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martes, 18 de febrero de 2014

ANTIGUA, REAL E ILUSTRE HERMANDAD DE SANTA RITA Y MONTE DE PIEDAD









Antonio Padial Bailón


  La hermandad se funda formalmente en 1734 - de hecho se había fundado años antes, como veremos más adelante- en el convento de San Agustín de agustinos calzados. 

   Los Agustinos Calzados llegan a Granada en 1513 para fundar su convento, primeramente, en unas casas de la Alcazaba del Albaicín. Allí encargarían la imagen de una de sus devociones más importantes del convento agustino calzado: la del Santo Cristo de Burgos o de San Agustín a Jacobo Florentino "El índaco" (1).  

   Pero a mediados del siglo XVI el Albaicín se estaba quedando despoblado y los frailes deciden trasladarse al centro de la ciudad, para lo que adquieren en 1553 varias casas moriscas; algunas de ellas estaban cerca de unos antiguos baños musulmanes, los de Abulaci, situados cerca de la Alhóndiga de los Genoveses. 

   Inmediatamente comenzaron a construir el convento con iglesia adosada a su parte nordeste, cerca de la calle Angosta de la Botica, que era una de las principales arterias de Granada hasta que construyeron la Gran Vía a principios del siglo XX. Todo el gran complejo religioso se terminó de construir en 1593.


Pintura de Diego Velázquez. La Catedral y torre del convento de San Agustín a la derecha. Seguramente tomado desde la Cruz de Quirós
  La capilla mayor se finalizó hacia 1620, siendo su patrono y financiador el rico comerciante genovés Horacio de Levanto, con la finalidad de que constituyera la capilla de su enterramiento y el de la familia Levanto. Ello suscitó un largo pleito de más de un siglo entre los agustinos y el convento de San Alberto de Sevilla, ciudad donde se trasladó parte de la familia.
   

Fundación de la hermandad


  En 1718, la Hermandad de Santa Rita ya estaba fundada de hecho. Ello nos lo confirma un grabado de G. Juan Luengo guardado en la Casa de los Tiros en el que la leyenda que figura al pie del mismo nos dice: "La gloriosa Sta. Rita de Cassia que se venera en el convento de S. Agustín Calzados de Granada a devoción de su Hermandad. Año de 1718".


Grabado de Santa Rita a devoción de su hermandad en 1718. Casa de los Tiros

   Por lo que la hermandad ya estaba fundada en ese año de 1718 para dar culto a la Santa y puede que la imagen se encargara a su autor ese año o poco antes. Sin embargo, la aprobación formal de la corporación no se va a producir hasta 1734. 

   Parece que se fundo por impulso del fraile agustino calzado, fray Isidro Antonio Sánchez Ximénez con la finalidad primordial de que sirviese de culto y aprovechamiento espiritual de sus congregantes, estableciendo una novena-misión a la santa abogada de los imposibles (2)

   Pero unos años más tarde, en 1740, el fundador quiso dar a la hermandad, también, un planteamiento socio-religioso más acorde con las corrientes de la Ilustración imperantes en la época, y el referido año unió a la misma el Monte de Piedad de Santa Rita, que fue el cuarto fundado en España tras los de Madrid, Salamanca y Zaragoza. Era, lo que hoy podríamos decir, la primera entidad prestataria de la ciudad o, si queremos, la primera entidad bancaria. Asimismo, entre sus fines se encontraban el proporcionar dotes a huérfanas pobres de los hospicios de la ciudad para que ingresaran en conventos o contrajeran matrimonio. 

  De los empeños de alhajas de aquellas personas que pedían préstamos al Monte se daba una papeleta firmada por el contador y el secretario y se introducían en las cajas de la entidad. 


SANTA RITA Atribuida a José Risueño Alconchel  


  Las constituciones fueron primeramente aprobadas por el Real Consejo de Cámara del Rey Felipe V, porque lo que pretendían los fundadores era acogerse al Real Patrimonio. A este fin convocaron en el convento una junta de la hermandad el  5 de abril de 1741 en la que se cedió por el prior del convento, fray Francisco Heredero, una celda a nivel de la calle, dentro del mismo. También asistió a la junta D. Simón de Baños, oidor de la Real Chancillaría, como persona influyente ante los organismos oficiales  y D. Pedro de Jauregui, como principal financiador de la obra. Asimismo, estos fundadores del Monte aportaron fondos o capital para iniciar los préstamos, junto con los fondos que se recogieran de los cepos puestos en la capilla de la Santa y en el propio local del Monte (3). No obstante, a la hermandad se le prohibió por la autoridad eclesiástica pedir limosnas para no perjudicar a las parroquias.

 D.Pedro Jauregui y fray Isidro Antonio pusieron de fondo inicial dos mil reales de vellón cada uno y otros seis mil como préstamo al Monte de Piedad sin interés.

   Las constituciones merecieron la aprobación dos años después, en 1743, por Real Cédula de 4 de julio de Felipe V en el Palacio del Buen Retiro, como de su Real Patronato y bajo la jurisdicción de la Cámara del Consejo de Castilla, representada en los jueces de la Real Chancillería de Granada. 

   Como hermandad necesitaba la aprobación de la autoridad eclesiástica, sobre todo, si quería solicitar las gracias y privilegios de Roma. Para ello, el fundador fray Isidro A. Sánchez Ximénez solicitó del arzobispado la aprobación de las reglas en enero de 1745. 


Urna con el cuerpo incorrupto de Santa Rita, en la Basílica de Casia (Italia)

  Un documento que he encontrado en el Archivo Histórico del Arzobispado de Granada certifica esta aprobación. Fray Isidro A. Sánchez, había solicitado la misma del provisor y vicario general D. José Agustín de Iriarte, que con el informe favorable del fiscal del arzobispo de 28 de enero de 1745, dicta su auto de aprobación de las constituciones el 30 de enero de 1745, así como de la Cédula Real que la admitía bajo su protección. Era en tiempos del arzobispo D. Felipe de los Tueros y Huerta, dándose la autoridad eclesiástica especial rapidez en aceptar las reglas, una vez que contaba con la aprobación real.
"...bisto el escrito del administrador del Monte pretendiendo se aprueben las constituciones y la Cédula de Su Real Majestad, que la admite baxo su protección las aprueba". 

  Fray Isidro Antonio en la petición de aprobación expresada manifiesta los motivos de la creación de la hermandad y de su Monte de Piedad, para librar en lo posible de la garras de la usura a las personas de escasos medios económicos "[...]bajo la advocación de Santa Rita de Casia por mí y otras personas para socorrer a los necesitados y aumento del culto de la Santa Imagen, sita en la iglesia de San Agustín del Orden Calzado y se evitasen las ilícitas usuras a que se ven obligados los que necesitan dinero urgente se establecieron para la fundación diferentes Reglas y Constituciones".

  La constitución 34 proclamaba que los hermanos, devotos y bienhechores debían de recibir no sólo el socorro temporal, sino también el espiritual en su novena, día de Santa Rita y la festividad de la Santísima Trinidad y demás días en que se celebraren honras generales en las que se obtenían, con determinadas condiciones, las gracias concedidas a los Montes de Piedad de España e Italia, para ello se pidió la Bula de Indulgencias de Su Santidad(4)

   Cumplidos los trámites de aprobación Real y eclesiástica, la Hermandad y Monte de Piedad solicitó la Bula, que le fue concedida con bastante rapidez el 5 de junio de 1745, que elevó, asimismo, a la categoría de archicofradía a la Hermandad del Monte de Piedad de Santa Rita con la obtención de una serie de gracias e indulgencias a sus hermanos y benefactores y la agregación al Monte de Piedad de Roma. 

   En el siglo XVIII, cuando primaban en los fieles la obtención de los valores espirituales para la salvación del alma, esta concesión de indulgencias hizo crecer la hermandad y su Monte de Piedad, obteniendo, asimismo, beneficios materiales del Rey Carlos III en 1763, en el que se consiguió la Depositaría Mayor del Reino con el mismo ámbito jurisdiccional de la Real Chancillería. Posteriormente, el beneficio fue confirmado por Real Provisión de 27 de julio de 1774 y Real Cédula de 1 de septiembre de 1776 (5)


Plaza que resultó de la demolición del convento y su iglesia, donde después se construyó el Mercado de San Agustín.


   Como cultos más sobresalientes, se estableció una novena y al final de la misma una procesión todos los años en el mes de mayo, que se celebraba tras la función a la Santa. A los que asistieran a los cultos y procesión se concedían 15 años de perdón, así como, otras indulgencias a aquéllos que asistieren a los enfermos y a los entierros de hermanos, hicieren alguna obra piadosa o rezaren la Corona de Ntra. Sra. También se concedían a los fieles, que confesados y comulgados visitasen la iglesia y a la imagen de la Santa el día de Santa Rita. A todos estos cultos el Monte dedicaba un tercio de sus beneficios anuales.

    El Padre de la Chica nos informa que desde la fundación hasta 1764 se habían socorrido 132. 831 personas y 12.434 misas. Sólo en el año 1763 se hicieron prestamos a cerca de 15.000 personas, lo que puede dar idea de la envergadura que había tomado la institución en una ciudad que tenía unos sesenta mil habitantes. Todo ello requirió de una considerable organización administrativa y de seguridad, creciendo la institución, además de en hermanos en personal trabajador.

   La hermandad y su Monte de Piedad, como institución de caridad, no llevaban interés alguno por los prestamos concedidos, aunque sí se admitían limosnas de los beneficiados con préstamos con objeto de mantener la organización, siendo Pedro de Jauregui el benefactor que remediaba los momentos de déficit (no estoy seguro de que Granada haya honrado su memoria con la dedicación de una calle, al menos). 

   Los herederos de Jauregui, cosa previsible, a la muerte del benefactor retiraron los fondos del Monte en 1772 y hubo de buscarse otros benefactores, aunque pagándoles un reducido interés por sus depósitos, con lo que a partir de ese año se convirtió, de hecho, en una caja de ahorros.


Primitivo Monte de Piedad con la ermita de Santa Rita

  El trasiego que suponía la actividad del Monte, y con ello, el quebranto de la paz y sosiego requerido por el convento, hizo que  la hermandad arrendara en 1765 unas casas en la Carrera del Darro, poco antes de llegar al Paseo de los Tristes y que después adquirió en propiedad. Una vez realizadas las obras del edificio la institución se trasladó definitivamente en 1767(5). 

   Se trata del edificio con dos torres y dos portadas, una de ellas daba accedo a la capilla de Santa Rita, que está en la Carrera del Darro, al inicio del Paseo de los Tristes, poco más allá de la iglesia de San Bernardo del Cister y de la de San Pedro.  

   No sabemos, si inmediatamente terminado el edificio de la Carrera del Darro con su ermita, se trasladara a la Santa a su ermita o esto ocurrió años después.

  En 1788, se aprobaron nuevas constituciones para adaptarlas a las nuevas circunstancias y tiempos, regulando en ellas la situación laboral del personal empleado y disminuyendo los recursos empleados por el Monte a las actividades de culto. Parece que estas nuevas constituciones no se aprobaron por la autoridad Real, aunque se vino rigiendo la entidad por ellas hasta su desaparición. 

  
Una de las dos portadas del antiguo Monte de Piedad,  la que correspondía a la capilla de la Santa


La imagen de Santa Rita 

   Como antes hemos afirmado, la imagen de la Santa ya estaba en la iglesia del convento de los agustinos calzados, al menos, desde 1718, así como su hermandad. Fray Isidro A. Sánchez, muy devoto de la imagen, fue su gran valedor y el que quiso no sólo aumentar la devoción y culto a Santa Rita, sino también darle un carácter inédito hasta entonces para una hermandad, dentro de sus fines piadosos y caritativos: la fundación en ella de una entidad de crédito o préstamo para socorrer a los necesitados de dinero y que éstos no sufrieran el abuso de intereses usureros de los prestamistas.    
  
   Por las características de la imagen, he pensado siempre que habría salido de la gubia de José de Mora o de su hermano Diego, pero, según el archivo parroquial, parece ser que la realizó José Risueño Alconchel, que como discípulo muy notable del maestro seguía sus cánones (6). Risueño falleció en 1732 y, según el grabado que hemos comentado, la imagen la tuvo que realizar en 1718 o poco antes, año en que ya estaba fundada de hecho su hermandad y recibiendo culto en el convento agustino.  



  

La Hermandad y su Monte en el siglo XIX

  Con bastante auge, pero no exenta de conflictos laborales, el Monte y su hermandad finalizaron el siglo XVIII. En el año 1809, con motivo de la invasión francesa, la institución carece de actividad, pero pronto abre sus puertas, prestándose a colaborar con el invasor. El administrador, Joaquín Cienfiegos, huye a la Alpujarra con la tesorería, donde estuvo concediendo préstamos.

  Una vez que terminó la guerra, el Ayuntamiento constitucional clausura las oficinas, acusando al Monte colaboracionista y sometiéndolo a un rigoroso control de sus cuentas. Una vez que volvió el gobierno absolutista de Fernando VII se produjo la normalización de la situación de la entidad a una situación semejante a la que tenia antes de la Guerra de la Independencia.      

  La imagen de Santa Rita, parece que fue trasladada   de su ermita de la Carrera del Darro a un lugar más seguro durante la guerra con los franceses. Seguramente, se la llevó a la parroquia de San Pedro y no volvió a su sede hasta el 9 de diciembre 1835, según el Boletín Oficial de la Provincia  de esa fecha "...la imagen de Santa Rita, patrona del Monte de Piedad, se traslada a ermita de dicho Monte, la que estará abierta los días festivos y los 22 de cada mes" (7)

  

    
  En su ermita continuaría sus cultos normales, con novena y función al final de la misma, a la que asistió en 1848 la orquesta del maestro Ramón Entrala Perales (8).  

   Por esas fechas, y puede ser un indicio de que la imagen estuvo en la iglesia de San Pedro durante los años convulsivos, la hermandad traslada a la Santa a esta iglesia para su novena y función, al menos,así lo relata el periódico La Constancia en el año 1853. 

  Los periódicos de mediados de siglo anuncian con asiduidad las funciones de la Santa como organizadas por los directivos del Monte en la iglesia de San Pedro. Ello nos hace pensar que éstos serían los que rigieran la hermandad a mediados del siglo y los que establecerían los doudenarios que se celebraron de ahí en adelante los días 22 de cada mes, aunque estos cultos se celebraban en su ermita. La imagen en esos tiempos estaba todo el año en su ermita y se trasladaba a la parroquia de San Pedro para su novena y función. 

    Para devolver la imagen a su ermita, tras los cultos del mes de mayo en San Pedro, se organizaba una procesión muy concurrida de fieles, dada la gran devoción a la imagen. 

   En 1866, se produjo un enorme escándalo en el Monte y sus directivos fueron acusados de estafa y detenidos, cerrando las puertas de la institución la autoridad judicial. Ello motivó la quiebra de la entidad, con repercusión en toda Andalucía. La desaparición del Monte, por otra parte, llevó a un incremento exacerbado de la usura en Granada.

Nuevo edificio del Monte de Piedad en la Calle de San Matías, al que se trasladó después de la quiebra del antiguo Monte de Santa Rita

    Todos estos sucesos hicieron padecer de manera importante a la hermandad, que pudo desaparecer por esas fechas o quedar muy mermada en los años siguientes. No obstante, se aprecia un resurgir de la misma en 1882, quizás algunos años antes, pues en ese año se anuncia el doudenario mensual a la Santa en su ermita, para trasladarla a la iglesia de San Pedro cuando se acercaba su novena y procesión. Ésta se realizaba una vez finalizada la función, con objeto de trasladarla a su ermita. Normalmente en estos cultos se daba a besar la reliquia de la Santa a sus muchos devotos, cosa que se siguió haciendo hasta tiempos relativamente recientes. 

   Parece que el relevo lo había tomado en 1882 una asociación de señoras presidida por Dª Francisca Eguilaz Yanguas de Torres, que organizó los cultos y procesión de ese año hasta su ermita a las seis de la tarde, según nos informan los periódicos La Lealtad y el Defensor de Granada.

  El reorganizador de la hermandad, ya dedicada exclusivamente al culto de la imagen, fue D. Francisco Alcántara Bullón que junto con las referidas señoras van a organizar en los años siguientes los cultos  y procesión, que cada vez ofrecerán mayor esplendor y a los que solía asistir la banda de música del Regimiento de las Antillas. La procesión iba desde San Pedro a Plaza Nueva, donde daba la vuelta para encerrarse en su ermita (9). Normalmente, la procesión se realizaba todos los años en los primeros días de Junio. 

   A finales del siglo XIX, cuando los agustinos recoletos vuelven a Granada y se establecen en la iglesia del Corpus Christi (Hospitalicos) se inician cultos a otra imagen de Santa Rita de Casia, germen de la fundación de otra hermandad que ha llegado hasta nuestros días.

   La antigua hermandad de Santa Rita va a continuar durante las dos primeras décadas del siglo XX sus cultos y procesión de igual forma que a finales del XIX, pero desde 1904 o 1905 la Santa permanecerá ya todo el año en la iglesia de San Pedro y no en su ermita, por lo que diremos a continuación. 


IGLESIA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
   
   Y es que, en 1919, se produce un conflicto porque desde el inicio del siglo XX la imagen de la Santa se quedaba tras la procesión en la iglesia de San Pedro por orden del párroco y no se reintegraba a su ermita, como se venía haciendo en las últimas décadas del siglo XIX. La retención de la imagen en la iglesia de San Pedro se venía produciendo de forma tradicional. 

    El conflicto se plantea el 2 de julio de 1919 entre el abogado Antonio Martín Montijano y Lillo y el párroco de San Pedro. El abogado Montijano acudió al arzobispo D. José Meseguer y Costa acompañado de D. Miguel Rodríguez Acosta, de familia ligada a la banca granadina, ambos directivos del Monte de Piedad refundado, para presentarle su protesta, porque la imagen - que decía que era de su propiedad, mas bien los era del Monte-, no se reintegraba a su ermita, por no permitirlo el párroco, después de los cultos que anualmente de le hacían en la iglesia de San Pedro.

    El documento dice que la imagen se retenía en San Pedro desde los últimos años del anterior arzobispo, D. José Moreno y Mazón, al menos a partir de 1901, en que aparece en la prensa la celebración de los duodenarios mensuales en la ermita. También reclamaban cuadros, ornamentos y las llaves de la capilla u oratorio, que no les devolvía el párroco y denunciaban, además, que éste había vendido el cancel de la capilla.  

   El provisor y vicario general López Doriga solicita informe al párroco sobre el asunto, pero no aparece contestación del mismo.

    De dicho documento se infiere que el nuevo Monte de Piedad, único acreedor que quedaba del antiguo, y por tanto, propietario de la capilla y de lo en ella contenido, exige la devolución de sus pertenencias, entre ellas, la imagen de Santa Rita.

   Parece que el arzobispado no accedió a la solicitud y la imagen permaneció en San Pedro, desde principios del siglo y hasta nuestros días. 



   Allí ha continuado recibiendo culto por sus devotos, porque la hermandad que se reorganizó por aquellas señoras hacia 1882, seguramente sin reglas, presentaba acusada decadencia a principios del siglo XX. Esta ausencia de hermandad nos consta porque, en 1912 la Junta Católico-Social de la parroquia de San Pedro se reúne en marzo de ese año para tratar de impulsar diversas hermandades de la parroquia que estaban muy decaídas, entre ellas, esta de Santa Rita (11)

    Los cultos no se interrumpen y, en 1918, otra vez aparece nombrada en la prensa la Hermandad de Santa Rita, con motivo de acudir a la Catedral para la celebración de las bodas de oro, como sacerdote, del arzobispo D. José Meseguer y Costa.      

   Gran devoción mantenía la Santa en los años veinte del siglo pasado cuando en sus duodenarios la iglesia de San Pedro permanecía abierta los días 22 de cada mes desde las 6 de la mañana a las 11 de la noche.  
"Solemnes cultos a Santa Rita dedicados por su Antigua, Real e Ilustre Hermandad y multitud de devotos. La iglesia estará abierta desde las seis de la mañana a las once de la noche"(12).

   A la función asistían concejales del Ayuntamiento, que acudían, asimismo, a la procesión de la tarde. Probablemente, durante los años veinte del pasado siglo y como consecuencia de haberse reorganizado la hermandad por los citados grupos parroquiales, aquélla volvió otra vez a tomar impulso y así continuará hasta finalizada la Guerra Civil. En 1938, tenemos la noticia de que la hermandad organizó un Vía Crucis de rogativa por el fin de la cruenta guerra. 

   Finalizada la contienda civil la hermandad seguirá celebrando su novena y función de mayo en la que se repartían roscas y panecillos entre sus devotos, que previamente eran bendecidas. Probablemente, esta costumbre venía de antiguo.

   Puede que la Hermandad Sacramental de la parroquia de San Pedro y la de Santa Rita se unieran. Esta interrogante se me plantea al encontrar en el periódico "Ideal" de 21 de marzo de 1953, la noticia de que la Hermandad Sacramental de Santa Rita de San Pedro celebraba sus cultos oficiados por el Padre Moratalla.

  Una hermandad que aun no se ha extinguido canónicamente - la última noticia como hermandad la tengo de 1961, seguramente permaneció mucho más tiempo -,  de gran importancia para la historia cofrade de Granada y que sigue recibiendo culto por sus devotos, con un arraigo muy importante en la ciudad en otros tiempos.  

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1. Actualmente, se piensa, asimismo,que pudiera deberse a la gubia de Jerónimo Quijano.

2. DE LA CHICA BENAVIDES, Fr. Antonio, Gazetilla Curiosa o Semanero Granadino, papel VII. 1764.

3. TITOS MARTÍNEZ, Manuel, Crédito y ahorro en Granada en el siglo XIX. Primera parte, págs. 16-17. Publicación Banco de Granada 1978.   

4.ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 26 f, pieza s/n. 

5. TITOS MARTÍNEZ, Manuel. Opus cit. págs. 19-21. 
6. Esta información me la ha proporcionado D. F. Campos Torres, que ha consultado los inventarios de la parroquia de San Pedro en que figura la autoría de la imagen, como de José Risueño.  

7. Boletín Oficial de la Provincia de Granada de 9 de diciembre de 1835. 
8. El granadino , de 30 de abril de 1848.

9. El Defensor, de 3 de Junio de 1886.  

10. ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 10 f, pieza s/n. 

11. La Gaceta del Sur de 10 de marzo de 1912.

12 Ibídem de 19 de enero de 1924.