también las había costeado la hermandad de la Virgen.

Posible retablo primitivo de Ntra. Sra. de la Salud, hoy ocupado por Ntra. Sra. de la Paz

También costeó la hermandad de la Virgen en el siglo XVII la bóveda de enterramiento de hermanos que hay en la capilla, en la que se gastaron 500 ducados. En 1684 solicitan los mayordomos, Alonso de Alarcón y Marcos López, del provisor y vicario general de la diócesis, licencia para cerrar la capilla con una verja de hierro, que costó 20.000 reales de vellón.

Ese año, solicitan que sólo los mayordomos de la hermandad y sus mujeres sean enterrados en la citada bóveda, bajo los pies de Ntra. Sra. de la Salud, sin pagar estipendio alguno por los zambullimientos. La petición fue aprobada por D. Eugenio de Rivadeneyra, delegado del arzobispo D. Bernardo de los Ríos, así como, para instalar una reja de hierro; para ello, el provisor solicita informes previos a los beneficados y al párroco, que fueron favorables; éstos no podía ser menos, porque reconocían que la hermandad costeaba los sermones, muchos ornamentos de la iglesia como: una custodia de plata, ricas colgaduras de tafetán, faroles del Santísimo y palios, que prestaban a la parroquia para las basílicas del titular y otras festividades (4)

La hermandad estaba regida, al menos desde de adquiere carácter rosariano y de esclavitud, por un mayordomo y dos comisarios rosarianos; pues, además de la rogativa del mes de noviembre, celebraba procesiones del Santo Rosario, seguramente dirigidos por la Orden de Santo Domingo; ya que aparece el Santo en las estampas de la Virgen y se concedían indulgencias a quien acompañara en las procesiones de su Santo Rosario.


Parece que la Virgen era una imagen de talla completa sobrevestida con sayas y mantos, con rostrillo monjil; llevaba un cetro en su mano derecha y el Niño en su izquierda, ambos con corona real y la media luna de orfebrería a sus pies. En las estampas, de las que hay constancia que se realizaron, al menos desde 1712, se presenta a la imagen acompañada de San Cecilio, Patrón de Granada, con la mitra a los pies de la Virgen. También, aparece el indicativo de la sede de la cofradía y, al otro lado, Santo Domingo de Guzmán, indicativo del carácter rosariano de la hermandad. Ambos sostienen dos sendos rosarios que parten de las manos de la Virgen y del Niño. Además en la litografía que se conserva de 1847 aparece con el que sería escudo la hermandad con castillos y leones y corona real. 

En otra litografía más antigua, de 1712, reproducida en 1788, sustituye al escudo la estrella del rey David, tal vez, indicando el origen de la sede, en otros tiempos sinagoga judía, o, más bien, la pertenencia de la Sagrada Familia a la Casa de David; y aparece, también, el Sigilo de Salomón, una de la reliquias encontradas en la Torre Turpiana y Cuevas del Sacromonte, signo, incluso, utilizado por esoterismo, como defensa de espíritus malignos. Esta referencia se comprende por varios conceptos: la sede de la hermandad, la iglesia de San Cecilio y sus reliquias descubiertas; la conexión entre la recristianización de la ciudad y su primera evangelización por el Varón Apostólico y, si queremos, la protección contra la influencia demoniaca.


Ntra. Sra. de la Salud. Litografía de 1788, que reproduce otra de 1712. Casa de los Tiros 

Va a ser a lo largo del siglo XVIII, cuando hermandad adquiere un considerable desarrollo, que la hace extenderse por todos los territorios del antiguo Reino de Granada, traspasando sus límites para extenderse por el Reino de Murcia y las provincias de Jaén, Córdoba y Cádiz. En todas estas demarcaciones se encontraban sus hermanos y, al principio del siglo XIX, la componían de un considerable número de ellos.

Incluso, la ciudad de Granada se va a obligar en su ayuntamiento con un voto de acción de gracias, cuando en 1755 se produce el célebre terremoto de Lisboa y la ciudad, por la intercesión de la Virgen, se vio librada de aquella catástrofe (5).

Hacia 1800, adquiere la hermandad determinadas gracias y jubileos de la Santa Sede, pasados por el Consejo Real de Castilla y conseguidas, parece ser, por mediación del arzobispo de Granada, D. Manuel Moscoso y Peralta (1789-1811), que se había hecho hermano de la cofradía "(...) de cuio ejemplo fueron muchos los fieles que se incorporaron en ella y empezó a tener hermanos, no solo en esta ciudad y su arzobispado sino también en los demás pueblos de este Reyno" (6). 

Posiblemente, el arzobispo Moscoso sería el que consiguió el título de Real para ella, sobre finales del siglo XVIII o principios del XIX, pues ya gozaba del mismo en 1815.

En 1807, el Papa Pío VII,  por un breve pontificio de 11 de septiembre de ese año, le concede indulgencias y gracias a los hermanos por su ingreso en la hermandad y cuando confesaran y comulgaran los días de la Ascensión, las cinco festividades de la Virgen, el día de San Cecilio y la Natividad del Señor y en el caso de que lleven el Santo Escapulario de Ntra. Sra. de la Salud dedicado a San José y San Camilo de Lelis, abogados de la buena muerte (7).

Desde el momento en que la cofradía consigue el título de "Real", el de mayordomo desaparecerá por considerarse éste título exclusivo del rey, quedando desde entonces la hermandad regida, por tres comisarios: el que hacía las veces de mayordomo efectivo y los dos comisarios rosarianos.


Ntra. Sra. de la Salud. Calcografía de la Casa de los Tiros de 1847

Llegadas a la ciudad las tropas francesas de Napoleón Bonaparte, las hermandades y cofradías fueron suspendidas en 1811 por orden del General Sebastiani, pero las funciones, jubileos y rogativas a Ntra. Sra. de la Salud se siguieron celebrando por la parroquia, según declaraciones del párroco:

" (...) en los dos dichos años se hicieron todas las 

funciones y jubileos y rogativa a Ntra. Sra.

costeando los gastos a mis propias expensas,

predicando gratuitamente, pero en este último

año fui suspenso de mi curato e ignoro qué haría 

el ecónomo".

Ese año de 1815, se produce un conflicto por irregularidades en la recaudación de limosnas de los delegados de la Real Hermandad en algunas provincias. La hermandad había nombrado para que se extendiera la devoción por amplias zonas del sur de España unos comisionados encargados de apuntar nuevos hermanos en dichas zonas y recaudar las correspondientes cuotas y limosnas, emitiendo patentes para disfrutar de las gracias y jubileos que tenía concedidas la hermandad. 

En ese año regía la hermandad el alcalde del barrio, Mariano Garzón, como comisario mayor y Francisco Molina y Antonio Garzón, como comisarios rosarianos. Estos cargos denunciaron las irregularidades ante el provisor de la diócesis y suspendieron de sus funciones a los comisionados "recaudadores" afectados por la irregularidad que eran: Carlos de Vargas, Blas Martínez y Francisco Valdivia, que actuaban en varias demarcaciones, entre ellas, en el reino de Murcia. Se basaban en:


"Que los hermanos que se comisionaron se manejan de forma contraria al espíritu de esta hermandad, que salen a los pueblos de la provincia y del reino y hacen hermanos y prometen gracias e indulgencias que solo están concedidas con ciertas restricciones a los que realmente son recibidos y aceptados y sentados en el libro de esta hermandad y practican los actos de religión en la parroquia y capilla de la santa imagen. Y recogen limosna y entregan documentos y dicen haberse celebrado misas por los capellanes de la hermandad y en la capilla de Ntra. Sra. que no se han dicho".

El Provisor determinó, antes de dictar el correspondiente auto, pedir informes a varios párrocos que habían servido en San Cecilio desde 1805. Todos confirmaron las irregularidades y algunos aprovecharon la ocasión para arremeter contra el sistema de limosnas con que se nutría la hermandad, pidiendo que se prohibieran e ,incluso, alguno que se suprimiera la cofradía porque:


"Creo que sin estas limosnas no faltará el culto a Ntra. Señora, que será mejor que se acabe esta hermandad que no que a su sombra se engañe a los fieles".

El Provisor, don Manuel de Ávila, apreciando indicios de delito dicta un auto el 16 de marzo de 1815,enviando el expediente a la autoridad civil para que se registrara los domicilios de los imputados por el alguacil del arzobispado con el auxilio de la autoridad gubernativa y un notario. Acompañados del mayordomo comisario, Mariano Garzón, se presentaron en el domicilio de Blas Martínez, en la calle Honda de Santa Escolástica nº16, en el de Francisco Valdivia en la Calderería, junto a San Gregorio Bético, y en la de Carlos Vargas, que vivía con una tía por no tener domicilio propio. 

Les recogieron láminas de bronce para hacer estampas de la Virgen y patentes de hermanos, libros de asientos de cofrades, copias de las constituciones de la Real Hermandad, licencia para hacer alhajas para Ntra. Sra de la Salud...etc. Valdivía manifestó no tener cosa alguna excepto un lámina de broce de estampas, porque lo había quemado todo cuando en 1810 ocuparon la ciudad las tropas francesas de Napoleón (8).

Todos estos efectos fueron entregados a la hermandad para que los quemara y no se sabe si los acusados fueron encarcelados o no, porque esta cuestión se dilucidaría en otro expediente ante la autoridad civil.


San Cecilio antes del incendio de 1969

Durante el siglo XIX, la hermandad seguirá con cierta pujanza, afectándole las distintas vicisitudes por las que las instituciones religiosas pasan en un siglo tan conflictivo en cuestiones religiosas, bélicas y sociales. Probablemente, en algunos de estos años no realizaría su tradicional procesión de rogativa a la iglesia de Ntra. Sra. de las Angustias. 

También, la asociación de señoras de la Corte de María visitará su capilla, a partir de mediado del siglo citado, todos los días 18 de cada mes. 

Desde 1807, aparece celebrando su función principal el domingo infraoctava de la Ascensión, precedida de un quinario, siguiéndose realizando la rogativa en noviembre, precedida de una novena, para después de ella, procesionar hasta el templo de la Virgen de las Angustias, como era costumbre (9).En la segunda mitad del siglo la hermandad celebraba sus cultos y procesión de manera regular. 

En 1869, por los acontecimientos políticos de ese año en el que se declara la I República, queda suprimida la procesión de rogativa, que se reanudará una vez fracasado el citado régimen político y restaurada la monarquía. 



Ntra. Sra. de las Angustias, Patrona de Granada. Estación de la rogativa de Ntra. Sra. de la Salud

No sabemos cuándo cambia de capilla, pero en 1882 ya estaba la hermandad y su imagen en la capilla izquierda del presbiterio de la iglesia, junto al altar mayor, probablemente fuera cuando dejó de estar unida a la Sacramental.  En un artículo de 1884, el erudito don Francisco de Paula Valladar describe la iglesia de San Cecilio y dice, que en el altar mayor se levantaba un tabernáculo (el retablo antiguo, encargado a Miguel Cano ya no estaba) con los alteres del Santo titular y el de Ntra. Sra. de la Salud.

Ese año se había declarado la epidemia de cólera en la ciudad y la procesión de rogativa, celebrada el domingo 16 de noviembre, fue una verdadera manifestación pública de fervor. Por el diario El Defensor de Granada sabemos que ese año de 1884 el Ayuntamiento renovó el antiguo voto con el que la ciudad se había comprometido por los terremotos de 1755.


A las 4 de la tarde salió la procesión de rogativa, con las imágenes de Ntra. Sra. de la Salud y la del Patrón San Cecilio, con las congregaciones de señoras delante de la Virgen y las de hombres delante de San Cecilio. Iban cantando la letanía de los santos y fue la procesión a la calle de Santiago, después pasó por Santo Domingo, Jesús y María a San Matías, plaza de la Mariana a Ancha de la Virgen, para llegar al templo de las Angustias, donde como hermandad rosariana se cantó el Santo Rosario, para dirigirse a Puerta Real y Mesones, Bibrambla y Zacatín, cruzando al Realejo por Puente de San Francisco, y por Santa Escolástica y Molinos, llegar al Campo del Príncipe.

En el último cuarto de siglo, con la Restauración de la monarquía, la Real Hermandad adquiere un considerable auge, formando parte de la misma, como mayordomos, algunas personalidades locales y miembros de notables familias de la ciudad, como capellanes reales, los Mirasol de la Cámara, Jiménez de la Serna, Zayas, Damas, López Barajas...etc. 


A principios del siglo XX, la Real Hermandad contaba con dos mayordomos en lugar de los tres que tenía  en tiempos anteriores. En 1909 lo eran doña Angustias de la Cámara y Martínez Torroba y don Luis López Zayas. Por esos años se instituye una ofrenda de flores a la Virgen en el mes de mayo y un besamanos de la novena de noviembre (10)

En los años veinte del siglo pasado, la hermandad vuelve a presentar claros signos de decadencia, sosteniéndose gracias al celo de la familia López Zayas que mantiene los cultos y la rogativa, a excepto de la procesión a la Virgen de las Angustias, que no se podía en esos años mantener por el escaso número de hermanos.



Salida de Ntra. Sra. de la Salud en 1930. Granada Gráfica



Excepcionalmente, se celebra la procesión de 

rogativa en 1930, después de varias décadas  sin 

realizarla, y de la que existe el singular 

testimonio  gráfico con el que se abre este 

artículo. No volverá a salir procesionalmente 

desde entonces.


Nuevos y lamentables tiempos se presentaban en 

España con los desórdenes sobrevenidos en los 

años treinta que culminan con la tragedia de la 

Guerra Civil, aunque existen noticias de la 

celebración de sus cultos, otra vez, desde 1936

hasta 1938 . 


Pasada la Guerra Civil, la hermandad sigue 

con vida y celebrando su novena de noviembre,

con función, en sustitución de la rogativa, 

vísperas, salve a la Virgen y letanías (11)


Curiosa es la noticia que da el periódico Ideal el 

25 de abril de 1952 en la que se anunciaba que la 

Hermandad del Santísimo y Ntra. Sra. de la Salud

de San Cecilio, celebraba junta en la sacristía de 

la iglesia. Ello nos hace preguntarnos por la 

relación entre ambas hermandades a mediados del 

siglo XX, cuando dos años después, en 1954, esta 

Sacramental se une a la hermandad de penitencia 

del Cristo de los Favores, para no desaparecer.


¿Existía una intención previa de unirse la 

Sacramental a la de Ntra. Sra. de la Salud, para no 

desaparecer ambas y se decantó aquélla  por 

agregarse a la de los Favores, llevando con ello a 

la desaparición de la Real Hermandad de Ntra. 

Sra. de la Salud? Todo parece indicar que pudo ser este el resultado de la desaparición de la hermandad de la Virgen. 



San Cecilio, incendio de 1969.

Pero unos años después, el día 22 de diciembre de 1969, se había colocado en la capilla de la Virgen de la Salud un Belén de Navidad y su instalación eléctrica  provoca un cortacircuito que incendia la capilla de la Virgen y se extiende rápidamente por toda la iglesia de San Cecilio. La Hermandad de los Favores consigue salvar, con deterioros importantes a sus imágenes (Cristo de los Favores, Mª.Sª. de la Misericordia y Ntra. Sra. de la Paz), pero la Virgen de la Salud, junto con otras imágenes, desaparecen en el incendio. 

Según información dada por don Alberto Ortega García, cofrade y capataz reconocido, se salvaron del incendio algunos efectos de la hermandad: un armario que lleva tallada la inscripción de Ntra. Sra. de la Salud y un manto y saya color hueso, bordado en sedas, que no se pudo utilizar por la hermandad de los Favores para la Virgen de la Misericordia y fueron donados por esta hermandad a la Asociación de fieles de Ntra. Sra. de la Salud del Parque de las Avenidas de Sevilla, que hoy es titular de la Hermandad del Sol de esa ciudad.

Lamentable suceso fue el incendio que nos hizo perder irreversiblemente aquella imagen de señera devoción en el Realejo, titular de una hermandad de preclara historia en nuestra ciudad. No quedará en el olvido mientras sea recordada o dada a conocer a través de escritos, como el presente, para nuestra generación y las futuras.


Cristo de los Favores. Foto de A. Guzmán Úbeda


María Santísima de la Misericordia

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1. ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 398 f, pieza 11, pág. 3. 
2. DE LA CHICA BENAVIDES. fr. Antonio, Gazetilla Curiosa..., papel XLIII, 28 de enero 1765.
3. ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 13 f,d.
4. El citado archivo, legajo 15 f, pieza 15.
5. La Gaceta del Sur de 29 de mayo de 1908.
6. El Noticiero Granadino de 23 de mayo de 1906.
7. El citado archivo, legajo 15 f, pieza s/n.
8. La Constancia de 7 de mayo de 1853. Varios periódicos de mediados del siglo.
9. El Defensor de Granada de 14 de noviembre de 1884.
10. El Noticiero Granadino de 28 de mayo de 1911.
11. Varios periódicos.