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sábado, 4 de julio de 2015

HERMANDAD DE NTRA. SRA. DE LA CONSOLACIÓN DE SAN JUAN DE LETRÁN










Antonio Padial Bailón


Hermandad antiquísima, quizás la más antigua de las de esta advocación en la ciudad de Granada. Ligada esta devoción a la Orden de Agustinos, aunque no de forma exclusiva, pues varias hermandades de Consolación se fundan en Granada, entre ellas, la de los gallegos, asociada a la de la Vera Cruz en el convento de San Francisco " Casa Grande", o ésta que vamos a tratar de la ermita de San Juan de Letrán, que fue fundada en el convento de Mercedarios Calzados de la Merced.

No vamos a tratar en este lugar del convento de los Mercedarios Calzados y Redención de Cautivos por haberlo hecho al abordar la historia de otras hermandades, como la de la Sangre de Cristo, Humildad o el Nazareno de la Merced, sitas en este convento, que se han subido al blog "La Granada Eterna: antiguas hermandades pasionistas".

La hermandad en el convento de la Merced

Esta hermandad que nos ocupa se funda en Granada a principios del siglo XVII o, tal vez, antes. Los datos más antiguos que he podido investigar son de 1612, por lo que la fundación de la hermandad pudo ser bastante tiempo antes.

La advocación de Ntra. Sra. de la Consolación es, asimismo, antiquísima; basada en las tribulaciones que aquejaban a Santa Mónica, madre de San Agustín, al ver a su hijo apartado de las creencias cristianas que ella le había inculcado en su niñez. La Santa suplicó a la Virgen por la vuelta de su hijo a la fe cristiana y aquélla le dio el consuelo que pronto se produciría su conversión.

Como signo de este compromiso la Virgen pidió a Santa Mónica que vistiera un hábito negro y lo ciñera con una correa de igual color, razón por la que las órdenes agustinas, tanto seculares como seglares optan por  este hábito y correa.

Como se ha expresado, hermandades dedicadas a Ntra. Sra. de la Consolación nacen también en conventos no agustinos, como es ésta, que lo hace en el convento de mercedarios calzados de Ntra. Sra. de la Merced, Redención de Cautivos. No sabemos las circunstancias por las que se establece en este convento mercedario y no en uno de los dos cenobios agustinos, aunque uno de ellos, el de los descalzos, que se instala en Granada de forma definitiva en 1613 en el hospital morisco de la Resurrección (que estaba frente a las "Tomasas" en el Albaicín), es posterior a la fundación de la hermandad. 
Convento de la Merced de Calzados, junto a la iglesia de San Ildefonso

Las primeras noticias que he encontrado de dicha hermandad son de 1612, aunque con toda seguridad, su fundación fuera algo mas antigua. Estas noticias nos las da su libro de fiestas de esa fecha y que abarca hasta 1668.

La hermandad tenía obligación de celebrar cinco festividades de la Virgen: la del día de la Candelaria 2 de febrero; el 25 de marzo, día de la Encarnación; el 15 de agosto, día de la Asunción de Ntra. Sra.; el 8 de septiembre, de la Natividad de Ntra. Sra. y el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción. Por estas fiestas celebradas con la asistencia de los padres mercedarios calzados pagaba al convento 9 reales de vellón por cada una de dichas funciones (1).

Es curioso el fervor inmaculista de esta hermandad, desde la fecha tan temprana de su fundación, cuándo tal fervor se acrecienta algo después, a raíz de la controversia en Sevilla de 1613, cuando el dominico fray Domingo de Molina negó la concepción inmaculada de María. Ya la hermandad de la Consolación granadina del convento de la Merced, celebraba esta fiesta con función y, también, procesión con Ntra. Sra. de la Consolación. 

De ello da constancia el documento que comentamos que nos dice, que se realizaba misa con sermón y procesión el día 8 de diciembre - seguramente con la imagen de Ntra. Sra. de la Consolación, titular de la hermandad-, pues en 1618 el mayordomo Jerónimo Esteban paga a la comunidad mercedaria 9 reales por la misa con sermón y procesión en el día de la Inmaculada. 

El documento de festividades de la hermandad no expresa nada especifico sobre la festividad de Ntra. Sra. de la Consolación, por, seguramente, incluirla en la festividad del 8 de septiembre de la Natividad de Nuestra Señora, aunque la orden agustina la celebra el 4 de septiembre.


A la izquierda, ábside y crucero de la iglesia del convento de la Merced


Luego, tenía la hermandad cultos mensuales los primeros domingos de cada mes con una misa cantada por la que la hermandad pagaba 4 reales a la comunidad de frailes.

A parte de estas fiestas marianas, la hermandad como corporación de sufragios y entierro, dedicaba desde su fundación una misa de ánimas los lunes de cada semana, por la que en los años cuarenta del siglo XVII pagaba a los frailes 9 reales de vellón (empezó pagando 4 reales).


La cofradía tenía una casa pequeña junto a la puerta del convento mercedario y a espaldas de un pilar de agua, que parece que era casa de la cofradía cedida por la comunidad mediante un alquiler de 5 ducados al año. Pudiera ser el antecedente más antiguo de una casa de hermandad que se conoce en Granada. Dicha casa ya la usaba la cofradía antes de 1647.

La hermandad contaba con capilla propia en la iglesia mercedaria y, parece ser, que también celebraba procesión las otras cuatro restantes festividades de la Virgen, al menos al inicio del siglo XVIII, además de la del día de la Inmaculada, que antes hemos comentado.

Durante el siglo XVII, sólo tengo estas noticias sobre hermandad de Ntra. Sra. de la Consolación del convento de la Merced, en un periodo que abarca desde 1612 a 1668.


Iglesia del convento de la Merced, trasformada en oficinas y dormitorios militares


¿Las hermandades de Ntra. Sra. de la Consolación del convento de mercedarios calzados y la de la ermita de San Juan de Letrán fueron la misma hermandad?

Todo indica que así pudo ser. En 1692, el arzobispo de Granada Fray Alonso Bernardo de los Ríos, trinitario calzado de la familia de los Condes de Gabia, como promesa de su curación de la llamada enfermedad de perlesía ( Parkinson) realizó la fundación, el día 9 de febrero de ese año, de la ermita de San Juan de Letrán en el barrio de San Lázaro. La ermita fue finalizada dos años más tarde, en 1694.



Era deseo de dicho prelado, que la ermita levantada a sus expensas se constituyera en un centro de devoción mariano y la primera imagen de María con la que va a contar dicho templo será la de Ntra. Sra. de la Consolación. 

¿Sería el arzobispo fundador, fraile trinitario del convento de la Merced, quien habría encomendado el cambio de sede de la hermandad a la ermita fundada por él, como inicio del foco de devoción mariana? Es lo más probable, porque también desaparece la hermandad del convento de la Merced y aparece una hermandad de igual advocación en San Juan de Letrán, unido a los deseos del arzobispo mercedario de crear en su ermita un centro de devoción mariana, todo apunta a esta hipótesis de traslado de la hermandad del convento de la Merced a la ermita de San Juan de Letrán. 


San Juan de Letrán
La hermandad en la ermita de San Juan de Letrán

La imagen ya estaba en San Juan de Letrán en 1717, año en el que le regala el hermano Sebastián Jiménez un vestido a la Virgen que aparece en el inventario de la ermita de 1730.

Pronto entre los vecinos del barrio de San Lázaro va creciendo la devoción a la imagen que es considerada en adelante como la patrona de dicho barrio, formado en su mayoría por labradores de la Vega, que la van a procesionar en el mes de noviembre, una vez recogidas las cosechas, aunque el el siglo XIX las fiestas, función y procesión se trasladarán al mes de octubre.

En fechas posteriores a 1729 se realiza para la imagen un pequeño camarín añadido al retablo del altar mayor para cobijar a la Virgen desplazando de dicho lugar preferencial un cuadro de María con el Niño, primer referente mariano de la ermita y a la imagen de San Juan Bautista, titular de la misma, que hoy se venera en dicho retablo junto a la Virgen (2)



Otro signo de que la imagen estaba en la ermita antes de 1729 se deduce de los archivos de la iglesia, que nos dicen, que el 24 de noviembre de ese año se celebró una solemne función a la imagen "como es costumbre todos los años". El traslado a San Juan de Letrán, probablemente tendría lugar entre 1700 y 1715.

Otra hipótesis que mantenía en mi libro sobre la historia de la Hermandad de los Ferroviarios era la posibilidad de fusión de la hermandad de la Consolación, que hipotéticamente hubieran fundado los vecinos de San Lázaro, con la trasladada del convento de la Merced. Hoy me inclino a pensar que era la misma hermandad.

En el inventario de 1788 se hace constar la existencia de cinco mantos de la Virgen y once del Niño, media luna de plata, varias coronas de plata y cañones del mismo metal para el estandarte, lo que nos indica cierta pujanza de la hermandad durante su sede en la ermita de San Juan de Letrán (3).

La hermandad sería protegida por los cuatro capellanes de la ermita, donde el arzobispo citado había fundado cuatro capellanías (San Juan Bautista, Ángel de la Guarda, San Buenaventura y San Liborio) y, en 1730, es nombrado secretario de la hermandad el sacristán de la ermita Francisco de Borja, que es el que hace el inventario de ese año.

También los capellanes mayores accedían al cargo de mayordomos de la hermandad, lo que corrobora cierta tutela de la misma por las capellanías. Así, en 1824, el capellán mayor Antonio de la Cruz era mayordomo y solicita de los obispos de Málaga, Jaén y Guadix la concesión de indulgencias para aquellos fieles que rezaren el rosario y la salve ante la imagen de la Consolación, así como, a la práctica de actos de fe, esperanza y caridad.
Barrio de San Lázaro en los años cincuenta y Avenida de Doctor Olóriz 


El siglo XIX. Fiestas de Consolación en el barrio de San Lázaro

La devoción creada en torno a la imagen por un barrio popular hace que los cultos y función se conviertan en fiestas de otoño de aquel barrio.

Aún en 1847, la función y procesión, así como las fiestas del barrio, se seguían celebrando en el mes de noviembre, pero a partir de mediado el siglo XIX se trasladan al último domingo de octubre. En los años setenta de ese siglo se celebraban el tercer domingo de octubre y en los años ochenta al primer domingo de ese mes.

Estos traslados de fecha pudieron deberse a acuerdos con la Hermandad del Cristo de la Yedra, del vecino barrio de la calle Real de Cartuja, que por esos meses tenía sus celebraciones, normalmente en el domingo anterior a las de la Consolación. Siempre hubo gran rivalidad entre ambos barrios de labradores, que incluso se les conocía en la ciudad por los motes de "cebolleros", a los del barrio de San Lázaro y "ajeros" a los de la calle Real, por dedicarse al cultivo de estas aliáceas.

La fiestas en ambas hermandades empezaban, durante los siglos XIX y XX, el sábado con una velada o verbena popular a la que asistía la banda municipal municipal para amenizarla, adornándose la placeta de San Juan de Letrán con farolillos a la veneciana y la fachada de la iglesia con candelas ( al llegar la electricidad a comienzos del siglo XX se hacía con bombillas eléctricas). También un castillos de fuegos artificiales, llamados entonces árboles de colores, se prendían en la explanada de la Cruz Blanca ; otras veces se colocaba al inicio de la calle de San Juan de Dios, cuando la hermandad decidió alargar la procesión hasta la basílica del santo de los pobres.   


El sábado anterior al inicio de las fiestas una pública con banda de música recorría las calles del itinerario de la procesión y las inmediaciones de la ermita se llenaban de puestos de golosinas y roscos. Toda la ciudad, pues la ocasiones de asueto eran menores que hoy, acudía a estas fiestas de barrio y procesiones de otoño de las hermandades de Consolación y Cristo de la Yedra.

El domingo señalado se celebraba por la mañana la función con asistencia en muchas ocasiones de la música de la Capilla Real y por la tarde la procesión con las imágenes de Ntra. Sra. de la Consolación, San José y San Juan Bautista, titular de la ermita. Tal era la significación popular de estas celebraciones que el ayuntamiento mandaba varios concejales a las mismas.


San Juan Bautista, titular de la ermita
San José, que se procesionaba con la Virgen de la Consolación

La imagen de la Virgen iba sobre unas amplias andas cobijada por un templete con cúpula, a manera de palio, y cubiertos de guirnaldas de flores sus varales. A ves hasta tres bandas de música acompañaban a las imágenes (Bomberos, Regimiento de las Antillas, banda del Hospicio o la del Regimiento de Córdoba, éstas a finales del siglo XIX o principios del XX).

En 1895, desaparece el cetro del Niño de Ntra. Sra. de la Consolación, aun carece de él la imagen del Niño Jesús que lleva en sus brazos (4).

En el itinerario se solía recorrer el barrio de San Lázaro por la calle central del mismo, llamada del Marmolillo, que discurría, aproximadamente, por le centro de la actual  plaza que de nueva factura aparece en el centro del barrio moderno; seguía por la de Panaderos que iba desde la facultad de Medicina hasta la Cruz Blanca, donde el barrio despedía a las imágenes, que se dirigían hasta la calle de San Juan de Dios, para regresar por la calle Almona y Acera de Canasteros a lo que hoy es Severo Ochoa (entonces allí existía un pequeño barrio que ocupaba parte del hoy parque de los comedores universitarios).


Salida de la procesión en 1924

Algunos años de finales del XIX y principios del XX se celebraban corridas en la plaza de toros que se elevaba en los hoy Jardines del Triunfo. En 1895 actuaron los toreros Lagartijillo y El Algabeño y cuando terminaba la corrida, que solia hacerlo a las 4 de la tarde salía la procesión (5).

Tanto la hermandad de Consolación, como la del Cristo de la Yedra mandaban sus estandartes y representación a la procesión de la otra y asistían, asimismo, a las procesiones del Corpus Christi, Santo Entierro y la de Ntra. Sra. de las Angustias, así como a las del Viático de la Sacramental del Sagrario, matriz de las sacramentales granadinas.

A medida que avanza el siglo XX, la hermandad va decayendo paulatinamente, aunque todavía en los años veinte las fiestas se celebraban con gran esplendor. Vuelve a tener cierto vigor cuando es nombrado mayordomo el prócer granadino D. Fermín Garrido Quintana, catedrático de Medicina, alcalde y rector de la universidad, cuyo palacete estaba frente a la iglesia en el Camino Real de Santa Fe (Avda. de la Constitución), siendo presidente el Sr. García Valdecasas y D. José Alonso de vicepresidente de la hermandad.

Esta junta trasladó los cultos y procesión al sábado y domingo inmediatos a la Natividad de Ntra. Sra. en el mes de septiembre; aún se tenía la costumbre de sacar la semana anterior la pública anunciando las fiestas y D. Fermín dio una recepción o lunch en su palacete a las autoridades de la ciudad antes de celebrarse la procesión.

Barrio de San Lázaro, Avda. de la Constitución ( antiguo Camino Real de Santa Fe), la ermita y enfrente a la izq. el Palacete de D. Fermín Garrido.

Las fiestas por esos años veinte fueron adquiriendo el carácter de romería, acudiendo caballistas y señoras con mantón de manila; cucañas, carreras de sacos y una segunda verbena después de la procesión formaban la parafernalia de las fiestas.

Los granadinos hasta la Guerra Civil del 1936, acudían masivamente a estas fiestas de los barrios de la ciudad a las que eran muy aficionados, como la de Ntra. Sra. de Gracia, San Rafael o la Virgen de los Favores, San Miguel y Ntra. Sra. del Amor Hermoso en el Albaicín; la Virgen del Carmen en el barrio de San Matías; la de las Vistillas de Ntra. Sra. de los Ángeles; San Sebastián y la Virgen de la Fe en el Sagrario; Ntra. Sra. de la Salud en el Campo del Príncipe; Ntra. Sra. de los Dolores en la Alhambra o las de Ntra. Sra. del Rosario en el Realejo. Todas estas imágenes estaba servidas por fervorosas hermandades.

Interior de la ermita de San Juan de Letrán

En 1941, finalizada la guerra, vuelven los festejos, procesión y cultos a celebrarse con normalidad y, también, regresan al tiempo tradicional del mes de octubre. Será en la década de los años cincuenta del siglo XX, cuando van a desaparecer con la hermandad (6).


El crecimiento de nuevos barrios en los años cincuenta y sesenta y el abandono por parte de los vecinos de estos barrios antiguos, bien por la emigración o por trasladarse a edificios con pisos más confortables fueron decisivos para la extinción de estas fiestas de barrio y de las hermandades que la sustentaban, decayendo la devoción al implantarse nuevas vecindades en estos barrios antiguos.

El barrio de San Lázaro, con la construcción de los Edificios Elvira, comenzará en los años setenta a ir desapareciendo paulatinamente, sólo queda de él la ermita de San Juan de Letrán, actualmente convertida en parroquia y todo el entorno ha sufrido una drástica transformación; con él han caído unas ancestrales devociones y fiestas, así como la devoción a la Virgen de Consolación y su antiquísima hermandad.

Virgen del Amor y Trabajo que se venera en la ermita, titular de la cofradía de los Ferroviarios


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1. Archivo histórico diocesano del arzobispado de Granada, leg. 25 f, pieza s.n.
2. AMADOR ROS, José, San Juan de Letrán, ayer y hoy, págs, 49-51.Granada 1998.
3. AMADOR ROS, José, opus.cit. p. 53. y PADIAL BAILÓN, Antonio, La Cofradía de los Ferroviarios: Buena Muerte y Amor y Trabajo. Reseña histórica 1953-2003,págs. 24-31.  
4. Archivo parroquial de San Ildefonso. Notas marginales del inventario de San Juan de Letrán de 1896, cuando se le hace entrega de la ermita a los Padres Capuchinos.
5. El Defensor de Granada en su nº de 17 de octubre de 1895.
6. Diversos periódicos y revistas del los siglos XIX y XX.


domingo, 26 de abril de 2015

HERMANDAD DE LA DIVINA PASTORA DE GRANADA








Antonio Padial Bailón


I.  Antecedentes de una devoción 

       La referencia a la Virgen María como pastora de las almas es antigua, aunque escasa e imprecisa (escritos de Juan el Geómetra, s. X, San Pedro de Alcántara, San Juan de Dios y otros), sin embargo, la concreción y difusión de esta advocación y devoción parte de la visión mística que experimentó el capuchino Fray Isidoro de Sevilla.       

      Dicha visión o sueño de Fray Isidoro interpreta la misión de la Santísima Virgen como Pastora de las Almas, tuvo lugar en el convento de Sevilla el día de San Juan Bautista, 24 de junio de 1703.

Fray Isidoro, comunica la visión al pintor onubense Alonso Miguel Tovar (1678-1752), discípulo de Murillo, que la interpreta en un boceto que presentó al fraile capuchino, dándole su conformidad por ser su descripción pictórica conforme al sueño que tuvo y autorizándole a realizar un lienzo de conformidad con el boceto.

El pintor representaba a la Virgen sentada en una roca y vestida de pastora, acariciando con la mano derecha a un cordero, y con la izquierda manteniendo unas rosas.



Unos meses después, Fray Isidoro organizó una procesión del Rosario el día 8 de septiembre, Fiesta de la Natividad de la Virgen, con el cuadro de Tovar fijado al estandarte, que fue desde la iglesia de San Gil hasta la Alameda de Hércules de Sevilla. Fue grande el concurso de gentes a aquella manifestación mariana, de forma que pronto se extendió la devoción por toda la ciudad, trasladándose en años sucesivos al resto de los conventos capuchinos de Andalucía y del resto de España. Más tarde, la devoción se traslada a las provincias de ultramar, impulsada por los capuchinos españoles. 

Unos días más tarde, el 23 de septiembre de 1703, ya se había fundado en la iglesia de San Gil, con reglas redactadas por Fray Isidoro, una Hermandad para dar culto a esta advocación y procesionar su imagen realizada por el escultor Ruiz Gijón y depositada en 1705 en el convento de la Encarnación, donde las monjas la ataviaron por primera vez de pastora. 

Otra versión de la Divina Pastora de Alonso Miguel de Tovar
Poco tiempo estuvo la hermandad en San Gil, trasladándose a la iglesia de Santa Marina, donde los Marqueses de la Motilla le cedieron una capilla.

En el propio convento de capuchinos fue fundada después otra hermandad, así como en otros lugares de la ciudad y pueblos de aquella zona.

Divina Pastora de Santa Marina 1705,  atribuida a Ruiz Gijón

La Divina Pastora en Granada

El convento granadino de Capuchinos no podía ser menos en el impulso de la devoción a la Divina Pastora, y fue el primer convento capuchino en exponer una imagen de esta advocación a la devoción de los fieles, aunque fue retirada por del culto por un decreto de 1718 del Definitorio Provincial de la Orden. 


Convento de Capuchinos antes de su demolición en los años 60, para hacer el nuevo

Ochenta años se tardó en volver a exponer al culto en los capuchinos granadinos la imagen de la Divina Pastora y fue por otro decreto del Definitorio de 1798, que se hizo extensivo a todos los conventos capuchinos que no tuvieran la imagen, entre ellos, el de Granada.


Sería fray Manuel de Sanlúcar de Barrameda (después obispo auxiliar de Santiago de Compostela) a su regreso de América, quien encargaría la talla en madera de la imagen al escultor Manuel González Santos (1765-1848) a finales del siglo XVIII o comienzos del XIX (1). Último escultor  de la Escuela Granadina, fue hijo del también escultor Felipe González, cuyo taller era el más relevancia de finales del citado siglo.

La devoción no sólo se extendería por la ciudad sino también por otros pueblos del antiguo Reino de Granada. En lo que hoy es nuestra provincia, adquirirá raigambre especial en Motril y Gójar. En Motril es la Venerable Orden Tercera la que encarga en 1746 al escultor malagueño Fernando Ortiz, con raíces en el pueblo granadino de Albuñol, la hechura de la Divina Pastora y desde entonces se la ha venerado y procesionado, aunque la imagen actual es básicamente de Sánchez Mesa, que aprovecha la mascarilla de la antigua imagen, destrozada en 1936. 

En Gójar, localidad que la venera como Patrona, se funda su hermandad en 1745 y se encarga la imagen actual (antes tuvo otra) en 1753, muy probablemente, dada la fecha y características de la imagen, al escultor Torcuato Ruiz del Peral (2).


Divina Pastora de Gójar 1753

Otro pueblo granadino de tradición devota a la Divina Pastora es el de las Albuñuelas en cuyo convento franciscano, hoy parroquia, se venera la imagen. Primitivamente era una imagen con la iconografía de la Soledad al pie de la cruz o de las Angustias, para transformarla en Divina Pastora, añadiéndole un sombrero (que hoy no tiene), tres ovejas e, incluso, tuvo una figura de un lobo, según un inventario de la iglesia de 1841(3). Parece imagen de taller de finales del XVIII, quizás pueda deberse al del escultor Felipe González.  


                          Divina Pastora de Albuñuelas


Probablemente Granada contara con alguna hermandad o asociación de devotos de la Divina Pastora, al menos, desde que fue encargada la imagen actual, hacia finales del XVIII o principios del XIX. Con la exclaustración de los frailes en 1835-1836, el cura de San Ildefonso, parroquia a la que pertenecía el convento pidió  en noviembre de 1837 las imágenes de la Divina Pastora y San José de pero se había dictado una Real Orden el 27 de mayo de ese año disponiendo que las imágenes fueran al Museo que se estaba formando en el Convento de Santa Cruz la Real, donde estas imagenes ya se habían trasladado (4).

Después dichas imágenes se trasladarían al monasterio de San Jerónimo, junto con otras imágenes del convento capuchino por Fray Rafael María de Sevilla, donde ciertamente la Divina Pastora estaba ya antes de 1848, año en el que también muere su autor, el escultor Manuel González. 

Inmediatamente, se podrán a subasta el convento e iglesia, que terminó siendo propiedad de D. Manuel López Barajas y Dª. Juana de Dios Cuadrado, benefactores de los capuchinos, con el propósito de devolver los inmuebles cuando regresaran los frailes a su convento. 

En San Jerónimo recibirá culto en una capilla del templo, junto con otros dos santos capuchinos, durante la década de los años cincuenta del siglo XIX y siguientes. También acudía a venerar a la Divina Pastora la asociación de señoras de la "Corte de María" todos los días 7 de cada mes y lo hará durante todo el siglo y parte del XX.

En 1853, se le dedicará una solemne función el día 10 de abril, como colofón de una misión celebrada en dicho mes. Parece también que todos los años en el mes de marzo, abril o de mayo, según  los años, se le dedicaba una función en la iglesia de San Jerónimo con la asistencia de la capilla de música de la Catedral (5). Era la fecha de su festividad litúrgica, es decir, el tercer sábado tras la Pascua de Resurrección; dicha festividad de la Divina Pastora fue establecida por el Papa Pío VI en 1795. 





Ya vencida la primera mitad del siglo XIX existió un grupo de devotos a cuyo frente figuraba la familia granadina de López-Barajas y Damas, que se encargaba con los devotos al modo de una hermandad de hecho a tributarle continuados cultos a la imagen (6).

En 1886 y 1891, nos encontramos con la noticia de que se hace una función a la Divina Pastora en la iglesia de San Juan de Dios, pero por la misma época se seguían celebrándole cultos en San Jerónimo y la Corte de María, indistintamente acude a ambas iglesia. Creemos que no pasó en esa época la imagen a San Juan de Dios, sino que en la iglesia del Santo de los Pobres existiría una imagen de la Divina Pastora a la que también se le tributaban cultos, como también existían otras imágenes de dicha advocación en el convento   del Santo Ángel Custodio y en el de las Carmelitas Descalzas. 


          Divina Pastora de las Carmelitas Descalzas 

En 1894, se reinstaura en el convento de Capuchinas de San Antón la Venerable Orden Tercera de San Francisco por el capuchino Fray Francisco de Benamejí (que vino a negociar el restablecimiento de los Capuchinos en Granada). Dicha Orden Tercera será la que se encargue de la función y triduo a la Divina Pastora a partir de esa fecha, aunque celebrándolas aún en la iglesia de San Jerónimo.

La imagen de la Divina Pastora estará en la iglesia de San Jerónimo hasta la vuelta definitiva de los Capuchinos a Granada, que se produce en 1896, al haberles cedido por el arzobispo, Monseñor Moreno y Mazón, la ermita de San Juan de Letrán en el Barrio de San Lázaro por concierto con su Provincial, fray Antonio de Valencia (7). Esta ermita la escogieron los frailes, entre otras que les ofreció el prelado (San Jerónimo, San Nicolás y San Miguel Bajo), porque según la costumbre capuchina para el establecimiento de sus conventos, no estaba situada en el centro de la ciudad, ni lejos de él, tomando posesión formal de la ermita y sus dependencias el día 27 de julio de ese año.

El día 21 de julio de 1896, se traslada en solemne procesión desde el monasterio de San Jerónimo la imagen de la Divina Pastora hasta la ermita de San Juan de Letrán, casa provisional de los PP. Capuchinos, y donde se refunda su convento de San Juan Bautista. El propio arzobispo tiene a bien en febrero del año siguiente (1897) conceder indulgencias a los devotos de la imagen






No parece que estuvieron mucho tiempo en San Juan de Letrán , pues a primeros de mayo de 1897, estaban celebrando cultos a la Divina Pastora en su tradicional convento de Campo del Triunfo, que les sería devuelto.  No obstante, la entrega formal del mismo se produjo en el mes de agosto de 1897.

Al convento de capuchinos también acuden las señoras de la Corte de María, únicas, junto con la familia López- Barajas, que tras la exclaustración habían mantenido el culto a la Divina Pastora, si bien, la Orden Tercera de San Francisco ya estaba constituida, como se ha dicho, en la iglesia de San Antón, de Madres Capuchinas, pero ya se había trasladado al convento masculino en 1902 (8).


Compás del humilde convento capuchino de Granada, que estaba situado en el mismo lugar que ocupa hoy el actual. Foto cedida por Fray Fernando Linares.


En los primeros años del siglo XX, concretamente en 1903 llegó fray Leopoldo al convento de Granada, aunque de forma definitiva lo haría en 1914. Por esos primeros años el triduo a la imagen se convertirá en novena a finales de abril o principios de mayo, con procesión, que ciertamente ya se realizaba en 1911, acompañada de la imagen de San Francisco de Asís (aunque parece que la actual se trajo en los años setenta), para ir en su recorrido hasta la iglesia de San Juan de Dios, donde se le unió la imagen de este santo. A los cultos solía asistir la Capilla de Música Isidoriana.



El recorrido de la procesión era extenso, al menos en 1913, pues iba por la calle Ancha de Capuchinos, hacia el Hospicio ( Hospital Real), Gran Vía, Marqués de Falces, Tendillas de Santa Paula, Plaza de la Universidad, Jardín Botánico, Duquesa, San Juan de Dios y Triunfo (9). La familia López- Barajas, junto con la Venerable Orden Tercera de capuchinos eran los que costeaban estas funciones y fiestas dedicadas a la Divina Pastora (10).

En 1916 la función principal se hizo con gran solemnidad con la actuación de la Música de la catedral dirigida por el maestro Salguero, que interpretó la Misa de San Pedro de dicho maestro. Por la tarde a las seis, salió la Virgen y la imagen del Crucificado descendido por San Francisco, que hoy aún podemos contemplar presidiendo el presbiterio de la nueva iglesia. Las filas de la procesión la componían los terciarios varones con el Crucificado y San Francisco y las señoras terciarias con la Virgen. Cohetes, bengalas y palmas reales se encendieron al paso de la procesión a la que acudía una gran multitud de personas (11).

No sólo los capuchinos van a recuperar la imagen y devoción a la Divina Pastora, sino al Beato Diego de Cádiz y a Ntra. Sra. de la Paz. Esta bella imagen atribuida por los frailes a la Roldana, aunque he de expresar mis dudas en esta atribución, probablemente la trajeran de las tierras sevillana, al igual que el Crucificado y San Francisco (según me informa mi querido amigo Fray Fernando Linares).


Ntra. Sra. de la Paz. (Luisa Roldán) Convento de Capuchinos de Granada
Antes de la llegada de los años veinte del siglo pasado ya los capuchinos habían extendido considerablemente la devoción a la Divina Pastora, de modo que se celebraban cultos en varios templos como los Hospitalicos, donde se celebraba un octavario, Santo Ángel y Carmelitas Descalzas, y la Corte de María había reanudado los cultos que le tributaba en el siglo XIX.


La novena gozosa, función y procesión -ésta en los años que lo permitían los recursos económicos- se seguirá celebrando en los años veinte costeada por sus camareros: los hijos de López-Barajas y la V.O.T. de San Francisco. Sin embargo, las circunstancias políticas y de inseguridad que se fueron desarrollando en la II República, hicieron que los cultos decayeran y que sólo en 1935 (al ganar las elecciones la derecha) y 1937-1938 (ocupada la ciudad por las tropas llamadas nacionales en plena Guerra Civil) se decidiera celebrar la novena (12).

Aunque la imagen de la Divina Pastora no tuviera en esos años treinta y en los siguientes cuarenta hermandad legalmente establecida, de hecho, sí la tenía por el grupo de devotos, a cuyo frente estaba la familia López.Barajas, que le tributaba cultos regulares, así como, la V.O.T. de San Francisco.



Hacia 1952 se organiza una hermandad que se va a titular "Redil Eucarístico de la Divina Pastora" que será la que en 1954 reanude la procesión, después de bastantes años sin salir, asimismo celebrará cultos mensuales a la imagen (13). El "trono" de la Divina Pastora lo constituía un canasto barroco sencillo con cuarterones, donde se procesionaba la imagen delante de un almendro. En esos años no saldrá el Crucificado con San Francisco. Mientras, hacia 1952, en el convento capuchino de Sevilla se proclama a la Divina Pastora de dicho convento Patrona Universal del Deporte.


               La Divina Pastora por la Gran Vía. Años cincuenta. Foto cedida 
                              por Fray Fernando Linares

La Venerable Orden Tercera quedará centrada en su actividad cultual dedicada a la imagen de la Virgen de la Paz con novena en el mes de enero y función en el día de su onomástica. Mientras, hacia 1953, se funda otra hermandad en el convento capuchino denominada Vía Crucis Perpetuo, para dar culto a la imagen del Cristo del Perdón y que durará poco más de una década.


Virgen de la Paz de Luisa Roldán
Durante las décadas de los años setenta del pasado siglo no tengo noticias de la celebración de la procesión de la Divina Pastora, aunque su Redil Eucarístico seguirá celebrando cultos mensuales y función en su honor, al menos hasta 1965.

Me consta que en 2003, con motivo de Tercer Centenario de la devoción y advocación (1703-20039, se trató de constituir o reconstituir una hermandad a esta devota imagen de la Pastora y revitalizar sus cultos, pero sin que surtiera efecto alguno, ignorando las causas de no prosperar dicha iniciativa.

Una devoción centenaria en Granada a la Divina Pastora que merecería impulsarla o recuperarla, como integrante de la historia de la religiosidad popular de nuestra ciudad en unos tiempos de debilidad de estímulos espirituales

Detalle de los querubines de la peana de la Virgen de la Paz





Nota. Fotos en blanco y negro cedidas por Fray Fernando Linares Fernández.

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1. Periódico El Granadino de 20 de agosto de 1848.
2. PADIAL BAILÓN, Antonio, La imagen de la Divina Pastora de Gójar y Torcuato Ruiz del Peral. Revista Gólgota, p.p. 156-157. Granada, marzo de 2010.
3. Archivo Histórico del Arzobispado de Granada, legajo 96 R.
4. El citado archivo, legajo 1 R, pieza 3.
5. Periódico La Constancia de 10 de abril de 1853.
6. El Defensor de Granada de 1 de mayo de 1886.
7. Ibídem de 17 de septiembre de 1896.

8. Triunfo de 22 de enero de 1903

9. Triunfo de 21 de marzo de 1902.
10. La Gaceta del Sur de 18 de abril de 1913.
11. La Gaceta del Sur de 23 de mayo de 1916.
12. Periódico Ideal de Granada de 4 de mayo de 1935 y de 3 de abril de 1937.
13. Eco de Granada "Corpus 1954".

Otras Fuentes: Fray Fernando Linares, O.F.M, cap. Restauración de los Hermanos Menores Capuchinos en Granada. Primera etapa: Ermita de san Juan Bautista (Vulgo de Letrán) 1896-1898. Granada 2016 (inédita).

viernes, 6 de marzo de 2015

REAL Y VENERABLE HERMANDAD DE NTRA. SRA. DE LA SALUD DE SAN CECILIO







Antonio Padial Bailón


La dificultad para hacer este artículo sobre la Venerable Hermandad de Ntra. Sra. de la Salud de la iglesia de San Cecilio estriba en carecer del suficiente complemento fotográfico para ilustrarlo, como acostumbro a insertar en mis artículos. La imagen de la titular, así como su capilla y retablo, ardieron en el desgraciado incendio que sufrió dicha iglesia el 22 de diciembre de 1969. La foto de portada, la única que poseo, proviene de la revista Granada Gráfica de 1930 y no conozco que se conserven fotos de la Virgen. 

Establecida en la iglesia del Patrón de Granada, San Cecilio, cuya parroquia fue instituida en 1504, aprovechando la aljama Al-Yahud, o de los judíos, por haber existido en sus inmediaciones una sinagoga, aunque anteriormente se cree que hubo un templo visigótico. En 1528 se demolió el antiguo edificio sacralizado, para levantar la iglesia actual en tiempos del arzobispo Gaspar de Ávalos, realizándose la portada plateresca por Juan de Marquina en 1533. La iglesia fue terminada de construir en 1540.



Quedaban por realizar los retablos, y el del altar mayor se encargó por el arzobispo D. Pedro de Castro y Quiñones al entallador e imaginero Miguel Cano (padre de Alonso Cano), según traza de Ambrosio de Vico, por contrato de 7 de septiembre de 1602; también realizó la imagen de San Cecilio, que lo iba a presidir en una venera (1). El retablo se perdió en el siglo XVIII, así como la imagen de San Cecilio, aunque bien podría ser la que hoy se encuentra en la capilla de Ntra. Sra. de la Esperanza de Santo Domingo

"[...] y hacer la figura de san Cecilio redonda (de bulto) que tenga seis tercios de alto, la qual figura a de estar bestida de pontifical mui bien acabada y labrada a gusto de dicho veedor ".


San Cecilio de la iglesia de Santo Domingo

La Hermandad

Es esta de Ntra. Sra. de la Salud una de las hermandades marianas más antiguas de la ciudad de Granada, pues su fundación data de finales del siglo XVI, quizás algo antes. Ello se deduce de un documento de 1684 de petición realizada al arzobispado para la colocación de una reja en la capilla y permiso de enterramiento gratuito de mayordomos en la bóveda de la misma, de lo que más adelante trataremos.

Probablemente, tiene su origen en las hermandades de Nuestra Señora, sin advocación específica, que se fueron creando en todas las parroquias en el siglo XVI; puede que con la recomendación de los prelados, junto con las hermandades del Santísimo Sacramento y de las Ánimas del Purgatorio, que no iban a faltar en ninguna de ellas.


Según la tradición conservada por la Real Hermandad, la primitiva advocación de la Virgen fue la de Nuestra Señora del Mar, quizás aludiendo a este devoto título de la patrona de Almería, puede que incluso fuese fundada por naturales de esta ciudad. Pero este título le fue sustituido hacia 1635, cuando Granada fue afectada por la epidemia llamada de las cámaras de sangre (disentería) y los feligreses del barrio del Realejo acudieron a impetrar el auxilio de la Virgen para hacer cesar la epidemia, que había causado víctimas en toda la ciudad, menos en la feligresía de San Cecilio. Desde entonces cambiaron a la imagen el título por el de Salud (2)

Por dichas fechas modificaría sus constituciones para adaptarlas al nuevo título y a la novena de rogativa, función y procesión que se instituyó para celebrarla en el mes de noviembre para invocar el Patrocinio de Nuestra Señora en los casos de epidemias, terremotos o sequías.

Después de la novena se formaba una procesión de rotativa para acudir al templo de Ntra. Sra. de las Angustias, cada mes de noviembre, como obligación estatutaria. Muy ligada, por lo tanto, en este culto de rogativa a la que ya era patrona de hecho de Granada y reconocido amparo de la ciudad en sus momentos de dificultades.

 La devoción a la imagen de la Virgen de la iglesia de San Cecilio, ya asentada en el Realejo desde tiempos anteriores a la epidemia, se fue extendiendo paulatinamente por toda la ciudad y por los pueblos de la Vega.  

En San Cecilio se veneraba la imagen, que era de tamaño natural propiedad de la hermandad, desde la fundación de la cofradía en la capilla de la Hermandad Sacramental, que empezó a llamarse de Ntra. Sra. de la Salud. Dicha capilla era, antes de trasladar posteriormente a otra a Ntra. Sra. de la Salud, la que está enfrente de la puerta de la iglesia (3). Así se deduce de un documento sobre enterramiento de mayordomos de la hermandad de 1684, que dice que la hermandad estaba en dicha capilla desde  tiempo inmemorial. Hoy creo que es la que está ocupada por la Virgen de la Paz. 

Parece ser, que ambas hermandades, Sacramental y Salud, presentaban cierta unión hasta bien entrado el siglo XVIII y puede que esta unión se remontara al siglo XVI, desde el momento en que se funda la hermandad de la Virgen, que había surgido, seguramente, en el seno de la Sacramental. Era común, que tanto las hermandades de las ánimas como las del Santísimo, tuviesen una patrona o patrón con imagen que lo representara; así ocurrió con la hermandad de Ntra. Sra. del Socorro de Santa Escolástica, unida a la sacramental de dicha parroquia y venerándose en su capilla.  

Parece, no obstante, que sería después de 1734, pues en esta fecha aun estaban unidas en la misma capilla, cuando la sacramental tomó como patrona a la Virgen de la Paz, tal vez por disidencias con la hermandad de la Salud. 

Antes de 1684, la hermandad realizó a sus expensas un retablo a la Virgen y las imágenes del mismo, altar que tenía el privilegio de ser el comulgatorio de la parroquia, donde se conservaba el Santísimo Sacramento con dos lámpara  de plata encendidas día y noche, cuyo aceite costeaba la hermandad. Las lámparas también las había costeado la hermandad de la Virgen.

Posible retablo primitivo de Ntra. Sra. de la Salud, hoy ocupado por Ntra. Sra. de la Paz

También costeó la hermandad de la Virgen en el siglo XVII la bóveda de enterramiento de hermanos que hay en la capilla, en la que se gastaron 500 ducados. En 1684 solicitan los mayordomos, Alonso de Alarcón y Marcos López, del provisor y vicario general de la diócesis, licencia para cerrar la capilla con una verja de hierro, que costó 20.000 reales de vellón.

Ese año, solicitan que sólo los mayordomos de la hermandad y sus mujeres sean enterrados en la citada bóveda, bajo los pies de Ntra. Sra. de la Salud, sin pagar estipendio alguno por los zambullimientos. La petición fue aprobada por D. Eugenio de Rivadeneyra, delegado del arzobispo D. Bernardo de los Ríos, así como, para instalar una reja de hierro; para ello, el provisor solicita informes previos a los beneficados y al párroco, que fueron favorables; éstos no podía ser menos, porque reconocían que la hermandad costeaba los sermones, muchos ornamentos de la iglesia como: una custodia de plata, ricas colgaduras de tafetán, faroles del Santísimo y palios, que prestaban a la parroquia para las basílicas del titular y otras festividades (4)

La hermandad estaba regida, al menos desde de adquiere carácter rosariano y de esclavitud, por un mayordomo y dos comisarios rosarianos; pues, además de la rogativa del mes de noviembre, celebraba procesiones del Santo Rosario, seguramente dirigidos por la Orden de Santo Domingo; ya que aparece el Santo en las estampas de la Virgen y se concedían indulgencias a quien acompañara en las procesiones de su Santo Rosario.


Parece que la Virgen era una imagen de talla completa sobrevestida con sayas y mantos, con rostrillo monjil; llevaba un cetro en su mano derecha y el Niño en su izquierda, ambos con corona real y la media luna de orfebrería a sus pies. En las estampas, de las que hay constancia que se realizaron, al menos desde 1712, se presenta a la imagen acompañada de San Cecilio, Patrón de Granada, con la mitra a los pies de la Virgen. También, aparece el indicativo de la sede de la cofradía y, al otro lado, Santo Domingo de Guzmán, indicativo del carácter rosariano de la hermandad. Ambos sostienen dos sendos rosarios que parten de las manos de la Virgen y del Niño. Además en la litografía que se conserva de 1847 aparece con el que sería escudo la hermandad con castillos y leones y corona real. 

En otra litografía más antigua, de 1712, reproducida en 1788, sustituye al escudo la estrella del rey David, tal vez, indicando el origen de la sede, en otros tiempos sinagoga judía, o, más bien, la pertenencia de la Sagrada Familia a la Casa de David; y aparece, también, el Sigilo de Salomón, una de la reliquias encontradas en la Torre Turpiana y Cuevas del Sacromonte, signo, incluso, utilizado por esoterismo, como defensa de espíritus malignos. Esta referencia se comprende por varios conceptos: la sede de la hermandad, la iglesia de San Cecilio y sus reliquias descubiertas; la conexión entre la recristianización de la ciudad y su primera evangelización por el Varón Apostólico y, si queremos, la protección contra la influencia demoniaca.


Ntra. Sra. de la Salud. Litografía de 1788, que reproduce otra de 1712. Casa de los Tiros 

Va a ser a lo largo del siglo XVIII, cuando hermandad adquiere un considerable desarrollo, que la hace extenderse por todos los territorios del antiguo Reino de Granada, traspasando sus límites para extenderse por el Reino de Murcia y las provincias de Jaén, Córdoba y Cádiz. En todas estas demarcaciones se encontraban sus hermanos y, al principio del siglo XIX, la componían de un considerable número de ellos.

Incluso, la ciudad de Granada se va a obligar en su ayuntamiento con un voto de acción de gracias, cuando en 1755 se produce el célebre terremoto de Lisboa y la ciudad, por la intercesión de la Virgen, se vio librada de aquella catástrofe (5).

Hacia 1800, adquiere la hermandad determinadas gracias y jubileos de la Santa Sede, pasados por el Consejo Real de Castilla y conseguidas, parece ser, por mediación del arzobispo de Granada, D. Manuel Moscoso y Peralta (1789-1811), que se había hecho hermano de la cofradía "(...) de cuio ejemplo fueron muchos los fieles que se incorporaron en ella y empezó a tener hermanos, no solo en esta ciudad y su arzobispado sino también en los demás pueblos de este Reyno" (6). 

Posiblemente, el arzobispo Moscoso sería el que consiguió el título de Real para ella, sobre finales del siglo XVIII o principios del XIX, pues ya gozaba del mismo en 1815.

En 1807, el Papa Pío VII,  por un breve pontificio de 11 de septiembre de ese año, le concede indulgencias y gracias a los hermanos por su ingreso en la hermandad y cuando confesaran y comulgaran los días de la Ascensión, las cinco festividades de la Virgen, el día de San Cecilio y la Natividad del Señor y en el caso de que lleven el Santo Escapulario de Ntra. Sra. de la Salud dedicado a San José y San Camilo de Lelis, abogados de la buena muerte (7).

Desde el momento en que la cofradía consigue el título de "Real", el de mayordomo desaparecerá por considerarse éste título exclusivo del rey, quedando desde entonces la hermandad regida, por tres comisarios: el que hacía las veces de mayordomo efectivo y los dos comisarios rosarianos.


Ntra. Sra. de la Salud. Calcografía de la Casa de los Tiros de 1847

Llegadas a la ciudad las tropas francesas de Napoleón Bonaparte, las hermandades y cofradías fueron suspendidas en 1811 por orden del General Sebastiani, pero las funciones, jubileos y rogativas a Ntra. Sra. de la Salud se siguieron celebrando por la parroquia, según declaraciones del párroco:

" (...) en los dos dichos años se hicieron todas las 

funciones y jubileos y rogativa a Ntra. Sra.

costeando los gastos a mis propias expensas,

predicando gratuitamente, pero en este último

año fui suspenso de mi curato e ignoro qué haría 

el ecónomo".

Ese año de 1815, se produce un conflicto por irregularidades en la recaudación de limosnas de los delegados de la Real Hermandad en algunas provincias. La hermandad había nombrado para que se extendiera la devoción por amplias zonas del sur de España unos comisionados encargados de apuntar nuevos hermanos en dichas zonas y recaudar las correspondientes cuotas y limosnas, emitiendo patentes para disfrutar de las gracias y jubileos que tenía concedidas la hermandad. 

En ese año regía la hermandad el alcalde del barrio, Mariano Garzón, como comisario mayor y Francisco Molina y Antonio Garzón, como comisarios rosarianos. Estos cargos denunciaron las irregularidades ante el provisor de la diócesis y suspendieron de sus funciones a los comisionados "recaudadores" afectados por la irregularidad que eran: Carlos de Vargas, Blas Martínez y Francisco Valdivia, que actuaban en varias demarcaciones, entre ellas, en el reino de Murcia. Se basaban en:


"Que los hermanos que se comisionaron se manejan de forma contraria al espíritu de esta hermandad, que salen a los pueblos de la provincia y del reino y hacen hermanos y prometen gracias e indulgencias que solo están concedidas con ciertas restricciones a los que realmente son recibidos y aceptados y sentados en el libro de esta hermandad y practican los actos de religión en la parroquia y capilla de la santa imagen. Y recogen limosna y entregan documentos y dicen haberse celebrado misas por los capellanes de la hermandad y en la capilla de Ntra. Sra. que no se han dicho".

El Provisor determinó, antes de dictar el correspondiente auto, pedir informes a varios párrocos que habían servido en San Cecilio desde 1805. Todos confirmaron las irregularidades y algunos aprovecharon la ocasión para arremeter contra el sistema de limosnas con que se nutría la hermandad, pidiendo que se prohibieran e ,incluso, alguno que se suprimiera la cofradía porque:


"Creo que sin estas limosnas no faltará el culto a Ntra. Señora, que será mejor que se acabe esta hermandad que no que a su sombra se engañe a los fieles".

El Provisor, don Manuel de Ávila, apreciando indicios de delito dicta un auto el 16 de marzo de 1815,enviando el expediente a la autoridad civil para que se registrara los domicilios de los imputados por el alguacil del arzobispado con el auxilio de la autoridad gubernativa y un notario. Acompañados del mayordomo comisario, Mariano Garzón, se presentaron en el domicilio de Blas Martínez, en la calle Honda de Santa Escolástica nº16, en el de Francisco Valdivia en la Calderería, junto a San Gregorio Bético, y en la de Carlos Vargas, que vivía con una tía por no tener domicilio propio. 

Les recogieron láminas de bronce para hacer estampas de la Virgen y patentes de hermanos, libros de asientos de cofrades, copias de las constituciones de la Real Hermandad, licencia para hacer alhajas para Ntra. Sra de la Salud...etc. Valdivía manifestó no tener cosa alguna excepto un lámina de broce de estampas, porque lo había quemado todo cuando en 1810 ocuparon la ciudad las tropas francesas de Napoleón (8).

Todos estos efectos fueron entregados a la hermandad para que los quemara y no se sabe si los acusados fueron encarcelados o no, porque esta cuestión se dilucidaría en otro expediente ante la autoridad civil.


San Cecilio antes del incendio de 1969

Durante el siglo XIX, la hermandad seguirá con cierta pujanza, afectándole las distintas vicisitudes por las que las instituciones religiosas pasan en un siglo tan conflictivo en cuestiones religiosas, bélicas y sociales. Probablemente, en algunos de estos años no realizaría su tradicional procesión de rogativa a la iglesia de Ntra. Sra. de las Angustias. 

También, la asociación de señoras de la Corte de María visitará su capilla, a partir de mediado del siglo citado, todos los días 18 de cada mes. 

Desde 1807, aparece celebrando su función principal el domingo infraoctava de la Ascensión, precedida de un quinario, siguiéndose realizando la rogativa en noviembre, precedida de una novena, para después de ella, procesionar hasta el templo de la Virgen de las Angustias, como era costumbre (9).En la segunda mitad del siglo la hermandad celebraba sus cultos y procesión de manera regular. 

En 1869, por los acontecimientos políticos de ese año en el que se declara la I República, queda suprimida la procesión de rogativa, que se reanudará una vez fracasado el citado régimen político y restaurada la monarquía. 



Ntra. Sra. de las Angustias, Patrona de Granada. Estación de la rogativa de Ntra. Sra. de la Salud

No sabemos cuándo cambia de capilla, pero en 1882 ya estaba la hermandad y su imagen en la capilla izquierda del presbiterio de la iglesia, junto al altar mayor, probablemente fuera cuando dejó de estar unida a la Sacramental.  En un artículo de 1884, el erudito don Francisco de Paula Valladar describe la iglesia de San Cecilio y dice, que en el altar mayor se levantaba un tabernáculo (el retablo antiguo, encargado a Miguel Cano ya no estaba) con los alteres del Santo titular y el de Ntra. Sra. de la Salud.

Ese año se había declarado la epidemia de cólera en la ciudad y la procesión de rogativa, celebrada el domingo 16 de noviembre, fue una verdadera manifestación pública de fervor. Por el diario El Defensor de Granada sabemos que ese año de 1884 el Ayuntamiento renovó el antiguo voto con el que la ciudad se había comprometido por los terremotos de 1755.


A las 4 de la tarde salió la procesión de rogativa, con las imágenes de Ntra. Sra. de la Salud y la del Patrón San Cecilio, con las congregaciones de señoras delante de la Virgen y las de hombres delante de San Cecilio. Iban cantando la letanía de los santos y fue la procesión a la calle de Santiago, después pasó por Santo Domingo, Jesús y María a San Matías, plaza de la Mariana a Ancha de la Virgen, para llegar al templo de las Angustias, donde como hermandad rosariana se cantó el Santo Rosario, para dirigirse a Puerta Real y Mesones, Bibrambla y Zacatín, cruzando al Realejo por Puente de San Francisco, y por Santa Escolástica y Molinos, llegar al Campo del Príncipe.

En el último cuarto de siglo, con la Restauración de la monarquía, la Real Hermandad adquiere un considerable auge, formando parte de la misma, como mayordomos, algunas personalidades locales y miembros de notables familias de la ciudad, como capellanes reales, los Mirasol de la Cámara, Jiménez de la Serna, Zayas, Damas, López Barajas...etc. 


A principios del siglo XX, la Real Hermandad contaba con dos mayordomos en lugar de los tres que tenía  en tiempos anteriores. En 1909 lo eran doña Angustias de la Cámara y Martínez Torroba y don Luis López Zayas. Por esos años se instituye una ofrenda de flores a la Virgen en el mes de mayo y un besamanos de la novena de noviembre (10)

En los años veinte del siglo pasado, la hermandad vuelve a presentar claros signos de decadencia, sosteniéndose gracias al celo de la familia López Zayas que mantiene los cultos y la rogativa, a excepto de la procesión a la Virgen de las Angustias, que no se podía en esos años mantener por el escaso número de hermanos.



Salida de Ntra. Sra. de la Salud en 1930. Granada Gráfica



Excepcionalmente, se celebra la procesión de 

rogativa en 1930, después de varias décadas  sin 

realizarla, y de la que existe el singular 

testimonio  gráfico con el que se abre este 

artículo. No volverá a salir procesionalmente 

desde entonces.


Nuevos y lamentables tiempos se presentaban en 

España con los desórdenes sobrevenidos en los 

años treinta que culminan con la tragedia de la 

Guerra Civil, aunque existen noticias de la 

celebración de sus cultos, otra vez, desde 1936

hasta 1938 . 


Pasada la Guerra Civil, la hermandad sigue 

con vida y celebrando su novena de noviembre,

con función, en sustitución de la rogativa, 

vísperas, salve a la Virgen y letanías (11)


Curiosa es la noticia que da el periódico Ideal el 

25 de abril de 1952 en la que se anunciaba que la 

Hermandad del Santísimo y Ntra. Sra. de la Salud

de San Cecilio, celebraba junta en la sacristía de 

la iglesia. Ello nos hace preguntarnos por la 

relación entre ambas hermandades a mediados del 

siglo XX, cuando dos años después, en 1954, esta 

Sacramental se une a la hermandad de penitencia 

del Cristo de los Favores, para no desaparecer.


¿Existía una intención previa de unirse la 

Sacramental a la de Ntra. Sra. de la Salud, para no 

desaparecer ambas y se decantó aquélla  por 

agregarse a la de los Favores, llevando con ello a 

la desaparición de la Real Hermandad de Ntra. 

Sra. de la Salud? Todo parece indicar que pudo ser este el resultado de la desaparición de la hermandad de la Virgen. 



San Cecilio, incendio de 1969.

Pero unos años después, el día 22 de diciembre de 1969, se había colocado en la capilla de la Virgen de la Salud un Belén de Navidad y su instalación eléctrica  provoca un cortacircuito que incendia la capilla de la Virgen y se extiende rápidamente por toda la iglesia de San Cecilio. La Hermandad de los Favores consigue salvar, con deterioros importantes a sus imágenes (Cristo de los Favores, Mª.Sª. de la Misericordia y Ntra. Sra. de la Paz), pero la Virgen de la Salud, junto con otras imágenes, desaparecen en el incendio. 

Según información dada por don Alberto Ortega García, cofrade y capataz reconocido, se salvaron del incendio algunos efectos de la hermandad: un armario que lleva tallada la inscripción de Ntra. Sra. de la Salud y un manto y saya color hueso, bordado en sedas, que no se pudo utilizar por la hermandad de los Favores para la Virgen de la Misericordia y fueron donados por esta hermandad a la Asociación de fieles de Ntra. Sra. de la Salud del Parque de las Avenidas de Sevilla, que hoy es titular de la Hermandad del Sol de esa ciudad.

Lamentable suceso fue el incendio que nos hizo perder irreversiblemente aquella imagen de señera devoción en el Realejo, titular de una hermandad de preclara historia en nuestra ciudad. No quedará en el olvido mientras sea recordada o dada a conocer a través de escritos, como el presente, para nuestra generación y las futuras.


Cristo de los Favores. Foto de A. Guzmán Úbeda


María Santísima de la Misericordia

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1. ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 398 f, pieza 11, pág. 3. 
2. DE LA CHICA BENAVIDES. fr. Antonio, Gazetilla Curiosa..., papel XLIII, 28 de enero 1765.
3. ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 13 f,d.
4. El citado archivo, legajo 15 f, pieza 15.
5. La Gaceta del Sur de 29 de mayo de 1908.
6. El Noticiero Granadino de 23 de mayo de 1906.
7. El citado archivo, legajo 15 f, pieza s/n.
8. La Constancia de 7 de mayo de 1853. Varios periódicos de mediados del siglo.
9. El Defensor de Granada de 14 de noviembre de 1884.
10. El Noticiero Granadino de 28 de mayo de 1911.
11. Varios periódicos.