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sábado, 20 de diciembre de 2014

COFRADÍA Y HERMANDAD DE NTRA. SRA. DEL ROSARIO DE SAN ILDEFONSO






Antonio Padial Bailón 


Introducción

La advocación de Nuestra Señora del Rosario ha sido la que mayor difusión tuvo en la provincia de Granada, tanto en hermandades, como en imágenes de esta devoción. Es rara la localidad de la provincia que no cuenta o haya contado con una imagen de Ntra. Sra. del Rosario; otras la tienen como patrona y son numerosas las hermandades que existen o existieron en diversos pueblos.

En la capital de Granada se implantó su hermandad desde los primeros años de la conquista de la ciudad, fundándose en el convento de los dominicos de Santa Cruz la Real, cuya archicofradía será madre y matriz de diversas hermandades de la provincia. 

En la propia iglesia del convento (Santo Domingo), tuvo su sede otra hermandad llamada del Rosario de Ntra. Sra. de Gracia; otras iglesias de la ciudad  como San Andrés, el convento del Carmen, las Angustias o San Ildefonso acogerán a alguna hermandad de Ntra. Sra. del Rosario, como fue el caso de esta que estamos tratando.

La iglesia parroquial de San Ildefonso, extramuros de la ciudad musulmana, fue una de las que se erigieron en 1521, en el llamado por los musulmanes barrio de Rabadasif, sacralizando en un principio, muy probablemente, la mezquita de dicho barrio, junto a la que existía un aljibe para proveer al barrio de agua y para realizar las abluciones.

En sus cercanías se ubicaba la mayor maqbara o cementerio de la ciudad, el de Shal ben Malic, que ocupaba un extenso terreno que excedía a lo que hoy conocemos como Campo del Triunfo y llegaba hasta el arco de Elvira, por un lado, y por otro, hasta las inmediaciones de la ermita de San Isidro.

Lo cercado a ambos lados de, la Puerta de Elvira era el cementerio y el minarete y mezquita, tras la muralla, en la parte izquierda era la de Rabadafif, donde hoy se sitúa la iglesia de San Ildefonso.


La iglesia actual comenzó a edificarse en 1553, finalizándose su construcción en 1559; la portada se terminó en 1555, realizada por Juan de Alcántara con traza de Diego de Siloé. Seguramente, se levantó el edificio sobre el solar que dejara la mezquita de Rabadasif.

De extenso término, la parroquia de San Ildefonso acogería en el mismo costado de la iglesia al convento e iglesia de la Merced, de mercedarios calzados. Ambos templos fueron sede de numerosas hermandades, parte de cuyas imágenes, afortunadamente, han llegado hasta nuestro tiempo, entre ellas, la titular de la hermandad, objeto de este artículo: Nuestra Señora del Rosario.



SAN ILDEFONSO


Fundación de la hermandad

La cofradía, que tenía el carácter gremial, se funda en el año 1688, época esta de la década de los ochenta de dicho siglo muy prolífica en la fundación de hermandades, casi todo el último cuarto de siglo lo fue. Posiblemente, la efusión de pavor que se desencadenó como consecuencia de la epidemia de peste bubónica que asoló a la ciudad de Granada en 1679-80, tuvo el efecto de excitar en la población una inquietud escatológica que la inducía a buscar la protección de la divinidad.  

La Hermandad de Ntra. Sra. del Rosario de San Ildefonso era eminentemente gremial, fundándola y constituyéndola los maestros y oficiales del gremio de tejedores de lienzos, sin que pudieran formar parte de ella personas de otros oficios.  

Sus reglas se aprobaron por auto de 30 de octubre de 1688 del provisor y vicario general de la diócesis D. Martín Torrico de Pedrajas, durante el mandato del arzobispo D. Alonso Bernardo de los Ríos y estaban formadas por 27 capítulos. 

El capítulo primero prescribía el título y carácter gremial de la cofradía formanda por personas de ambos sexos:


" Trata de los que deven observar y guardar los hermanos y hermanas de la coffadría y hermandad de Nuestra Señora del Rosario que se sirve en la parroquial del Señor San Ildefonso, de los maestros y oficiales de texer lienços de la Ciudad de Granada, fundada con lissenzia del señor Provisor y beneficiados de dicha parroquia en este año de 1688 años" 1 .   

La hermandad proclamaba la defensa, hasta dar la vida, de la Concepción Inmaculada de la Virgen, siendo regida por un hermano mayor y un mayordomo, con un secretario para llevar actas y libros. Éstos eran tres: el de inscripción de hermanos, el mayor de cuentas y cabildos y el menor o borrador de cuartos y limosnas de los hermanos.

Dibujo que abre el libro de reglas de la hermandad

La hermandad celebraba su fiesta principal -capítulo  8º de las reglas- en el segundo domingo del mes de octubre, quizá por no coincidir con la fiesta de la Archicofradía de Ntra. Sra. del Rosario de Santo Domingo, la principal devoción en la ciudad de esta advocación. A ella deberían de acudir los hermanos confesados y comulgados, pidiendo por la extirpación de las herejías, victoria contra los infieles  y la concordia entre príncipes y reyes. 

También era una hermandad de sufragios, dedicándole fiesta el día 2 de noviembre, con misa cantada con diáconos a los difuntos de la corporación en la capilla de la Virgen, donde había obligación de elevar un túmulo. 

En los entierros de hermanos debían de asistir todos ellos y se llevaba el estandarte de la hermandad y doce hachas, o más, si lo permitían los fondos económicos; aquéllas era portadas por los hermanos, que salían en procesión hasta el domicilio del fallecido y daban una limosna para la caja de difuntos, para dedicarle nueve misas, si el montante de fondos alcanzara. La defunción de hijos y hermanos del cofrade tenían derecho a ser acompañado su cadáver por seis hachas.

La duración del mandato del hermano mayor y del mayordomo, que debían de pertenecer al gremio de tejedores de lienzos, era anual, como en la mayor parte de las cofradías de esa época, y se elegían en un cabildo presidido por el beneficiado de la parroquia, que se reunía en la iglesia en el mes de octubre, a los ocho días de la festividad de la Virgen del Rosario. 

El hermano mayor y el mayordomo elegidos tenían la obligación de aceptar el cargo, y si se negaran, pagarían una multa de dos libras de cera. Una vez finalizado el tiempo de su cargo, los mayordomos pagaban una libra de cera para el fondo de la hermandad.




Todo el proceso de funcionamiento de la cofradía era supervisado por los veedores del gremio, que eran los encargados de examinar a las personas que se afiliaban a la hermandad, con la finalidad de que se admitieran las más idóneas por su conducta y devoción.

Era una hermandad de las llamadas rosarianas, que empezaban a proliferar en esos tiempos, y sus hermanos tenían el deber de asistir al Santo Rosario, fijando dicha obligación para todos los días del año, en que debían de acudir a rezarlo en la capilla de la Virgen y ante su imagen. No se prescribe en las reglas el rosario callejero, ni procesión el día de la fiesta de la Virgen, pero sabemos que sí se realizaba, como más adelante expondremos.

Los primeros cargos de la hermandad  y fundadores de la misma fueron Antonio de Cuenca y Pedro Ruiz Fuerte del Rey, maestro de tejer lienzos.

Por otro documento que examinamos a continuación se sabe que la hermandad realizaba procesión los primeros domingos de cada mes: 

" ... se han introducido nuevas cofradías con el título de Ntra. Sra. del Rosario, principalmente en la parroquia de San Ildefonso, haciendo procesión los primeros domingos de mes..." .

 Esta procesión de todos los primeros domingos de mes fue instituía por el cabildo general de 28 de agosto de 1692, en el que se acordaba realizar una fiesta con procesión dichos domingos a excepción del de octubre, por ser la fiesta de la archicofradía del Rosario de Santo Domingo. En esa fecha, cuatro años después de la fundación de la hermandad, ésta había suavizado su carácter gremial para admitir hermanos de otros oficios, pero manteniendo una separación entre ellos, pues se dieron poderes para organizar estas fiestas a Juan de la Plaza, colector de la parroquia y representante de los hermanos que no eran tejedores de lienzos, y a Pedro Antonio de Cuenca, maestro de tejer lienzos, en representación de los hermanos de este oficio 2.   

En estas fiestas de los primeros domingos se pagaban 18 reales para misa, órgano y repiques de campana; se ponía en el sagrario de la capilla un relicario de plata; la lámpara encendida día y noche, teniendo los hermanos que comulgar para ganar el jubileo. El altar se adornaba con profusión de velas y la procesión se hacía, al menos en esas fechas, antes de la misa  y alrededor del cancel de la iglesia.


Pleito con la Archicofradía de Ntra. Sra. del Rosario de Santo Domingo

En 1699, once años después de fundarse la hermandad, se suscita un pleito con la Archicofradía de Ntra. Sra. del Rosario, la matriz de estas hermandades del Rosario.
El dominico, Manuel de Zorrilla, hermano mayor de la archicofradía y el mayordomo, Tesifón de Nava, demandan a la hermandad de Ntra. Sra. del Rosario de San Ildefonso, el 10 de abril de 1699, alegando que por diferentes bulas pontificias, especialmente las otorgadas por el Papa Alejandro VII, la orden de predicadores tenía concedida la facultad de fundar y erigir cofradías de Nuestra Señora del Rosario, a través de sus ministros generales, en las localidades en la que hubiera convento de la Orden de Santo Domingo. 

Estas hermandades no se podían fundar en dichas localidades en ninguna otra iglesia secular o regular y, si se hacía, la hermandad fundada se había de agregar con sus alhajas e insignias a la principal que residiera en el convento dominico, sin que se pudieran conceder indulgencias a ninguna otra que no residiera en dicho convento, ya que éstas sólo se podían ganar en la capilla de la titular de la archicofradía. 

Denunciaban que se habían fundado algunas cofradía del Rosario fuera del convento, sin cumplir dichos requisitos y que engañando a los fieles, pues pretendían estar en posesión de las bulas que sólo pertenecían "a la verdadera cofradía" del convento de Santo Domingo (Santa Cruz la Real), consiguiendo limosnas, pidiendo con dicho título, que sólo pertenecían legítimamente a la asentada en el convento dominico, con grave perjuicio de la misma, que veía decaer su devoción y número de hermanos.

Al pedir la de San Ildefonso limosnas, se producía el hecho de que la archicofradía de Santo Domingo no las conseguía y sus hermanos se negaban a pedirlas  "por no sufrir el rubor de las quejas y lamentos de los que piden con dicho título".

Además, la cofradía del Rosario de la iglesia de San Ildefonso utilizaba en sus banderolas, insignias, pinturas y tarjeta de su estandarte la imagen de Ntra. Sra. del Rosario, sin deber hacerlo, a juicio de la de Santo Domingo, solicitando del provisor que fuera agregada a la archicofradía. 


NTRA. SRA. DEL ROSARIO CORONADA  TITULAR DE LA ARCHICOFRADÍA DE SANTO DOMINGO Y COPATRONA DE GRANADA

El hermano mayor de la de San Ildefonso, Juan Pérez, y su mayordomo Baltasar Ruiz se defienden alegando que la hermandad no era reciente, como decían los dominicos, pues hacía 11 años que se había fundado y, además, con licencia del arzobispado y que tenían bulas concedidas por el los Papas Inocencio X y XI, mostrando en el pleito el libro de dichas bulas. 

La archicofradía le rebatió el asunto de las bulas, diciendo que éstas prescribían que sólo se podrían fundar esas hermandades a una distancia de dos millas del convento de Santo Domingo, requisito que no cumplía la de San Ildefonso. 

A pesar de lo alegado por la archicofradía, la realidad era que había otras hermandades de Ntra. Sra. del Rosario fundadas en la ciudad en la iglesia del Salvador, en la de Cartuja y en la de San Gregorio y así lo hizo constar la de San Ildefonso, pidiendo que no se privara de esta devoción a los vecinos de la parroquia, que muchos eran labradores y el convento de Santa Cruz la Real les quedaba demasiado lejos.

Dos años tardó el arzobispado en dar una contestación a la demanda interpuesta por la archicofradía y lo hizo por un auto de 25 de febrero de 1701 del provisor y vicario general D. Rafael de Ascargosta en el que da la razón a la hermandad de Ntra. Sra. del Rosario de San Ildefonso, basándose en que la archicofradía del convento dominico sólo había interpuesto la demanda y no lo había proseguido ni pedido el recibimiento a prueba.

No se contentó con el auto la Archicofradía de Ntra. Sra. del Rosario de Santo Domingo y el prior de la comunidad Fray Pedro Prieto y el hermano mayor, Martín de Marzana decidieron apelar a la Santa Sede, admitiéndose a trámite el 7 de marzo de 1701 por el arzobispo de Larissa, D. Francisco de Aguaviva y Aragón, nuncio apostólico 3

No sabemos el resultado de la apelación, aunque sí que el conflicto estaba concluido en agosto de 1703, pues el prior de Santa Cruz la Real solicita que se le entreguen las bulas que había aportado a los autos de pleito.

No tuvo que perdurar la hermandad después de este conflicto, quizás porque la apelación a la Santa Sede le fue desfavorable y porque las cofradías gremiales se prohibieron en la época de la Ilustración.

La imagen de Ntra. Sra. del Rosario

La Virgen del Rosario de la iglesia de San Ildefonso aun la podemos contemplar en la capilla que hoy preside la imagen de Jesús de la Humildad, llamado hoy de las Burlas, imagen que fue titular de la hermandad de su misma advocación, procedente del inmediato convento de la Merced. La Virgen se sitúa en una hornacina del retablo a la derecha del dicho Señor de la Humildad, aunque ésta parece no ser su capilla primitiva, sino la que hoy está dedicada a San Ildefonso.


Capilla de la Humildad o de las Burlas, donde hay se venera a Ntra. Sra. del Rosario. 

Al realizarse el actual retablo mayor hacia 1720, el primitivo que labró Miguel Cano en 1603-1605, con traza de Ambrosio de Vico, se colocó en una capilla lateral - aún lo está-y en él a la Virgen del Rosario. 

La imagen de Ntra. Sra. del Rosario se atribuye al escultor José Risueño Alconchel 4, quizá como una de las imágenes previas que pudiera haber realizado para el extraordinario retablo, cuyo contrato de imaginería se realizó con Risueño. 

El profesor Sánchez-Mesa Martín afirma que la imagen de la Virgen del Rosario se documenta su autoría como de Risueño, al suponer que era una de las 16 imágenes que el escultor contrató para el retablo; pues dice que "si contamos las esculturas colocadas en el retablo, vemos que son 15" y que si se analiza la imagen de la Virgen del Rosario  "comprendemos que sea del maestro y de aquella misma época". Por ello, induce a que es la que falta en el retablo para completar las 16 encargadas 5 

El retablo antiguo de la iglesia realizado por Miguel Cano se colocó o ajustó por el mismo Risueño por el precio de 200 reales en la capilla lateral antes mencionada, la segunda de la derecha, entrando en el templo, que es en la que se ha venerado a la Virgen del Rosario hasta que se colocó en ella a la imagen de San Ildefonso.



RETABLO ANTIGUO DE SAN ILDEFONSO, DONDE ESTUVO LA VIRGEN DEL ROSARIO 

Sin embargo, creemos que si la imagen de la hermandad fuese esta de Risueño, no habría concordancia entre la fecha de vigencia conocida de dicha hermandad (1688-1703) y la realización de la imagen (hacia 1720), si fuera como deduce Sánchez-Mesa la que falta en el retablo y que se colocó después en el antiguo en la capilla lateral mencionada.  

Ello nos llevaría a plantear otras hipótesis, como  que la hermandad hubiera tenido otra imagen,  y después, hacia 1720, adoptara la de Risueño  - con lo que se alargaría unos años la vida de la hermandad- o que la imagen de la Virgen no sea la nº 16 que falta en el retablo, como deduce Sánchez-Mesa, y que Risueño la labrara en los años iniciales de la hermandad y fuera este trabajo precursor del encargo de la imaginería del retablo.  

La falta de documentación suficiente sobre nuestro legado artístico, hace que cuando se ponen se contrastan unos documentos, como estos que he estudiado en el archivo arzobispal sobre el pleito con la Archicofradía del Rosario de Santa Cruz la Real, con lo conocido hasta la fecha, nos llevan a plantearnos nuevas incógnitas, como las antes expuestas.  

De todo ello, concluyo, que la Virgen del Rosario de San Ildefonso, parece que fue la imagen de la cofradía, pues en los inventarios consultados de la iglesia no existió más que esa imagen de dicha advocación, planteándose la hipótesis de que la realizara Risueño años antes de las imágenes del retablo o que la hermandad la adoptara como titular hacia 1720, desechando alguna imagen mas antigua con la que se fundara la hermandad.

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1. ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 10 f, pieza 21.
2. El citado Archivo, mismo legajo y pieza.
3. El citado Archivo, legajo 10f, pieza s/n.
4. GALLEGO Y BURÍN, Antonio, Guía de Granada, p. 314. Granada 1982.
5. SÁNCHEZ-MESA MARTÍN, Domingo, José Risueño, escultor y pintor granadino, p.p 244-245. 


sábado, 1 de noviembre de 2014

HERMANDAD DE NTRA. SRA. DE LA PAZ (SAN ILDEFONSO)








ANTONIO PADIAL BAILÓN



La devoción a la Virgen de la Paz en Granada

Desde tiempos antiguos la devoción a esta advocación en la ciudad de Granada estuvo bastante extendida. Varias fueron las hermandades que le daban culto y la tenían como titular y patrona. Dos de ellas destacaban por su antigüedad: la hermandad de Ntra. Sra. de la Paz de la iglesia de San Ildefonso, extramuros de la ciudad, y la hermandad de Nra. Sra. de la Paz, cofradía de laneros, de la antigua iglesia parroquial de Santa Isabel de los Abades, parroquia tempranamente desaparecida por su incorporación a la de San Luis de los Franceses, en el alto Albaicín. Con la desaparición de la parroquia de Santa Isabel, pasó la cofradía a la de San Luis,donde se perdería su hermandad a principios del siglo XX (1). 


SAN ILDEFONSO 

Luego, existieron otras hermandades, incluso de penitencia o pasionistas, que la tenían como patrona como: la hermandad de la Santa Expiración de Ntro. Señor Jesucristo, del convento de San Agustín o la Hermandad del Santo Cristo de las Penas y Ntra. Sra. de la Paz y Vía Sacra del convento dominico de Santa Cruz la Real (Santo Domingo). Otra de ellas destacaba también en la devoción y antigüedad entre los granadinos: la de Ntra. Sra. de la Paz, fundada en 1622, de la iglesia de San Cecilio, que era sacramental de la parroquia y fue unida, desde 1954, a la Hermandad de Penitencia del Stmo. Cristo de los Favores y María Santísima de la Misericordia, lo ha evitado su desaparición.


NTRA. SRA. DE LA PAZ DE SAN CECILIO (Talla sobrevestida)


Ntra. Señora de la Paz de San Cecilio, 2º titular mariana de la Hdad. del Cristo de los Favores. 1709 y atribuida por Sánchez Mesa a Diego de Mora.

















Asimismo, la cofradía de penitencia del Señor de la Humildad y Soledad de Ntra. Sra., bendijo en 1946 una imagen Dolorosa de la Paz realizada por el escultor Espinosa Cuadros, como tercera titular de la hermandad, para sacarla en paso de palio. Sólo salió el Miércoles Santo de ese año, aunque el proyecto de la cofradía era sacar procesionalmente a la Soledad de Nuestra Señora únicamente la tres de la tarde del Viernes Santo, para ir al Campo del Príncipe al ejercicio de las Cinco Llagas ante el Cristo de los Favores y procesionar la Virgen de la Paz, bajo palio, con el Señor de la Humildad (los fotógrafos cofrades, D. Manuel Lirola y D. Fernando López, insertan dos fotografías de dicha imagen en su obra Historia Gráfica de la Semana Santa de Granada, una procedente del periódico Ideal y otra de su salida procesional de dicho año, procedente del Archivo de la Real Federación de Cofradías).


VIRGEN DE LA PAZ dela portada lateral de la antigua iglesia de San Gil. Mediados del XVI de Baltasar de Arce

También la Orden Tercera de Penitencia del convento de San Francisco Casa Grande, que hacía la vía sacra del Sacromonte, residía en dicho convento franciscano en la capilla de Ntra. Sra. de la Paz, imagen que Ceán Bermúdez atribuía a Diego de Mora (2), y que la tendría dicha Orden Tercera como patrona. Esta imagen la recibió el convento de clarisas de la Encarnación, procedente de la exclaustración de San Francisco "Casa Grande", hoy sede del Madoc.


Asimismo, la Orden Tercera de San Francisco del convento de Capuchinos la veneraba como titular hasta los años cincuenta del pasado siglo.   

Una iglesia céntrica, como la de San Gil, tenía en su portada lateral, que daba a la calle Pan, a la Virgen de la Paz, realizada por Baltasar de Arce. Y otras iglesias, como San Juan de Dios ( hay un inventario de 1833 que así lo refleja), también la tenían dándole culto y actualmente la conservan en las dependencias de la Basílica del Santo. Asimismo, estaba presente en la Magdalena y en las Angustias.


NTRA. SRA DE LA PAZ DE LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE DIOS

Una cofradía del Stmo. Cristo de la Misericordia y Ntra. Sra. de la Paz, en la parroquia homónima del barrio de Almanjayar, presentó su estatutos en el arzobispado en 1967 (3)·

Devoción, por lo tanto, muy extendida en la ciudad de Granada, que culminó en 1972 con la adopción como titular mariana de la hermandad de la Entrada de Jesús en Jerusalén y Ntra. Sra. de la Paz, concretándose ésta en la bella imagen que realizó para la cofradía el escultor sevillano Antonio Dubé de Luque.

FUNDACIÓN E IMAGEN

De toda esta gama de cofradías y devociones de la Virgen de la Paz, nos vamos a centrar en este trabajo, quizás en la más antigua de todas: la hermandad de Ntra. Sra. de la Paz de la iglesia de San Ildefonso.

Del estilo de la que creemos su imagen, la que abre la portada, denota la época en la que pudiera haber ocurrido su fundación. Es imagen que denota el estilo de Pablo de Rojas, que trabajó en su taller de Granada entre 1577 y 1611. Sin embargo, por lo que trataremos más adelante, podemos concretar la fundación de la hermandad alrededor de 1590.

Realizada la imagen de la Virgen, según mi criterio, en ese momento que marca la línea entre el manierismo y el protobarroco.

Ntra. Sra. de la Paz de San Ildefonso ( 1595-1600 aprox.)
  

Del estilo de la época de la imagen de la Paz, tal vez algo anterior, es la de Ntra. Sra. de la Encarnación del monasterio de su nombre, que fue titular de la hermandad de penitencia de los negros y mulatos de Granada, con la que guarda similitud de época estilística (me remito al artículo sobre esta hermandad en mi blog La Granada Eterna: hermandades de penitencia, entrada de 29 de diciembre de 2012).


NTRA. SRA. DE LA ENCARNACIÓN. ( hacia 1575 aprox.) La que creemos titular de la hermandad de los la Paciencia de Jesucristo (Negros y Mulatos)

SUS CAPILLAS

La hermandad estaba en posesión de una capilla, la primera de la izquierda junto al arco toral, y compró después la de enfrente, según lo que vamos a exponer a continuación.  

El documento más antiguo que he consultado sobre la hermandad de Ntra. Sra. de la Paz de San Ildefonso es de l.620. Se trata de la compra de una capilla en dicha iglesia, para sede de la hermandad y de su imagen.

Ya la hermandad estaba situada en dicha capilla desde años antes de la firma de la escritura de compra (1620), pues en dicha escritura se afirma que la capilla ya tenía la advocación de la Virgen de la Paz y en la que se daba culto a la imagen. Probablemente, desde que se fundó la hermandad o poco después, la misma estaba en posesión de hecho de una capilla en San Ildefonso. También, de la escritura se deduce que la imagen se haría en tiempos inmediatos a la fundación de la hermandad, es decir, hacia 1590. Ello puede encajar con su autoría por parte del alcalaíno Pablo de Rojas que trabajó en Granada, desde 1579 a 1611.   

Antes de formalizar la compra de la capilla, el arzobispado encargó realizar la tasación y describir el estado de la capilla al artista Ambrosio de Vico, aparejador, arquitecto y maestro mayor de obras del arzobispado, que en esa época regía la diócesis granadina D. Felipe de Tarsis y Acuña (4) . 

Ambrosio de Vico visita la capilla y da un informe en el que la valora en 90 ducados y la sitúa de esta forma:
 "...digo que he visto la capilla en la yglesia  parrochial de Santo Ildefonso que es la primera al lado al lado izquierdo, que alinda el arco toral de la capilla mayor que pretenden comprar los hermanos de la Cofradía de Ntra. Sra. de la Paz […] la qual vale en propiedad nobenta ducados y este es su justo precio y en que se puede vender".

En el auto del provisor, D. Tomás de Heredia, se acepta la valoración y establece plazos para pagar el precio, que consistían en dar 30 ducados de contado y dos plazos de 30 cada año, a contar desde el 24 de marzo de 1620. 

Al margen del documento se pone una nota en la que concretiza el lugar de la capilla:

"En este día, el arzobispo mi Señor, hizo merced a la Cofradía de Ntra. Sra. de la Paz de esta iglesia de San Ildefonso de una capilla que está al lado de la epístola que es la postrera a mano derecha".

Es decir, la que está junto al arco toral del presbiterio, en el lado de la derecha de la iglesia. Esta capilla hoy está ocupada por la imagen de Ntra. Sra. de la Pureza.


Capilla de Ntra. Sra. de la Pureza, antes de Ntra. Sra. de la Paz


Sin embargo, la hermandad antes de comprar la capilla del lado de la Epístola en 1620, ocupaba la de enfrente, es decir, la primera junto al arco toral, pero del lado del Evangelio. Esa capilla en la que hoy se da culto a Ntra. Sra. de las Mercedes de Diego de Mora, que llegó allí procedente del próximo convento de la Merced de mercedarios calzados. Refiriéndose a esta primera primera ubicación el preámbulo de la escritura dice: 


"...que en la iglesia parrochial de Santo Ildefonso hay una capilla, que es la primera en orden arrimada al arco toral, a el lado del Evangelio, donde a la presente está la imagen de Ntra. Sra. de la Paz y se servía de la dicha capilla la cofradía de tal advocación y con consentimiento de los beneficiados de dicha yglesia ". 

Según la referida escritura esta capilla era propiedad de la fábrica de la iglesia y se la había cedido a la hermandad hacía mas de treinta años, es decir, poco antes de 1590. Esto nos sitúa en el hecho de que la hermandad estaba fundada antes de 1590, seguramente, poco antes.  Con ello tenemos, que fue ésta de San Ildefonso la primera y más antigua hermandad de Ntra. Sra. de la Paz que se fundó en Granada.

Pero para comprar la hermandad esta capilla del lado del Evangelio (en la que está hoy Ntra. Sra. de las Mercedes), que es la había ocupado desde su fundación la hermandad y en la que quería permanecer, le surgió un inconveniente. Tal cosa fue, que el licenciado Pedro Martínez, jurado de la ciudad de Jerez de la Frontera y probablemente de la familia de los Señores de la localidad granadina de su nombre, había tratado con el beneficiado de la parroquia, D. Juan Arias de Mancilla, comprar la capilla para su enterramiento y la habían valorado en 100 ducados, además de prometerle el citado comprador adornarla, proveerla de ornamentos sagrados, hacer el retablo "de pincel y lo demás de dorado" gastándose, al menos, 2.000 reales; también haría a sus expensas la reja de madera y otras cosas para beneficio del templo parroquial.


CAPILLA DE NTRA. SRA. DE LAS MERCEDES. Primera que tuvo la Hermandad de Ntra. Sra. de la Paz.

La cofradía respondió a esta contraoferta, diciendo que "había mas de 30 años que estaban en posesión de la dicha capilla"  (antes de 1590),en los que se había gastado la hermandad más de 400 ducados en el ornato de la iglesia.  

El arzobispado le respondió, que demostraran sus derechos sobre la capilla, que era bien de la fábrica de la iglesia y que los hermanos no tenían ningún derecho de propiedad sobre la misma y lo gastado en ella era también propiedad del dueño de la misma, es decir, de la fábrica de la iglesia.

Ante esta postura, y por excusar pleitos, la hermandad pidió que se le reparase la capilla de enfrente, es decir la del lado de la Epístola (la que hoy ocupa Ntra. Sra. de la Pureza), lo mismo que ellos habían hecho con la que ocupaban, aceptando que se le vendiera al jurado Pedro Martínez.

Llegados a este acuerdo, se le vendió a dicho jurado el día 21 de febrero de 1620, la capilla del lado del Evangelio, para que se enterrase él y sus familiares, autorizándole a hacer la bóveda y poner los escudos y blasones de la familia, con derechos a ser patrones de la misma. Por cuya venta la hermandad tuvo que abandonar la capilla y pasar a la frontera.

A la hermandad de Ntra. Sra. de la Paz se le vendió la otra capilla, la del lado de la Epístola, y la fábrica de la iglesia le indemnizó de los gastos de reparación y acondicionamiento de la nueva, que consistieron en: hacer una bóveda, romper la pared, hacer el nicho para la imagen y quitar las peanas donde estaban la imágenes de unos santos y ponerlos en la capilla, además de traer la reja de la capilla que abandonaban y ponerla en la nueva. Todo esto estaba terminado para el día 5 de marzo de 1620 en que se autoriza la libranza (5).

La hermandad estaba regida entonces por el prioste, Diego de Solís y por el hermano mayor, Pedro Hernández que fueron los firmantes de la escritura.

Apenas si se tienen noticias de la vida de la hermandad en el resto del siglo XVII, pero parece que estaba bien asentada en la iglesia y, aparte de la función y cultos a la Virgen el día 24 de enero de cada año, en que la hermandad salía procesionalmente con la imagen, también realizaba una función el día de la Candelaria. 

Enríquez de Jorquera nos informa de que el día de los Santos Inocentes de 1638 se celebró en San Ildefonso una fiesta de desagravios a la Virgen para la que el sacristán Roque López montó unos grandiosos altares a la Virgen y al Santísimo y por la tarde salió la procesión al Campo ( Campo del Triunfo).

La hermandad tenía la propiedad de una casa en la circunscripción de la parroquia por la que pagaba un censo, en 1644, un tal Damián Gallardo. Ese año, en la visita pastoral, siendo mayordomo Juan Gallardo, se le fiscalizaron a la hermandad  unos ingresos de 1.400 reales ( aproximadamente unos 130 ducados). Estos ingresos denotan la holgura con que la hermandad pudo pagar la capilla veinticuatro años (6)

Otra vez he encontrado noticias de la hermandad a finales del siglo XVII, concretamente, en 1694, en que regían la hermandad Juan de Ortega, como hermano mayor, y Salvador de la Reguera y Rueda, como mayordomo. Estos no habían entregado las cuentas de la hermandad al finalizar su mandato, por lo que se les requirió para ello y para que entregaran las cantidades que tenían en su poder "considerables cantidades de limosnas y bienes de la hermandad".

Parece que los directivos de la hermandad por esa época, no rendían correctamente las cuentas, como era su deber, pues éstos se excusaron en que los anteriores mayordomos, Manuel Judes y Francisco Díaz, tampoco se las habían rendido a ellos. 

Tuvo que intervenir el fiscal del arzobispado, Manuel de Linares, para exigírselas a todos ellos. Ante este apremio las rindieron ante el notario, aunque seo negaron a pagarle sus derechos de 428 reales de vellón. 

Al año siguiente (1695), el hermano mayor, Juan Gabriel, y el mayordomo Fernando Tamayo, aunque vieron aprobadas las cuentas por el provisor D. Martín Torico de Pedrajas, resultaron alcanzados por haber gastado más de lo ingresado y lo mismo ocurrió con los directivos de los años siguientes.   

Ante estos impagos, en 1697, el fiscal del arzobispado les exige a los últimos mayordomos, Juan Cejudo de Luna y Juan Ortega, que entregasen lo que retenían en su poder, so pena de excomunión mayor, alegando ellos, que si habían retenido las cantidades  era para hacer unas andas a la Virgen de la Paz, porque las tenían cada año que pedir prestadas y que para ello tenían retenida la cantidad de 600 reales y el resto ponerlo a su costa, a la vez que solicitaron que el provisor y vicario general les diera licencia, para hacer las andas a sus expensas en el plazo de seis meses, evitando a la hermandad hacer gasto alguno.   

La autoridad eclesiástica dictó auto por el que pedía que se depositaran las cantidades y se emplearan en lo que más conviniese a la hermandad; la cual en cabildo decidió emplearlas, precisamente, en hacer las andas de la manera y forma que decidieran los actuales mayordomos, Ignacio Barro y Antonio de Chinchilla, además de que se vendiera una colgadura vieja de damasco (7).

Las andas se realizaron a finales de 1697 con el beneplácito del provisor, aunque no por ello dejaron de afrontar una reclamación de los beneficiados de San Ildefonso para que la hermandad les abonase los derechos parroquiales que se les debía.

También se realizó en el siglo XVIII el retablo de estípites de  su capilla, con pequeño camarín para la Virgen.  

Probablemente, a lo largo del siglo XVIII la hermandad fue decayendo, de forma que, en el  informe de hermandades de 1769 no figura entre las de San Ildefonso, aunque sí en el inventario de imágenes y altares. 


INTERIOR DE LA IGLESIA DE SAN ILDEFONSO

La hermandad, seguramente, estaba ya perdida al iniciarse el siglo XIX, pero aun permanecía la Virgen de la Paz en su capilla, y estaría en ella, al menos, hasta el inventario de 1911. La capilla primitiva, la primera del lado del Evangelio que se vendió a Pedro Martínez, sería ocupada desde el siglo XVIII por la hermandad de Ntra. Sra. de la Pureza. La Virgen de las Mercedes de Diego de Mora, que hoy la ocupa, estaba aun en 1911 en el centro de la nave de la iglesia, por lo que se trasladaría a esa primera capilla de Ntra. Sra, de la Paz después de 1911 y en fecha concreta que aun no conocemos. Probablemente, en esa fecha incierta del siglo XX, la Virgen de la Pureza se trasladó a la capilla que compró la hermandad de Ntra. Sra. de la Paz en 1620, la primera del lado de la Epístola, donde hoy permanece Ntra. Sra. de la Pureza. 
   
Según dicho inventario de 1911, se describe a la Virgen de la Paz, como de 1,20 cm. de altura, con el Niño Jesús en sus brazos, situándola aun en la capilla de su propiedad. Hoy la imagen, en no muy buen estado de conservación, está sobre un pedestal en la capilla primera de la derecha, entrando a la iglesia. Allí se encuentra también la carroza del Viático, del siglo XVIII, que haría seguramente la hermandad Sacramental y que era sacada hasta tiempo reciente en la procesión del Corpus Christi de Granada. 

La imagen conserva la corona, pero no el cetro que parece que portaba en la mano derecha, y en cuanto al Niño, puede que no sea el original.

Antes de hacer este articulo, pensé por indicación de un sacerdote de la parroquia en la posibilidad de que la imagen estuviera en alguna del barrio de Almanjayar, donde hay algunas imágenes de San Ildefonso, pero ni la Virgen de la Paz del Polígono, tiene nada que ver con la titular de la cofradía, por ser imagen moderna, ni la de la parroquia de las Mercedes, que tiene el Cristo de San Ildefonso, también parece imagen moderna la de la Virgen allí establecida. Concluyendo, que por todo lo expuesto en el artículo, que la Virgen de la Paz de la antigua hermandad es la que está en San Ildefonso en la primera capilla de la derecha entrando en la iglesia y que abre la portada de este trabajo. 

NTRA.SRA. DE LA PAZ, de la parroquia homónima de Almanjáyar 
 

VIRGEN DE LA PARROQUIA DE LAS MERCEDES

Otra hermandad y su imagen que se había olvidado en la memoria colectiva de los granadinos, a pesar de haber formado parte de la historia de la parroquia de San Ildefonso y de la ciudad de Granada durante doscientos años. Aun quedan, al menos en los documentos, el rastro de su existencia, que ahora exponemos para que siga continuando en nuestra memoria.
    
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1. La Gaceta del Sur de 6 de junio de 1909.
2. El Defensor de Granada de 2 de julio de 1889.
3. Archivo Histórico del Arzobispado de Granada, caja de las cofradías.
4. Archivo Histórico del Arzobispado de Granada, auto del provisor D. Tomás de Heredia de fecha 24 de marzo de 1620. 
5. El citado Archivo, leg. 338 f, pieza 1.
6. El citado Archivo, leg. 122 f, pieza 2.
7. El citado archivo, leg. 10 f, pieza 16. 
8. El citado archivo, leg.188 f.

domingo, 22 de junio de 2014

HERMANDAD DE LA LIMPIA Y PURA CONCEPCIÓN DE SANTA ANA







         MUY ANTIGUA, REAL Y PONTIFICIA                HERMANDAD DE LA PURÍSIMA             CONCEPCIÓN DE SANTA ANA

Antonio Padial Bailón

   
    La ciudad de Granada y concretamente sus cofradías fueron adalides en la defensa del misterio de Pura y Límpia Concepción de María, ya debatido durante el Concilio de Trento (1545-1563), aunque su proclamación como dogma fuera mucho más tardía, en 1854.


   Pronto caló dicho Misterio y devoción en el pueblo granadino, sus instituciones y en sus hermandades. Exponente de ello fue la erección a extramuros de la ciudad, en el lugar de la antigua maqbara o cementerio musulmán  de Shal al Malic, de uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad: en el lugar que después se llamó Triunfo de la Inmaculada Concepción o Triunfo, simplemente. El cabildo municipal acordaría el 20 de noviembre de 1621 levantar un monumento a Misterio de la Inmaculada Concepción de María que años después sería encargado al escultor Alonso de Mena y que fue colocado en lugar cercano adonde hoy está en 1638.  Desde entonces y hasta nuestros días el monumento a la Inmaculada y el lugar han sido un referente especial para la ciudad.

   Granada y sus cofradías han estado, y lo siguen estando, ligadas a la devoción inmaculista y a la defensa de este Misterio. De forma muy temprana surgen hermandades dedicadas a la devoción de María Inmaculada y nos atreveríamos a afirmar que no falta su imagen en las distintas iglesias, tanto parroquiales, como conventuales. 


IGLESIA DE SANTA ANA

   Una de ellas resalta por su enorme valor artístico sobre las innumerables imágenes de bulto que existen en la ciudad: la Inmaculada de la sacristía de la Catedral, referente del arte barroco, no sólo para la ciudad, sino también para el arte escultórico español y que nos legó el insigne escultor Alonso Cano. 

   La manifestación de esta devoción en la erección de hermandades y cofradías dedicadas a su culto va a ser prolija en la ciudad; hasta siete u ocho hermandades se dedicarán a su culto en ella. Una de ellas, de notable antigüedad y preponderancia, es la Hermandad de la Inmaculada Concepción de la iglesia de Santa Ana.



Fundación y Capilla 


  Ciertamente no se sabe el año de fundación de esta hermandad, aunque con toda seguridad sabemos que sus inicios fueron en el sigo XVI. En un artículo del periódico Ideal de Granada de 26 de diciembre de 1936, en el que se daba nota de los cultos de la hermandad, se afirmaba que su fundación fue en el año 1555, en tiempos del arzobispo D. Pedro Guerrero, y el día 6 de enero, celebración de los Reyes Magos, día en el que la hermandad celebraba la función de aniversario. Pudiera ser dicha fecha la de su fundación, dada al periódico citado por la propia hermandad y basada, seguramente, en la documentación en su poder.

   El documento más antiguo que he podido consultar sobre esta Hermandad de la Pura y Limpia Concepción de Santa Ana es de 1617, sobre la escritura de donación de su capilla en dicha iglesia y del que se deduce, que llevaba fundada bastantes años antes, por lo que no es inverosímil que se fundase en 1555. 

    Dicho documento de donación de la capilla a la hermandad se formalizó el día 6 de diciembre de 1617. Por el mismo, Dª Bernardina de Bobadilla, propietaria de la capilla y viuda, sin descendientes, de D. Melchor Pérez de Losada, otorgó escritura de donación irrevocable de la capilla a la hermandad con su retablo y dos sepulturas que existían en la misma. Acepta la donación el mayordomo de ese año, Antonio López, ante el escribano público Gonzalo Fernández, siendo testigos Alonso Pérez, Juan de la Questa y el presbítero Juan Morales. 

   En años anteriores, el esposo de doña Bernardina, don Melchor, ya había cedido de hecho la capilla a la hermandad: 


"[...e siendo bibo eredero mi marido dio la dicha capilla a algunas personas honradas que con buen zelo quisieron fundar una cofradía con la advocación de la Limpia Concession de Nuestra Señora y assi la instituyeron con hermano mayor, mayordomo y cofrades, donde se celebran los oficios de dicha advocación]"

    Si esta declaración se hace en la escritura de 1617, por ello decimos que la hermandad se fundaría años antes, en vida de su marido, D. Melchor Pérez de Losada.


Iglesia de Santa Ana. A la izquierda Capilla de la Inmaculada Concepción, al menos, desde el siglo XVIII

   Al documento que mencionamos se le une una Bula en latín del Papa Gregorio XIII, que murió en 1585, de concesión de gracias apóstólicas. Por lo tanto, antes de esta última fecha estaba fundada la hermandad y hace más cierto el dato de su fundación en 1555. Por ese tiempo, el arzobispo de Granada D. Pedro Guerrero participaba muy activamente en el Concilio de Trento, en cuya sesión V (1547) se trató sobre el pecado original, estableciéndose que nadie está exento de pecar o perder la gracia, ni evitar todos los pecados, aun los veniales, salvo especial privilegio de Dios, como la Bienaventurada Virgen María. Por ello, pudiera haber ocurrido que adquirido viveza en dicho concilio el debate sobre la Concepción Inmaculada de la Virgen fuera, en dichas circunstancias, alentada la fundación de la hermandad unos años después, en 1555.

   Entre las obligaciones que asumía en la citada escritura la hermandad estaban: el tener a la donante, doña Bernardina, como inquilina de la capilla, ya que en las sepulturas estaba enterrada su familia y, seguramente, también en ella se enterraría su cadáver; otra obligación era hacer una fiesta y vísperas cada año a la Asunción de Nuestra Señora, el día 15 de agosto, y misas cantadas por las almas de la donante y las de sus padres, Pedro Díaz de Espinosa y Antonia Díaz de Bobadilla y por el alma de su marido.
" [... para que en dicha capilla y altar se manifieste y enseñe su Santísima y Limpísima Consseción, como lo an hecho y espero la harán los cofrades a quienes encargo y espero pongan allí una tabla que se diga quien les hizo gracia de la capilla e la fiesta que por su ánima e defuntos an de hacer en ella cada año. Granada en seis días de diciembre de 1617" (1).

  La capilla, cedida a perpetuidad a la hermandad, era la segunda a mano derecha, según se entra en la iglesia, lo que quiere decir, que no es la actual en la que se encuentra la imagen, pues ésta es la tercera a mano izquierda (contando la bautismal), a no ser que hubiera error en la escritura o la hermandad cambiara de capilla cuando se hizo el retablo actual en el siglo XVIII, para sustituir al que aparece en la donación.

   De ser correcta la descripción de la escritura de donación, la capilla primitiva sería la que actualmente ocupa Ntra. Sra. de la Esperanza, trasladándose la Hermandad de la Concepción a la que hoy se venera la imagen, seguramente, a mediados del siglo XVIII. 

En esa antigua capilla, al ser desalojada por la Hermandad de la Concepción se colocó a Ntra. Sra. de la Candelaría de dicha iglesia, donde ha estado hasta hace pocas décadas, en que la ocupó la Hermandad de penitencia de Ntra. Sra. de la Esperanza, dónde hoy la veneramos. 


Posible primera capilla de la Hermandad de la Concepción, después fue de la Candelaria

   El Padre de la Chica Benavides nos dice en sus "Gazetillas", parece que refiriéndose al año 1640, cuando apareció en la puerta del cabildo de la ciudad (Palacio de la Madraza) el libelo difamatorio contra la virginidad de María y las cofradías se lanzaron a la calle en múltiples procesiones de desagravio, que la imagen de esta hermandad de la Inmaculada de Santa Ana fue la elegida para presidir la solemne fiesta de desagravios "[...y con mucha razón - dice el padre trinitario- , si en Casa de Sra. Santa Ana fue Concebida María Santísima, sin mancha del Pecado Original...] " (2). No era, desde luego, la actual imagen, porque como diremos más adelante, ésta se realizó o transformó en la segunda década del siglo XVIII.  

Imágenes 


   La hermandad tuvo que tener una primitiva imagen de la Concepción, seguramente realizada a finales del siglo XVI o principios del XVII, con la que se fundó la cofradía y a la que le dio culto hasta principios XVIII, en que encargaría nueva imagen, la que hoy conocemos, atribuida, según algunos, al nieto de Pedro Roldán, Pedro Duque Cornejo, durante su estancia en Granada (1714-1719), para realizar el soberbio Apostolado de la iglesia de Ntra. Sra. de las Angustias. También labró las manos actuales de nuestra Patrona y el retablo de Ntra. Sra. de la Antigua de la Catedral, entre otras obras importantes que dejó en Granada 3.

   Por tanto, entre 1714 y 1719, pudo realizar la imagen de la Pura y Limpia Concepción de Santa Ana y poco después,  entre 1719 y 1730, se pudo efectuar el magnífico retablo de estilo barroco churrigaresco, que podemos contemplar para dar cobijo a la Virgen y, a sus lados, sus padres San Joaquín y Santa Ana, probablemente del mismo escultor Pedro Duque Cornejo o, de forma más segura  es que sean obras de taller. 

   Últimamente se me ha proporcionado una publicación de Ana María Gómez Román "Torcuato Ruiz del Peral y el devenir de la escultura de Granada hasta mediados del siglo XIX" se alude a un documento encontrado en el interior de la talla, al que el erudito Gómez-Moreno González hacía referencia, que expresaba lo siguiente sobre esta imagen:

“a esta birgen se echo cabeza nueva y le conpuso el cuerpo dn. Antonio Camacho abeintidos de otubre de 1755 reinando nuestro señor fernando el sesto que Dios ge. Y lo firmo el escribiente siendo discipuos de Dn. Torcuato Ruiz. Nicolás Pérez”. Esta nota a la que se refería Gómez Moreno, su hijo Gómez-Moreno Martínez se encarga de aclarar que se refería a la Concepción de de la iglesia de Santa Ana 4.

   De la nota se deduce que lo que se hizo fue ponerle una cabeza nueva y componer el cuerpo, es decir, se realizó una retalla de la imagen, que no podría ser otra que la primitiva que tuviera la hermandad, desde que se fundó la misma en la segunda mitad del siglo XVI.

  El escultor Antonio Camacho era discípulo de Torcuato Ruiz del Peral, que ayudaba al maestro, especialmente, en las labores de restauración a partir de mediados del siglo XVIII. Una noticia más en esta constante revisión para componer, a lo largo del siglo XX y lo que llevamos del XXI, el puzzle  del origen e historia de nuestras imágenes.


  Seguramente, por estos años de mitad del XVIII sería cuando la hermandad se convierte en rosariana, pues en el inventario de 1753 aparece como Hermandad del Rosario de la Purísima Concepción. 


   La hermandad parece que pudo querer representar en este retablo la simbología simplificada del Árbol de Jesé o la de los Tallos o, tal vez, de la Puerta Dorada, una de las de la muralla de Jerusalén, por donde entraría el Mesías a la ciudad y en la que esperan dos personajes a ambos lados, que se identifican por la tradición apócrifa como San Joaquín y Santa Ana, ésta, por otra parte, titular de la iglesia parroquial sede de la hermandad.

   En el inventario de la iglesia, que se realiza en 1764, se dice: "dos diademas que sirben al Sr. Sn Joachín y Sra. Stª. Ana en dicho altar. Bastón del Santo". Ambas diademas las mantienen las imágenes, aunque no el bastón que era de plata y el arzobispo en 1842 autorizó su venta y se le colocó uno de madera (hoy no tiene ningún bastón). Estas mantienen su policromía original.

   La Virgen, sobre una alta peana en pan de oro, posa sus pies sobre una nube poblada de querubines y los símbolos de su advocación: la media luna de plata y gran  corona, también de plata con la ráfaga de doce estrellas. En el inventario de 12 de octubre de 1764 se refleja con corona de imperios y cruz por remate, que pesa 55 onzas de buena plata y media luna, que pesa 28 onzas de plata ordinaria. Sin embargo, la antigua corona no es la actual, que es de 1919, donada por Dª. Encarnación Vizcaíno, según inscripción en la misma. Sí es original la media luna, realizada por el platero de Jaén Luis de Guzmán (5)

  El escultor tal vez se inspirara en el Eclesiastés para realizar la imagen, según criterio de D. Joaquín y D. Antonio Villegas Delgado "...el manto ondulado al viento, es como la cimbreante palma de Cadés". 

 La imagen sufrió una desgraciada restauración en su policromía en los años veinte del pasado siglo. Comentan los Sres. Villena en su libro, que el restaurador Giménez Mesa, dijo que siendo aprendiz asistió al atentado artístico que se cometió en la imagen, a la que cubrieron con serrín húmedo para que se hinchase la madera y la pintura original se desprendiese con mayor facilidad. Por lo visto, el azul del manto no se respetó y se le suprimieron los escalfados que llevaba la túnica. 


   El cambio de imagen y la realización de las de San Joaquín y Santa Ana, así como, el magnífico retablo y demás alhajas, denotan un gran vigor de la hermandad tanto en el aspecto económico como en el cultual durante la primera mitad del siglo XVIII.

  La hermandad contaba con determinadas casas en propiedad o a censo legadas por devotos y hermanos; una de ellas hipotecada por Alonso de Osegosa y Mendoza, rector de la Alcaicería, para que se diera a censo o alquilara y con su producto costear el aceite de la lámpara que alumbraba a la imagen de la Concepción (hoy tampoco existe la lámpara). La casa se situaba en la, también, llamada calle de la Concepción, así denominada por existir en dicha calle y en la casa un lienzo o cuadro con dicha imagen por lo que se pagaba un censo al Convento de Santa Cruz la Real (esta calle es la que baja desde la plaza de la Mariana, en cuya esquina está el popular Café Futbol).  

    En 1701, el hermano mayor Juan Ximénez Ríos y el mayordomo Gerónimo de Cassanoba, la dieron a censo a Cristóbal Díaz con autorización del Prelado Martín de Ascargorta (6)

  En 1741 era hermano mayor Juan de Hermo, mayordomo Bartolomé Bastida y secretario Francisco de Villar Bahamonde y reunieron a la hermandad en cabildo nada más tomar posesión para que diera licencia para alquilar o vender a censo por el precio de 100 ducados otra casa propiedad de la hermandad situada a la salida del segundo puente de Darro.

  El Provisor y Vicario General, Alonso de Guzmán y Bolaños, autorizando la venta, ordena que su importe no se gaste en quitar deudas, sino para pagar las misas de unas memorias, pero ante la necesidad de realizar importantes obras en la casa, en la que se habrían de gastar más de 150 ducados por estar inhabitable, la hermandad consiguió venderla en 1742, después de más de un año, a un tal Gaspar de Morales, que pagó por ella 400 ducados (7).         


San Joaquín, atribuido a Duque Cornejo hacia 1718

   Ocupada Granada por las tropas francesas en enero de 1809, la ciudad se apresta a celebrar una serie de rogativas a las imágenes de más devoción para implorar por el fin de la contienda. Al mes siguiente de la ocupación napoleónica, a mediados de febrero de ese año, las hermandades de la Purísima Concepción de Santa Ana y la del Señor de los Dolores, sitas en la misma iglesia, organizan una procesión de rogativa con sus imágenes hasta la iglesia del Convento de San Agustín, sede de la Hermandad del Sagrado Protector de Granada, no cabe duda que para postrarse a los pies del Stmo. Cristo de San Agustín e implorar su protección (8)


Inmaculada de Santa Ana
  El día 5 de marzo se vuelve a repetir la procesión de rogativas con ambas imágenes, pero esta vez a la iglesia del   convento de las Madres Agustinas (actual iglesia Magdalena). 

Cristo de San Agustín








Señor de los Dolores (Hoy Resucitado)













   A lo largo del resto del siglo XIX la hermandad se mantendrá activa con sus cultos de reglas, aunque sufriría las vicisitudes negativas para la hermandades en una época tan conflictiva en los aspectos sociales y políticos. 

   Vuelve la hermandad a tener una actividad floreciente a finales de dicho siglo o principios del  XX. Así, en 1909, la hermandad forma parte con su estandarte azul de la procesión del Santo Entierro Antológico, según nos dice el diario El Defensor de Granada. También lo hará en los siguientes años, al menos, hasta 1939 acompañando a la Hermandad del Santo Entierro, sita en la misma iglesia.

   En 1912, la hermandad anuncia sus cultos y función principal del día 6 de enero, festividad de los Reyes Magos. Siempre que lo hace en estos años se la nombra con el título de "Muy Antigua, Real e Ilustre Hermandad de la Purísima Concepción, canónicamente establecida en la iglesia de Santa Ana"; incluso, en algunas ocasiones aparece con el de Pontificia.

  No sabemos en las fechas en las que adquiriría dichos títulos, pero la importancia de la hermandad, que se ha mantenido hasta tiempos muy recientes, denota que fue especialmente atendida por la Santa Sede y la Monarquía.

   A los largo de los años veinte del pasado siglo, eran muy solemnes sus funciones a las que asistía capilla de música con barítono, como la del Maestro Vidal y grandes predicadores de la ciudad, siendo hermano mayor en 1918 y 1921, D. Francisco Maldonado. De este último año se conocen los componentes de su junta de gobierno. Tenía como mayordomos a Miguel González, Dativo Garrido, José Álvarez, Manuel Ocaña, Luis Jardo y José Gallego; tesorero, Alejandro Álvarez Pareja y secretario, Francisco Fajardo (9). En 1936, aparece con un hermano mayor perpetuo en la persona de D. José González Medina. Otros hermanos mayores fueron: D. Antonio Fajardo en 1929 y en 1942, D. José Medina Rosales.


Santa Ana de la Capilla de la Concepción ( Atrib. Duque Cornejo) 

   Por estas funciones anunciadas en la prensa sabemos que los cultos y función principal las celebraba la hermandad el día de los Reyes Magos, aunque la novena a la Virgen Inmaculada se hacía los días antes de su festividad, 8 de diciembre, probablemente con otra función dicho día.

   Por los años treinta del siglo XX aparece unida la hermandad la Congregación de Coros de la Purísima, que le dedicaba cultos mensuales los días 8 de cada mes y al Real Cuerpo de Mayordomos de Honor. No sabemos si estas congregaciones se crearon por estos años o eran instituciones de la hermandad desde épocas antiguas (10).

   El día de los Reyes Magos de 1949, el diario Ideal da la noticia de la función aniversario de la fundación de la hermandad y la titula como Pontificia y Muy Antigua Real Hermandad del Santísimo Sacramento y de la Purísima e Inmaculada Concepción de Santa Ana. Igual noticia da el diario Patria y con el mismo título el 6 de enero de 1957. Ello nos lleva a pensar que ambas antiguas hermandades, la del Santísimo y la de la Concepción, se habrían fusionado en una sola, sin que sepamos la época de tal fusión y si la fecha que se da de 1555, como de fundación, se correspondiera con la fundación de la Hermandad del Santísimo.

   A partir de 1958, no tengo recogidas más noticias de la hermandad. Probablemente, siguió con cultos durante los años sesenta del pasado siglo y, paulatinamente, quedó sin actividad, tras más de cuatro siglos de existencia. Esta histórica hermandad sigue viva canónicamente y es de desear que su restablecimiento se produzca antes de su extinción.



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1.ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, Legajo 13 F (c), pieza 59.

2. DE LA CHICA BENAVIDES, Antonio, Gazetilla Curiosa o Semanero Granadino, papel XVI de 23 de julio de 1764.

3. VILLENA DELGADO, Joaquín y Antonio, Arte y Tradición en la iglesia de San Gil y Santa Ana, págs. 80 a 86, Vol.II.Granada 2000.   

4. GÓMEZ ROMÁN, Ana María, Torcuato Ruiz del Peral y el devenir de la escultura en Granada hasta mediados del siglo XIX. Bol. Cen. Pedro Suárez, 21, pág. 362. 2008.  

5. ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 14 F (a), pieza 3. 

6.  El citado archivo, legajo 14 F (a), pieza 2. 

7.  Diario de Granada de febrero de 1809.

8.  El Defensor de Granada de 21 de diciembre de 1921.

9 y 10. Diversos Periódicos de la época.