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sábado, 16 de febrero de 2013

HERMANDAD DEL TRÁNSITO DE NUESTRA SEÑORA





Nuestra Señora del Tránsito. Autor Ramiro Ponce de León. Iglesia de Santo Domingo 

Antonio Padial Bailón

     La investigación de los temas relacionados con nuestras hermandades y sus devotas imágenes, ha sido algo que ha tenido un tanto despreocupados a los investigadores sobre temas granadinos, incluso a nivel de nuestra famosa universidad, con honrosas excepciones. No así, en lo relacionado con otros ámbitos de la historia y arte de nuestra ciudad, en que existen numerosos y notables trabajos.
     Mi propósito es dar a conocer, en lo posible, de forma asequible, la rica historia que muestra Granada en cofradías, hermandades e imágenes, desde los primeros momentos de su reconquista al Islam.

  El espacio que ocupan nuestras hermandades, dentro del pasado acontecer de nuestra ciudad, se revela con una enorme trascendencia para conocer el devenir histórico y sociológico de la ciudad.


           La primera hermandad que de la que vamos a tratar en este blog es la del Tránsito de Nuestra Señora, de la que poco se sabe, como de tantas otras, y de su devota imagen, que yace, un tanto olvidada, en su actual capilla de la iglesia de Santo Domingo.

      No hace mucho tiempo, descubrí en el Archivo del Arzobispado de Granada, una serie de documentos, que nos conducen al conocimiento de la fundación y autoría de imagen titular de la Hermandad del Tránsito de Nuestra Señora, una de las antiguas devociones del castizo barrio del Realejo, de donde no salió nunca, así como de las dificultades de su establecimiento, hasta encontrar su sede definitiva en la parroquia de Santa Escolástica, iglesia que estaba situada en la calle del mismo nombre, junto a la Casa de los Tiros. En el siglo XIX, la parroquia se trasladó a la iglesia de Santo Domingo, donde hoy permanece.
        Dichos documentos se basan en un pleito, que mantuvieron en año 1733, el hermano mayor Juan Bravo Pacheco y sus partidarios, y el mayordomo de 1733, Fernando de Bargas (Vargas) y los suyos, enfrentados por el desacuerdo sobre la sede canónica en la que se iba a establecer la Cofradía.

       Fundación
         De los citados documentos se infiere que la hermandad se fundó, en 1730, en el Convento de Belén, de Mercedarios Descalzos. Este convento estaba en la calle Molinos, donde hoy se levanta un colegio público, frente al Teatro Alhambra; después de la exclaustración de los frailes sirvió de penal, ”el Penal de Belén”, que fue demolido en 1933, durante la 2ª República, por la estúpida razón de que con las obras de demolición se creaban, durante unos meses, puestos de trabajo. Con ello, el patrimonio artístico de Granada pierde, para siempre, un gran y espacioso templo y otro de sus preciosos monumentos del Barroco.

Portada de la iglesia del Convento de Belén. Dibujo de Fco. Prieto Moreno


“… que diferentes devotos de la reyna de los ángeles, se juntaron en el convento de la Merced de relixiosos descalzos (Belén) en el año pasado de 730 (1730) y constituyeron y fundaron la expresada hermandad, cuias Reglas y constituciones se aprobaron por esa jurisdicción..y por no aver tenido efecto que la referida hermandad permaneciera en dicho convento, se resolvió hacer tránsito y que quedase en la parroquial de San Zecilio…”

     Poco tiempo estuvo la Hermandad en el Convento de Belén, apenas un año. Poco después de su fundación, el 29 de abril de 1731, encargan los mayordomos la imagen de la Virgen. Parece, que una vez realizada, tuvieron algún conflicto con los mercedarios descalzos, de modo que la hermandad ha de salir del convento y la imagen es trasladada, mientras encontraran sede y capilla, a la casa de Joseph Zapata, secretario de la misma. Poco después, se llevó a casa del mayordomo Fernando de Vargas, donde la tuvo hasta el 14 de Agosto de 1733, en que se depositó en la iglesia de San Cecilio. 


        Ese año, al llegar las fiestas de la Virgen, el 15 de agosto, la imagen la llevan en procesión, desde la casa del mayordomo a la iglesia parroquial de San Cecilio, para hacerle la función principal anual, aunque con el ánimo de devolverla en procesión al domicilio particular. Sin embargo, el hermano mayor entrante, Juan Bravo Pacheco (los cargos se elegían el día 15 de agosto, día de la Asunción) pide al Provisor D. Alonso de Guzmán y Bolaños, que no autorice la salida de la imagen de la iglesia de San Cecilio, lo que consigue de éste.


Iglesia de San Cecilio


      Además, se acusaba al mayordomo saliente Fernando de Vargas de no querer entregar los libros de la hermandad, de pedir limosnas por el Campo del príncipe y realizar una rifa en dicha plaza, formando un aprisco con los bancos de la iglesia de San Cecilio, donde rifaba sandías, granadas y otras frutas, longaniza, plato de peltre (aleación de estaño, plomo y zinc), un rosario...etc. El acusado alegó tener para ello permiso verbal de los provisores anteriores Gabriel de Rus y Joseph Zapata. Nada de eso le valió, pues las mercancías le fueron requisadas.

     Entre tanto, el grupo de hermanos aliados con Vargas, entre ellos su hermano Joseph de Vragas, mayordomo de 1733-34, habían solicitado y conseguido, en abril de 1734, de los frailes carmelitas calzados del Carmen     (actual Ayuntamiento), una capilla en la iglesia de este convento.

    Y fue el provisor y vicario general D. Alonso de Guzmán y Bolaños el que les dá autorización para ese traslado al Convento del Carmen o de Ntra. Sra. de la Cabeza.   


    " Mando se despache lizencia a la hermandad para que puedan pasar la dicha Sta. Ymagen procesionalmente desde San Cecilio, donde se halla depositada, con asistencia de los ministros della a la del Convento de Ntra. Sra. de la Cabeça del Orden del Carmen de la antigua observancia para colocarla en la capilla consignada …".

     Sin embargo, la hermandad no llega a trasladarse al convento del Carmen, pues la

capilla ofrecida no era capaz para dar culto a la imagen. Así que,  en septiembre de 1734 aun estaba en San Cecilio y el conflicto que dividía a los hermanos subsistía. Por otra parte, en la parroquia de San Cecilio se había producido una división de opiniones sobre la permanencia o no de la imagen en ese templo.
     
      Así, por un lado, estaban el sacristán de San Cecilio, Bernabé Saquero y el grupo de hermanos que querían permanecer en esta iglesia y los que deseaban buscar otra sede alentados por los beneficiados y párroco, que no estaban demasiado predispuestos a que se quedara en dicha parroquial, alegando que sólo había cinco capillas en la iglesia, que estaban ocupadas por hermandades y no quedaba ninguna adecuada para colocar la imagen. Asimismo, decían, que la Virgen estaba colocada indecorosamente en la tribuna de la iglesia, que era parte de la vivienda del teniente de cura y éste no era el lugar adecuado para la santa imagen.
    
  Por otra parte, las cuatro hermandades con sede en San Cecilio: La de Ntra. Sra. de la Paz, la de Ntra. Sra. de la Salud, la de las Ánimas Benditas del Purgatorio y la del Cristo de los Favores, se oponían a que permaneciera allí la imagen y hermandad, personándose, excepto la de los Favores, en el pleito que se suscitó ante el Provisor y Vicario del arzobispado. Alegaban no haber capilla para la nueva hermandad y que ésta realizaba demandas que les perjudicaba.  
      A raíz de la declaración que hace el párroco de San Cecilio, Joseph Ventura Díaz, de las cinco capillas al culto que había en el templo, podemos, también, conocer la situación de las hermandades con sede en la iglesia y las capillas que ocupaban:

       Así, la primera capilla a la derecha, bajando del presbiterio, la ocupaba la imagen de un Ecce Homo, que no tenía hermandad, pero por devoción la cuidaba D. Francisco de Arán y Perea, escribano de Corte.Hoy está en ella la Virgen de la misericordia.
       La siguiente capilla, sin retablo, la ocupaba el Santo Cristo de las Llagas, imagen de pintura a la que daba culto la Hermandad de las Benditas Ánimas, que cuidaba de su lámpara, habiendo devotos que le ofrecían una misa los Viernes y festivos. Aquí pretendían colocar a la Virgen, elevando el cuadro. De hecho, allí la colocaron después. Esta capilla hoy está ocupada por el Cristo de la Columna de Alonso de Mena, procedente del convento de Belén.

       En la tercera del mismo testero estaba la capilla de la de la Hermandad de Ntra. Sra. de la Salud, de gran devoción en esa época, cuya capilla era la Sacramental. La hermandad estaba unida entonces a la del Santísimo y ha estado viva, al menos, hasta 1952, procesionándose la imagen aun hacia 1940. Esta capilla la ocupa la Virgen de Belén, también atribuida a Alonso de Mena, procedente del convento de Belén.
      La cuarta capilla: “La quarta Capilla en que está colocada la Stma. Ymagen del Xpto. Crucificado con el título de los Fabores que está el culto a cargo de su hermandad”. Esta capilla, por la descripción que se hace, es la primera de la izquierda, bajando del presbiterio, es decir, la que aún hoy ocupa el Cristo de los Favores.

      La última y quinta estaba dedicada y servida por la Hermandad de Ntra. Sra. de la Paz. Era la primera hacia los pies de la iglesia entrando por la puerta en que hoy se accede al templo. Después, las dos últimas al fondo de la iglesia estaban tapiadas para guardar las esteras, andas y otros enseres.

      En agosto de 1734 se elige hermano mayor a Pedro de Vargas y mayordomo al fraile Bernardo de Castro (del grupo de los que querían sacar la imagen de San Cecilio). Estos siguen el pleito, pero consiguen del Marqués de los Trujillos y Duque de Gor, de la casa noble de los Fernández de Bobadilla, que les ceda una capilla de la que era patrón en la iglesia de Santa Escolástica, donde la familia tenía su panteón. Ante esta circunstancia el Provisor dictó un auto a favor de éstos autorizándoles a que trasladaran la imagen a Santa Escolástica ( la iglesia antigua).

“...y que abiendo tratado con el beneficiado y ministros de la parrochia de Santa Escolástica, para que se colocase en dicha Yglesia en capilla que para el dicho efecto ofreció el Sr. Marqués de los Truxillos (Trujillos) y habiendo concedido Vmd. lizencia y tratando de llevar la ymagen parece ser que por el sacristán y otros feligreses de San Cecilio se acudió a Vmd para que no saliese la ymagen de San Zecilio y que Vmd retiró la licencia…la petición es maliciosamente inducida por el sacristán, pues no es hermano de la cofradía…Granada en 9 de septiembre de 1734”.




      El sacristán Sequero, que había conseguido con artimañas la firma de bastantes hermanos y de Juan Bravo Padilla y de Tomás Garrido, fundadores y anteriores hermano mayor y mayordomo, se ve descubierto en la declaración de éstos, que se retractaron y alegaron que el sacristán no les había dicho que la imagen tenía capilla ofrecida en Santa Escolástica.

   Por fin, la imagen y su hermandad se trasladan a Santa Escolástica el 8 de noviembre de 1734, a pesar de la apelación del auto por la otra parte, que no prosperaría, pues le son devueltos a la hermandad los documentos aportados al pleito, por haber finalizado éste, el 12 de mayo de 1736.
      
Ntra. Sra. del Tránsito. J. Ramiro Ponce de León 1731

     
       La imagen y su escultor
     
      Al pleito es aportado el contrato firmado por la hermandad y el escultor de la imagen. Se firma el documento el 29 de abril de 1731 por el escultor Joseph Ramiro (su nombre completo era Joseph Ramiro Ponce de León)

   “Como profesor del arte de la escultura recibí del Sr. Dn. Fernando de Bargas, el Sr. Antonio Palencia y el Sr. Joseph Gutierrez, vecinos de esta ciudad 50 reales de vellón, por quenta de setesientos y cinquenta en que está ajustada una imagen del Glorioso Tránsito de Ntra. Sra., que a dichos señores e de hazer con las circunstancias siguientes, de estatura de bara y media , la cabeza para peluca, los ojos entreabiertos, los tercios del cuerpo e bestido con armilla, enaguas blancas de escultura y los brazos de movimiento para bestir y los pies adecuados para calzarlos. Y dicha Ymagen e de dar acabada para el día primero de agosto deste año de la fecha y para que conste lo firmé en Granada, en 29 días del mes de abril de 1731. Dn. Joseph Ramiro”.

      Al margen está la carta de pago firmada el 7 de octubre de 1731 por Joseph Ramiro y, detrás del documento, hay entregas a cuenta por 250 reales, más 14 varas y media de tafetán negro doble a precio de 13 reales la vara. En 26 de agosto recibió 55 reales, más 55 reales, más una vara de tafetán blanco a 6,30 reales y el 30 de septiembre recibió 100 reales más.
      La urna o sepulcro de la imagen la realizó el tallista Antonio Romero, tres años después, en 1733:

“ Rezebí de Dn Pedro de Bargas y del hermano Bernabé de Castro…hermano mayor y mayordomo de la Ble. Hermandad del Tránsito de Ntra. Sra. ziento y quarenta y nueve reales y medio de vellón con los quales se me acabó de pagar un sepulcro que he hecho para dicha Stma. Ymagen y por ser verdad lo firmé en Granada en 6 de septiembre de 1734 años. Son 149 reales y m. Antoni Romero”.
        Y por último, la corona de plata, que actualmente no tiene puesta la imagen, la realizó el orfebre Manuel Ruiz Gamarra.
 
       “… quatrozientos y noventa reales de bellón por una corona que entrego para dicha Ymagen con peso de veinte onças… diez reales de plata la onça, importa la dicha plata trezientos y setenta y seis maravedíes, de las hechuras a ocho pesos que importa dicha corona cuatrozientos y noventa doi de limosna los seis reales y seis mr. y para que conste lo firmé en granada en uno de marso de 1733 años. Son 490 reales de bellón Manuel Ruiz Gamarra”.
         Pocas obras se conocen del escultor José Ramiro Ponce de León, ahora descubrimos una de él, pero de la indudable valía del artista es patente las esculturas que hizo para la portada de la Basílica de San Juan de Dios, como son las columnas e imágenes del Santo y de los Arcángeles San Rafael y San Gabriel realizadas en mármol.
        
Capilla del Tránsito en Santo Domingo

   La parroquia, la Hermandad y su imagen se trasladan, poco más de cien años después, tras la demolición de la iglesia de Santa Escolástica y el paso de esta parroquial a la iglesia de Santo Domingo, una vez suprimido también el convento dominico y convertida su iglesia en parroquia.


Retablo, que parece venir de San Gil y ser de la Hermandad de la Inmaculada de los zapateros
El retablo en el que hoy está la Virgen del Tránsito, parece que procede de San Gil, trasladándose a Santo Domingo, cuando se demolió San Gil, según nos ilustra la obra escrita sobre San Gil y Santa Ana por los sacerdotes D. Joaquín y D. Antonio Villena Delgado. Era el retablo de la Inmaculada Concepción  y San Crispín y San Crispiniano, hoy todas estas imágenes en la iglesia de San José, titulares de la hermandad de zapateros de Granada, cuya historia tengo publicada en este blog.  

       Actualmente, la hermandad está perdida, pero no extinguida, pues aun tenía vida y celebraba su tradicional novena, función de agosto y procesión hasta 1936. La imagen de Ntra. Señora del Tránsito hoy permanece con su retablo en la capilla cuarta de la izquierda del templo dominico.



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Fuentes: 
Archivo Histórico del Arzobispado de Granada.               
Prensa del siglo XIX y XX