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martes, 7 de mayo de 2013

HERMANDAD SACRAMENTAL DE NTRA. SRA. DEL SOCORRO



NTRA. SRA. DEL SOCORRO DE GRANADA


ANTONIO PADIAL BAILÓN


Las primeras hermandades que se fundan en Granada una vez conquistada la ciudad, es decir, a lo largo del siglo XVI, son de tres tipos: hermandades del Santísimo Sacramento, Hermandades de las Benditas Ánimas del Purgatorio y Hermandades de Nuestra Señora.

Aquellas hermandades del Santísimo Sacramento y las de Ánimas se fundarán en todas las parroquias de la ciudad y muy poco común será fundarlas, especialmente las Sacramentales, será verlas fundadas en los conventos masculinos y raramente en los femeninos.

La Santa Sede recomendaba su impulso y establecimiento en las parroquias como hermandades dedicadas al culto interno y externo del Santísimo Sacramento, a preparar el monumento del Jueves Santo, las procesiones del Santísimo y a acompañar al Viatico, cuando éste se iba a administrar a los enfermos de la parroquia. 

Con el tiempo, estas hermandades sacramentales absorberán en muchos casos por fusión o agregación a otras hermandades parroquiales, como las de las Ánimas o las de Nuestra Señora. Estas últimas con el nombre genérico de Nuestra Señorea se van configurando a lo largo del XVI y del XVII con alguna advocación mariana determinada ( Concepción, Favores, Socorro, Paz...etc.). También, se les podía agregar hermandades de algún otro santo que tuvieran sede en la parroquia.

Siguiendo este esquema, en la iglesia parroquial de Santa Escolástica, que estaba situada en la calle de su nombre en la manzana de casas que sigue a la Casa de los Tiros, se fundarán esos tres tipos de hermandades. Es probable, que la antigua hermandad parroquial de Nuestra Señora de la iglesia parroquial de Santa Escolástica adquiriera la advocación de Socorro.

Esa advocación de Nuestra Señora del Socorro tuvo que adquirirla en el siglo XVI y, posiblemente, la agregación a la Hermandad del Santísimo tuviera lugar en el año de 1573, reafirmándose por escritura de 5 de febrero de 1606, en la que se reconoce que la imagen, los adornos de su capilla, vestidos, lámpara de plata eran propiedad de la Hermandad del Santísimo de Santa Escolástica desde la primera fecha. 

 

Situación de la Iglesia de Santa Escolástica en el plano de Ambrosio de Vico

La imagen tenía en ese tiempo (1606) cuatro mantos, según la citada escritura: uno de raso blanco bordado y puntas de oro, otro de tafetán azul con puntas de oro y vestido de la misma tela y color, otro rosa y blanco con pasamanería de oro y el último de tafetán negro, probablemente para los días de Semana Santa. El Niño que lleva en sus manos, tenía "ropilla de rraso rosado y blanco". Dichos ropajes lo guardaba el que hacía las veces de prioste vitalicio, "... por todos los días de su vida", Gaspar Luis Maldonado por encargo de la hermandad, sin que ni él, ni sus herederos pudieran ostentar derecho de propiedad alguna sobre dichos efectos e imagen.


Capilla del Socorro

La capilla de la Virgen del Socorro, donde residía la Sacramental de la parroquia, era la segunda a mano izquierda, entrando por la puerta principal de la iglesia (la primera capilla de la izquierda la ocuparía hacia 1734 la Hermandad de Ntra. Sra. del Tránsito). Esta puerta daba a la calle Cementerio de Santa Escolástica, camposanto que estaba situado al costado de la iglesia, dando a la Cuesta de Rodrigo del Campo. Por lo que, a espaldas de la capilla estaban los enterramientos parroquiales.

La Sacramental venía gozando del uso de la capilla antes de 1570, seguramente bastante antes, pues por ese tiempo ya tenía concedida Bula Papal. Por este uso continuado, la hermandad pretendió tener derecho de propiedad sobre aquella, lo que motivó un largo pleito con la fábrica de las parroquias del arzobispado, que se resolvió en 1638 con la compra de la capilla por la hermandad, desistiendo ambas partes del conflicto " (...) por excusarse de pleitos y las dudas que sobre ellos ai y por quitarse de gastos(...)" .

"(...) por quanto la dicha cofradía pretendió que la capilla de Ntra. Sra. del Socorro que está en el dicha iglesia de Santa Escolástica, que es la segunda capilla como se entra a mano izquierda por la puerta principal de la dicha iglesia, que es la que está enfrente del altar mayor...pretendió tener derecho por título de propiedad (...)"




Situación de la desaparecida iglesia de Santa Escolástica


La escritura de compraventa se formalizó el 2 de septiembre de 1638, por parte del hermano mayor de la Hermandad del Santísimo Sacramento, Francisco Tello de León, y por parte del arzobispado, el mayordomo de las fábricas, Bartolomé del Campo, formalizándose ante el escribano público Antonio Ruiz de Prado.

El precio de la misma fue de 500 reales de vellón, que pagó el hermano mayor, Francisco Tello de León, en tres plazos; siendo el primero de ellos de 166 reales, venciendo el último en la Navidad de 1639 y dándose carta de pago por los 333 reales restantes el 26 de enero de 1640, también ante escribano público.  

La capilla contaba con tres retablos, el principal, donde se veneraba a Ntra. Sra. del Socorro, y otros dos en los  laterales exteriores a la entrada dando a la nave de la iglesia. En uno de ellos se veneraba a Ntra. Sra. de la Concepción, frente a la puerta lateral de la iglesia, que daba a la Calle de Santa Escolástica y en el otro, a Ntra. Sra. de la Encarnación. Flanqueaban la entrada de la capilla dos basas de piedra negra, donde estaban labrados los escudos de la Hermandad Sacramental.

La capilla de Ntra. Sra. del Socorro contaba con bóveda de enterramiento y en las condiciones de la venta se incluía una clausula por la que quedaba prohibido que la hermandad enterrara en ella a personas que no fuesen los hermanos de la cofradía o sus hijos y esposas. No por ello, la parroquia dejaba de cobrar derechos de enterramiento, debiendo pagar a la fábrica de la misma la cantidad de 10 reales por adultos y 5 reales por los menores que se enterraban. También, se hacía una excepción a la prohibición de enterrar personas no cofrades, si estos pagaban a la fábrica 20 reales por enterramiento de mayores y 10 reales de menores. La Hermandad Sacramental debía a cambio, devolver a la fábrica los enterramientos que la parroquia le había cedido desde la fundación de la cofradía.





La capilla gozaba de diversas bulas papales, entre ellas la otorgada por Pío V, hacia 1570; por Gregorio XIII hacia 1580 y por Benedicto XIV hacia mediados del siglo XVIII.

Sin embargo, aunque la Cofradía de Nuestra Señora del Socorro estaba unida a la Hermandad Sacramental, no por ello dejaba de conservar cierta independencia, nombrándose cada año un mayordomo a la cofradía agregada que cuidaba de la capilla y de la imagen de la Virgen y sus fiestas, así como, del ornato de ambas. Celosos de esa independencia, en algunas ocasiones, los mayordomos del Socorro hicieron valer ante la Sacramental su carácter independiente, que se consagró formalmente el 17 de agosto de 1681, mediante aprobación por el arzobispo D. Bernardo Alonso de los Ríos de la fundación de la Hermandad de Nuestra Señora de Socorro, manteniéndose en el seno de la del Santísimo Sacramento, dedicada específicamente al culto de la imagen. A partir de esta fundación, la hermandad de la Virgen hará valer en diversas ocasiones su autonomía con respecto a de la del Santísimo Sagramento.

También, el Padre D. Antonio de la Chica Benavides en sus gazetillas nos revela la fecha de fundación de la hermandad, aclarando que había sido fundada como filial de la Hermandad de Nuestra Señora del Socorro, que se creó en 1649 en Santa Fe de Indias por el jesuita P. Juan Manuel. 


No nos debe extrañar estas fundaciones de hermandades dentro del seno de otras, como en este caso la hermandad del Socorro como filial de la del Santísimo, pues era una práctica usual en esos siglos. Esta última hermandad tenía como patrona y daba culto a Ntra. Sra. del Socorro desde el siglo XVI y por determinadas circunstancias, quizás por algunos hermanos indianos, se funda en 1681 una hermandad propia para dar culto específico a la Virgen del Socorro.  




Corona de plata del siglo XVII de Ntra. Sra. del Socorro


Imagen de Ntra. Sra. del Socorro

La imagen de la Virgen pudo realizarse antes de 1573, pues en ese año, por escritura de 11 de junio ante el escribano público Alonso de Rosales, don Hernando de Lossa , torcedor de sedas, y su mujer, Beatriz de Medina, hicieron donación de la imagen de la Virgen del Socorro y de sus andas, cáliz, ara y de las otras imágenes de la capilla a la Hermandad del Santísimo, así como, de diversas alhajas de oro y plata a cargo de ciertas memorias de una misa cantada en el día de Todos los Santo y otra rezada en el de San Juan, a cuyo cumplimiento se obligaba la cofradía.

No he podido contemplar, si la imagen es de talla completa o de vestir, pero en un inventario de 1911 de la iglesia de Santo Domingo, adonde fue a residir la parroquia de Santa Escolástica en 1840, se describe la imagen como "(...) la Santísima Virgen es de talla la cabeza y manos" por lo que es una imagen de vestir, que nos conduce a pensar que se realizó, quizás cuando se funda la hermandad en 1681, sustituyendo a la otra imagen del siglo XVI. En el año en que se dona la Virgen antigua  (1573), la mayor parte de las imágenes se hacían de talla completa, pues aún no había hecho acto de presencia el estilo Barroco. 

La imagen, muy desconocida actualmente, por no estar al culto público, presenta caracteres barrocos, que nos lleva a pensar que fue restaurada para "barroquizarla" o que fue nueva talla que no sería la primitiva de la hermandad, aquella que donaron los señores antes citados. 





En 1696, el cofrade Cristóbal de la Huerta, indiano residente en la ciudad de Lima  (Nueva España) remite por vía marítima a Cádiz cien ducados de plata para que se empleen por los mayordomos de la hermandad en comprar  a censo "fincas seguras" a juicio de dichos mayordomos, cuyos réditos sirvieran para el pago de dos misas cada año " una por lo bibos y la otra por los hermanos difuntos". El galeón en que llegaban los 100 ducados tuvo en la travesía que "aligerar carga" por peligro de irse a pique y se perdieron por ello siete ducados, que tuvo que poner la hermandad.

Cinco años después, en 1701, los mayordomos declaraban no haber encontrado fincas idóneas en que emplear los 100 ducados, quizá fuera una excusa para emplearlos en otros gastos de la hermandad. Una de las condiciones de la donación era que el primo del donante, Antonio de la Huerta, debía de actuar como vigilante del empleo de los 100 ducados, con facultad de recuperarlos si no se empleaban en las fincas.

En principio, la hermandad depositó la cantidad en Sebastián Álvarez, fiel de la Aduana de la Especería, que pagó un 5% de interés como remuneración del depósito, hasta decidir su empleo en fincas, que parece no estaban muy decididos a adquirirlas y cumplir, así, la voluntad del donante.

En ese momento, el deseo de la Hermandad Sacramental y de la de Ntra. Sra. del Socorro, asociada a ella, era emplear la cantidad de 93 ducados en adquirir "unas baras y cañones de plata para adorno de las andas de dicha ymagen", que se estaban realizando por esa fecha de 1701 (tenía ya realizadas dos de ellas con limosnas de los devotos de las cuatro de que se componía el palio), para procesionar a la Virgen del Socorro, cuyo encargo recayó en el mayordomo de la hermandad de la Virgen, Jacinto Felix de Arnedo.        



Guion que se conserva junto a la imagen de Ntra. Sra. del Socorro


Joseph Linares, fiscal del arzobispado, decide que la cantidad debe de seguir depositada y no emplearla en las andas de la Virgen, lo que motivó recurrir el dictamen del fiscal por la Hermandad del Santísimo y Cofradía de Ntra. Sra. del Socorro, alegando que la hermandad cumpliría la voluntad del donante indiano, diciendo las dos misas ante el altar de Ntra. Sra. con los fondos de la hermandad y que realizar las andas y adornar la capilla era aumentar el culto de la Virgen de la que era muy devoto el donante. También, aducían como garantía que la hermandad de la Virgen era muy rica en joyas y que por ser las dos hermandades, en realidad, una, también era propietaria de ellas la del Santísimo, obligada a decir las misas. 

El fiscal se reafirma en que no se conceda licencia por el provisor para utilizar en las andas los 93 ducados, puesto que la cofradía había demostrado tener bienes y rentas suficientes para realizarlas, citándose al primo y apoderado del donante, Antonio de la Huerta, que declara que se ha de cumplir la voluntad de su pariente donante, y que, si la cofradía puso los 7 ducados perdidos en la travesía del océano, él se los devolvería. Al final se les autoriza a realizar las andas, dando cuenta del gasto el mayordomo de la Virgen.

                            Escudo con una estrella y el Rosario

La Hermandad del Santísimo Sacramento y Ntra. Sra. del Socorro, pues así se la denomina en el siglo XVIII, contaba entre sus devotos y, tal vez hermanos, personas de la aristocracia y de la alta burguesía granadina y del Realejo, como los Fernández de Córdoba y Ronquillo, Melchor de Aguirre, caballero veinticuatro de Granada, los Toledo y Miota de la casa de los Marqueses de Lugros, los Montalvo, Pedro de Navas, corredor de la lonja...etc. que pagaban censos a la hermandad por memorias de misas y otras obligaciones devocionales, siendo en diversas ocasiones sus secretarios, notarios o escribanos públicos.. Además poseía cuatro casas en la llamada Puerta del Sol, en la Antequeruela Alta y otra en la collación de Santa Ana. 

De la desahogada posición económica de la hermandad es exponente el que hacia 1760 decide realizar una nueva capilla y un nuevo retablo para la imagen de Ntra. Sra. del Socorro, así como de nuevos elementos para su ornato, consiguiendo del Papa Clemente XIII una Bula de 15 de mayo de 1759 por la que se reconocía como Altar Privilegiado de Ánimas al de Ntra. Sra. del Socorro.


                                                                     Clemente XIII, Papa

También había conseguido la hermandad una bula de Indulgencias plenaria y parciales para los hermanos en los cinco días que señalara con aprobación del juez eclesiástico, siendo dichos días el del Patrocinio de Ntra. Sra. ,que era el día de la Función Principal, con indulgencia plenaria y los días de la Inmaculada Concepción, de la Encarnación de Ntro. Señor Jesucristo, el de la Natividad de la Virgen, el de los Desposorios de Ntra. Sra. y el del Patriarca San José.

La existencia de las andas denota que la Virgen del Socorro era procesionada, probablemente, el día del Patrocinio de Ntra. Sra., segundo domingo de noviembre, fiesta principal de la hermandad. Asimismo, adquiere en el siglo XVIII el carácter de hermandad rosariana.

Traslado de la hermandad y parroquia a la iglesia de Santo Domingo (Convento de Santa Cruz la Real

Probablemente, con la Guerra de la Independencia y los acontecimientos que le siguieron la hermandad iría decayendo. No obstante, en 1875 aún subsistirá, pues se constata en el Boletín Oficial Eclesiástico su asistencia a la procesión del Corpus de ese año.   


Santo Domingo, sede actual de la parroquia de Santa Escolástica


Cuando se derriba la iglesia parroquial de Santa Escolástica -sobre 1840-, la parroquia, la hermandad, imagen y retablo pasarían a la iglesia de Santo Domingo, donde se colocó en la capilla de San Antonio, la primera de la izquierda a partir del crucero, seguramente enfrente del retablo del santo.

El retablo trasladado no podía ser otro que el que le realizó la hermandad en 1760. La imagen, sobre peana de ángeles, ocupaba el nicho central con cristalera, acompañada  de una imagen de San Juan de Dios, "con cabeza y manos de talla y cuerpo de cartón piedra" y, a los lados del retablo, las imágenes de San Pedro Mártir y Santo Tomás de Aquino. 


Así se describe en el inventario de la iglesia de Santo Domingo realizado en 1911 y que he consultado en un legajo encontrado en el Archivo Histórico del Arzobispado, que al describir la capilla de San Antonio dice:

"(...) hay un altar con Nuestra Señora del Socorro y tiene un Niño vestido. La Santísima Virgen es de talla la cabeza y manos y está vestida y tiene trono dorado con ángeles, sobre el retablo hay un San Juan de Dios con la cabeza y manos de talla y el cuerpo de cartón y, a los lados del retablo, dos imágenes grandes de talla de San Pedro Mártir y Santo Tomás de Aquino. El altar tiene cristalera. La capilla tiene cuadro del Señor del Sepulcro con marco negro y talla dorada...".

Ya en Santo Domingo, la devoción a Ntra. Sra. del Socorro decaería, apagada por la de Ntra. Sra. del Rosario, la gran devoción dominica. Pero no obstante, la Hermandad Sacramental de Santa Escolástica seguiría dándole culto en Santo Domingo, hasta perderse esta sacramental. 

Probablemente, la Virgen del Socorro permanecería en dicha capilla y en este retablo hasta el regreso de los dominicos a su iglesia y monasterio en 1951, cuando seguramente ya estaba perdida la Hermandad Sacramental de la Virgen del Socorro. La imagen pasaría a unas dependencias  contiguas al Camarín de Ntra. Sra. del Rosario, donde hoy se encuentra Ntra. Sra. del Socorro dentro de una gran vitrina caoba. Actualmente no lleva el Niño en sus brazos, del que no sabemos, si se encuentra dentro del Convento de Santa Cruz la Real o se ha perdido.


Ntra. Sra. del Socorro en su vitrina en dependencias de la Hermandad de Ntra.Sra. del Rosario



En cuanto al retablo de la Virgen éste fue trasladado hacia 1951 a unos almacenes del arzobispado, donde estuvo depositado, hasta 1975, en el que el párroco de Víznar, D. Enrique Nuño, lo solicitó para colocarlo en el presbiterio, después de haber remodelado los altares de la iglesia. En él se venera hoy a la Virgen del Rosario de dicha localidad granadina (ver nota).


El retablo de la Virgen del Socorro, hoy en Víznar, albergando la imagen de Ntra. Sra. del Rosario

Desde hace algunos años, la Virgen del Socorro ha sido rescatada un poco del olvido y la podemos contemplar los días 2 de febrero, fiesta de la Candelaria, procesionando por los claustros del convento de Santa Cruz la Real (Santo Domingo), representando a Ntra. Sra. de la Candelaria por iniciativa de la Archicofradía de Ntra. Sra. del Rosario y la comunidad dominica. 


Virgen del Socorro para la procesión claustral de la Candelaria


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Fuentes: Archivo Histórico del Arzobispado de Granada, legajos 16 F, 11 F, 188 F y 401F. 

Nota: Datos del Patrimonio Mueble de Andalucía, ficha de Víznar del I.A.P.H y de Iván Bustabad Espigares.