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sábado, 4 de julio de 2015

HERMANDAD DE NTRA. SRA. DE LA CONSOLACIÓN DE SAN JUAN DE LETRÁN










Antonio Padial Bailón


Hermandad antiquísima, quizás la más antigua de las de esta advocación en la ciudad de Granada. Ligada esta devoción a la Orden de Agustinos, aunque no de forma exclusiva, pues varias hermandades de Consolación se fundan en Granada, entre ellas, la de los gallegos, asociada a la de la Vera Cruz en el convento de San Francisco " Casa Grande", o ésta que vamos a tratar de la ermita de San Juan de Letrán, que fue fundada en el convento de Mercedarios Calzados de la Merced.

No vamos a tratar en este lugar del convento de los Mercedarios Calzados y Redención de Cautivos por haberlo hecho al abordar la historia de otras hermandades, como la de la Sangre de Cristo, Humildad o el Nazareno de la Merced, sitas en este convento, que se han subido al blog "La Granada Eterna: antiguas hermandades pasionistas".

La hermandad en el convento de la Merced

Esta hermandad que nos ocupa se funda en Granada a principios del siglo XVII o, tal vez, antes. Los datos más antiguos que he podido investigar son de 1612, por lo que la fundación de la hermandad pudo ser bastante tiempo antes.

La advocación de Ntra. Sra. de la Consolación es, asimismo, antiquísima; basada en las tribulaciones que aquejaban a Santa Mónica, madre de San Agustín, al ver a su hijo apartado de las creencias cristianas que ella le había inculcado en su niñez. La Santa suplicó a la Virgen por la vuelta de su hijo a la fe cristiana y aquélla le dio el consuelo que pronto se produciría su conversión.

Como signo de este compromiso la Virgen pidió a Santa Mónica que vistiera un hábito negro y lo ciñera con una correa de igual color, razón por la que las órdenes agustinas, tanto seculares como seglares optan por  este hábito y correa.

Como se ha expresado, hermandades dedicadas a Ntra. Sra. de la Consolación nacen también en conventos no agustinos, como es ésta, que lo hace en el convento de mercedarios calzados de Ntra. Sra. de la Merced, Redención de Cautivos. No sabemos las circunstancias por las que se establece en este convento mercedario y no en uno de los dos cenobios agustinos, aunque uno de ellos, el de los descalzos, que se instala en Granada de forma definitiva en 1613 en el hospital morisco de la Resurrección (que estaba frente a las "Tomasas" en el Albaicín), es posterior a la fundación de la hermandad. 
Convento de la Merced de Calzados, junto a la iglesia de San Ildefonso

Las primeras noticias que he encontrado de dicha hermandad son de 1612, aunque con toda seguridad, su fundación fuera algo mas antigua. Estas noticias nos las da su libro de fiestas de esa fecha y que abarca hasta 1668.

La hermandad tenía obligación de celebrar cinco festividades de la Virgen: la del día de la Candelaria 2 de febrero; el 25 de marzo, día de la Encarnación; el 15 de agosto, día de la Asunción de Ntra. Sra.; el 8 de septiembre, de la Natividad de Ntra. Sra. y el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción. Por estas fiestas celebradas con la asistencia de los padres mercedarios calzados pagaba al convento 9 reales de vellón por cada una de dichas funciones (1).

Es curioso el fervor inmaculista de esta hermandad, desde la fecha tan temprana de su fundación, cuándo tal fervor se acrecienta algo después, a raíz de la controversia en Sevilla de 1613, cuando el dominico fray Domingo de Molina negó la concepción inmaculada de María. Ya la hermandad de la Consolación granadina del convento de la Merced, celebraba esta fiesta con función y, también, procesión con Ntra. Sra. de la Consolación. 

De ello da constancia el documento que comentamos que nos dice, que se realizaba misa con sermón y procesión el día 8 de diciembre - seguramente con la imagen de Ntra. Sra. de la Consolación, titular de la hermandad-, pues en 1618 el mayordomo Jerónimo Esteban paga a la comunidad mercedaria 9 reales por la misa con sermón y procesión en el día de la Inmaculada. 

El documento de festividades de la hermandad no expresa nada especifico sobre la festividad de Ntra. Sra. de la Consolación, por, seguramente, incluirla en la festividad del 8 de septiembre de la Natividad de Nuestra Señora, aunque la orden agustina la celebra el 4 de septiembre.


A la izquierda, ábside y crucero de la iglesia del convento de la Merced


Luego, tenía la hermandad cultos mensuales los primeros domingos de cada mes con una misa cantada por la que la hermandad pagaba 4 reales a la comunidad de frailes.

A parte de estas fiestas marianas, la hermandad como corporación de sufragios y entierro, dedicaba desde su fundación una misa de ánimas los lunes de cada semana, por la que en los años cuarenta del siglo XVII pagaba a los frailes 9 reales de vellón (empezó pagando 4 reales).


La cofradía tenía una casa pequeña junto a la puerta del convento mercedario y a espaldas de un pilar de agua, que parece que era casa de la cofradía cedida por la comunidad mediante un alquiler de 5 ducados al año. Pudiera ser el antecedente más antiguo de una casa de hermandad que se conoce en Granada. Dicha casa ya la usaba la cofradía antes de 1647.

La hermandad contaba con capilla propia en la iglesia mercedaria y, parece ser, que también celebraba procesión las otras cuatro restantes festividades de la Virgen, al menos al inicio del siglo XVIII, además de la del día de la Inmaculada, que antes hemos comentado.

Durante el siglo XVII, sólo tengo estas noticias sobre hermandad de Ntra. Sra. de la Consolación del convento de la Merced, en un periodo que abarca desde 1612 a 1668.


Iglesia del convento de la Merced, trasformada en oficinas y dormitorios militares


¿Las hermandades de Ntra. Sra. de la Consolación del convento de mercedarios calzados y la de la ermita de San Juan de Letrán fueron la misma hermandad?

Todo indica que así pudo ser. En 1692, el arzobispo de Granada Fray Alonso Bernardo de los Ríos, trinitario calzado de la familia de los Condes de Gabia, como promesa de su curación de la llamada enfermedad de perlesía ( Parkinson) realizó la fundación, el día 9 de febrero de ese año, de la ermita de San Juan de Letrán en el barrio de San Lázaro. La ermita fue finalizada dos años más tarde, en 1694.



Era deseo de dicho prelado, que la ermita levantada a sus expensas se constituyera en un centro de devoción mariano y la primera imagen de María con la que va a contar dicho templo será la de Ntra. Sra. de la Consolación. 

¿Sería el arzobispo fundador, fraile trinitario del convento de la Merced, quien habría encomendado el cambio de sede de la hermandad a la ermita fundada por él, como inicio del foco de devoción mariana? Es lo más probable, porque también desaparece la hermandad del convento de la Merced y aparece una hermandad de igual advocación en San Juan de Letrán, unido a los deseos del arzobispo mercedario de crear en su ermita un centro de devoción mariana, todo apunta a esta hipótesis de traslado de la hermandad del convento de la Merced a la ermita de San Juan de Letrán. 


San Juan de Letrán
La hermandad en la ermita de San Juan de Letrán

La imagen ya estaba en San Juan de Letrán en 1717, año en el que le regala el hermano Sebastián Jiménez un vestido a la Virgen que aparece en el inventario de la ermita de 1730.

Pronto entre los vecinos del barrio de San Lázaro va creciendo la devoción a la imagen que es considerada en adelante como la patrona de dicho barrio, formado en su mayoría por labradores de la Vega, que la van a procesionar en el mes de noviembre, una vez recogidas las cosechas, aunque el el siglo XIX las fiestas, función y procesión se trasladarán al mes de octubre.

En fechas posteriores a 1729 se realiza para la imagen un pequeño camarín añadido al retablo del altar mayor para cobijar a la Virgen desplazando de dicho lugar preferencial un cuadro de María con el Niño, primer referente mariano de la ermita y a la imagen de San Juan Bautista, titular de la misma, que hoy se venera en dicho retablo junto a la Virgen (2)



Otro signo de que la imagen estaba en la ermita antes de 1729 se deduce de los archivos de la iglesia, que nos dicen, que el 24 de noviembre de ese año se celebró una solemne función a la imagen "como es costumbre todos los años". El traslado a San Juan de Letrán, probablemente tendría lugar entre 1700 y 1715.

Otra hipótesis que mantenía en mi libro sobre la historia de la Hermandad de los Ferroviarios era la posibilidad de fusión de la hermandad de la Consolación, que hipotéticamente hubieran fundado los vecinos de San Lázaro, con la trasladada del convento de la Merced. Hoy me inclino a pensar que era la misma hermandad.

En el inventario de 1788 se hace constar la existencia de cinco mantos de la Virgen y once del Niño, media luna de plata, varias coronas de plata y cañones del mismo metal para el estandarte, lo que nos indica cierta pujanza de la hermandad durante su sede en la ermita de San Juan de Letrán (3).

La hermandad sería protegida por los cuatro capellanes de la ermita, donde el arzobispo citado había fundado cuatro capellanías (San Juan Bautista, Ángel de la Guarda, San Buenaventura y San Liborio) y, en 1730, es nombrado secretario de la hermandad el sacristán de la ermita Francisco de Borja, que es el que hace el inventario de ese año.

También los capellanes mayores accedían al cargo de mayordomos de la hermandad, lo que corrobora cierta tutela de la misma por las capellanías. Así, en 1824, el capellán mayor Antonio de la Cruz era mayordomo y solicita de los obispos de Málaga, Jaén y Guadix la concesión de indulgencias para aquellos fieles que rezaren el rosario y la salve ante la imagen de la Consolación, así como, a la práctica de actos de fe, esperanza y caridad.
Barrio de San Lázaro en los años cincuenta y Avenida de Doctor Olóriz 


El siglo XIX. Fiestas de Consolación en el barrio de San Lázaro

La devoción creada en torno a la imagen por un barrio popular hace que los cultos y función se conviertan en fiestas de otoño de aquel barrio.

Aún en 1847, la función y procesión, así como las fiestas del barrio, se seguían celebrando en el mes de noviembre, pero a partir de mediado el siglo XIX se trasladan al último domingo de octubre. En los años setenta de ese siglo se celebraban el tercer domingo de octubre y en los años ochenta al primer domingo de ese mes.

Estos traslados de fecha pudieron deberse a acuerdos con la Hermandad del Cristo de la Yedra, del vecino barrio de la calle Real de Cartuja, que por esos meses tenía sus celebraciones, normalmente en el domingo anterior a las de la Consolación. Siempre hubo gran rivalidad entre ambos barrios de labradores, que incluso se les conocía en la ciudad por los motes de "cebolleros", a los del barrio de San Lázaro y "ajeros" a los de la calle Real, por dedicarse al cultivo de estas aliáceas.

La fiestas en ambas hermandades empezaban, durante los siglos XIX y XX, el sábado con una velada o verbena popular a la que asistía la banda municipal municipal para amenizarla, adornándose la placeta de San Juan de Letrán con farolillos a la veneciana y la fachada de la iglesia con candelas ( al llegar la electricidad a comienzos del siglo XX se hacía con bombillas eléctricas). También un castillos de fuegos artificiales, llamados entonces árboles de colores, se prendían en la explanada de la Cruz Blanca ; otras veces se colocaba al inicio de la calle de San Juan de Dios, cuando la hermandad decidió alargar la procesión hasta la basílica del santo de los pobres.   


El sábado anterior al inicio de las fiestas una pública con banda de música recorría las calles del itinerario de la procesión y las inmediaciones de la ermita se llenaban de puestos de golosinas y roscos. Toda la ciudad, pues la ocasiones de asueto eran menores que hoy, acudía a estas fiestas de barrio y procesiones de otoño de las hermandades de Consolación y Cristo de la Yedra.

El domingo señalado se celebraba por la mañana la función con asistencia en muchas ocasiones de la música de la Capilla Real y por la tarde la procesión con las imágenes de Ntra. Sra. de la Consolación, San José y San Juan Bautista, titular de la ermita. Tal era la significación popular de estas celebraciones que el ayuntamiento mandaba varios concejales a las mismas.


San Juan Bautista, titular de la ermita
San José, que se procesionaba con la Virgen de la Consolación

La imagen de la Virgen iba sobre unas amplias andas cobijada por un templete con cúpula, a manera de palio, y cubiertos de guirnaldas de flores sus varales. A ves hasta tres bandas de música acompañaban a las imágenes (Bomberos, Regimiento de las Antillas, banda del Hospicio o la del Regimiento de Córdoba, éstas a finales del siglo XIX o principios del XX).

En 1895, desaparece el cetro del Niño de Ntra. Sra. de la Consolación, aun carece de él la imagen del Niño Jesús que lleva en sus brazos (4).

En el itinerario se solía recorrer el barrio de San Lázaro por la calle central del mismo, llamada del Marmolillo, que discurría, aproximadamente, por le centro de la actual  plaza que de nueva factura aparece en el centro del barrio moderno; seguía por la de Panaderos que iba desde la facultad de Medicina hasta la Cruz Blanca, donde el barrio despedía a las imágenes, que se dirigían hasta la calle de San Juan de Dios, para regresar por la calle Almona y Acera de Canasteros a lo que hoy es Severo Ochoa (entonces allí existía un pequeño barrio que ocupaba parte del hoy parque de los comedores universitarios).


Salida de la procesión en 1924

Algunos años de finales del XIX y principios del XX se celebraban corridas en la plaza de toros que se elevaba en los hoy Jardines del Triunfo. En 1895 actuaron los toreros Lagartijillo y El Algabeño y cuando terminaba la corrida, que solia hacerlo a las 4 de la tarde salía la procesión (5).

Tanto la hermandad de Consolación, como la del Cristo de la Yedra mandaban sus estandartes y representación a la procesión de la otra y asistían, asimismo, a las procesiones del Corpus Christi, Santo Entierro y la de Ntra. Sra. de las Angustias, así como a las del Viático de la Sacramental del Sagrario, matriz de las sacramentales granadinas.

A medida que avanza el siglo XX, la hermandad va decayendo paulatinamente, aunque todavía en los años veinte las fiestas se celebraban con gran esplendor. Vuelve a tener cierto vigor cuando es nombrado mayordomo el prócer granadino D. Fermín Garrido Quintana, catedrático de Medicina, alcalde y rector de la universidad, cuyo palacete estaba frente a la iglesia en el Camino Real de Santa Fe (Avda. de la Constitución), siendo presidente el Sr. García Valdecasas y D. José Alonso de vicepresidente de la hermandad.

Esta junta trasladó los cultos y procesión al sábado y domingo inmediatos a la Natividad de Ntra. Sra. en el mes de septiembre; aún se tenía la costumbre de sacar la semana anterior la pública anunciando las fiestas y D. Fermín dio una recepción o lunch en su palacete a las autoridades de la ciudad antes de celebrarse la procesión.

Barrio de San Lázaro, Avda. de la Constitución ( antiguo Camino Real de Santa Fe), la ermita y enfrente a la izq. el Palacete de D. Fermín Garrido.

Las fiestas por esos años veinte fueron adquiriendo el carácter de romería, acudiendo caballistas y señoras con mantón de manila; cucañas, carreras de sacos y una segunda verbena después de la procesión formaban la parafernalia de las fiestas.

Los granadinos hasta la Guerra Civil del 1936, acudían masivamente a estas fiestas de los barrios de la ciudad a las que eran muy aficionados, como la de Ntra. Sra. de Gracia, San Rafael o la Virgen de los Favores, San Miguel y Ntra. Sra. del Amor Hermoso en el Albaicín; la Virgen del Carmen en el barrio de San Matías; la de las Vistillas de Ntra. Sra. de los Ángeles; San Sebastián y la Virgen de la Fe en el Sagrario; Ntra. Sra. de la Salud en el Campo del Príncipe; Ntra. Sra. de los Dolores en la Alhambra o las de Ntra. Sra. del Rosario en el Realejo. Todas estas imágenes estaba servidas por fervorosas hermandades.

Interior de la ermita de San Juan de Letrán

En 1941, finalizada la guerra, vuelven los festejos, procesión y cultos a celebrarse con normalidad y, también, regresan al tiempo tradicional del mes de octubre. Será en la década de los años cincuenta del siglo XX, cuando van a desaparecer con la hermandad (6).


El crecimiento de nuevos barrios en los años cincuenta y sesenta y el abandono por parte de los vecinos de estos barrios antiguos, bien por la emigración o por trasladarse a edificios con pisos más confortables fueron decisivos para la extinción de estas fiestas de barrio y de las hermandades que la sustentaban, decayendo la devoción al implantarse nuevas vecindades en estos barrios antiguos.

El barrio de San Lázaro, con la construcción de los Edificios Elvira, comenzará en los años setenta a ir desapareciendo paulatinamente, sólo queda de él la ermita de San Juan de Letrán, actualmente convertida en parroquia y todo el entorno ha sufrido una drástica transformación; con él han caído unas ancestrales devociones y fiestas, así como la devoción a la Virgen de Consolación y su antiquísima hermandad.

Virgen del Amor y Trabajo que se venera en la ermita, titular de la cofradía de los Ferroviarios


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1. Archivo histórico diocesano del arzobispado de Granada, leg. 25 f, pieza s.n.
2. AMADOR ROS, José, San Juan de Letrán, ayer y hoy, págs, 49-51.Granada 1998.
3. AMADOR ROS, José, opus.cit. p. 53. y PADIAL BAILÓN, Antonio, La Cofradía de los Ferroviarios: Buena Muerte y Amor y Trabajo. Reseña histórica 1953-2003,págs. 24-31.  
4. Archivo parroquial de San Ildefonso. Notas marginales del inventario de San Juan de Letrán de 1896, cuando se le hace entrega de la ermita a los Padres Capuchinos.
5. El Defensor de Granada en su nº de 17 de octubre de 1895.
6. Diversos periódicos y revistas del los siglos XIX y XX.